The Handmaid’s Tale y el empoderamiento bien entendido.

Por Jorge Marchisio.

La semana pasada volvió a la programación de Hulu, The Handmaid’s Tale, con su cuarta temporada. Y pese a que es una gran serie, con múltiples premios, aún hay gente que no se anima a darle una oportunidad, así que hoy vamos a ver por qué vale la pena la famosa “El cuento de la criada”.

Para aquellos que no saben nada de la trama de la serie, la historia nos sitúa en un mundo distópico donde Estados Unidos desapareció en gran medida por una circunstancia que hace que dejen de nacer bebés. Esto es aprovechado para que un grupo militar instale un modelo totalitarista en el poder bajo la excusa de la religión; y donde las mujeres pasan a ser casi esclavas, siendo utilizadas como cocineras o como úteros andantes que solo son usadas para procrear.

Si la premisa les parece un poco fuerte, aún no saben que nuestra protagonista al inicio de todo, es separada de su hija para ser puesta como criada de uno de los pesos pesados del nuevo régimen, mientras su pequeña es dada en adopción. Y ahí es donde empieza nuestra historia, con una mujer que casi lo pierde todo, y que está dispuesta hacer caer a toda una nación con tal de reunirse con su familia y volver a ser tratada de forma digna.

¿Entonces por qué el nombre de esta nota? Simple, porque nuestra protagonista se mueve en un mundo donde el machismo llegó casi a un nivel que roza lo surreal, pero que por desgracia sigue siendo peligrosamente real de que suceda; y que, así y todo, June, nuestra heroína, va a encontrarse a hombres dispuestos a ayudarla por más que con eso se pongan en peligro. Algo que en films que se anunciaron casi como si fueran la nueva bandera de las luchas femeninas, no solo hicieron mal, sino que nunca lo entendieron (y te miramos a vos Harley Quinn).

A lo largo de las tres temporadas vistas, June la va a pasar muy mal, y no solo a mano de los hombres que controlan esta nueva versión de Estados Unidos llamada Gillead, sino de varias mujeres que, subidas al carro del poder, van a abusar de otras personas de su mismo sexo solo porque pueden. Si algo nos dio The Handmaid’s Tale fue a grandes villanos; y a todos se nos viene a la mente la Tía Lydia.

En conclusión, la adaptación de “El cuento de la criada” no solo es intensa por su trama que nos tiene en vilo durante todos los capítulos; o porque tiene grandes actuaciones, iniciando por su protagonista, Elisabeth Moss, sino porque entiende que el hecho de poner en pantalla a una mujer rompiendo las cadenas de la opresión, implica más que salir a gritar a los cuatro vientos lo actual que es su temática, mientras que por lo bajo nos presentan una historia escrita de forma más básica que la de cualquier estudiante de medios audiovisuales en sus primeros meses de Universidad.