Amigos para la aventura.
2 minutos de lecturaPor Mario Luzuriaga.
Disney y Pixar vuelven con uno de los productos que iba a ir directo al cine, pero con la pandemia no se arriesgaron y la enviaron directamente a su plataforma. En esta ocasión, presenta una fábula en la que predomina la amistad entre tres niños.
La película se centra en un ficticio pueblo en las costas de Italia, y suenan las historias de que viven monstruos acuáticos, cosa que realmente ocurre. Allí encontramos a Luca, un niño pastor de peces que se fanatiza con coleccionar objetos que caen de los barcos. Su vida cambia cuando conoce a Alberto, otro niño que colecciona estas piezas pero que le enseña que hay una vida más allá del fondo del mar. Juntos forman una amistad inseparable llena de sueños, al mismo tiempo que aparece Giulia, una niña que llega para expandir la mente de estos fantásticos niños monstruos.
Dirigida por Enrico Casarosa, hombre que ha trabajado en películas de la compañía, quien se centró en su infancia para crear esta aventura llena de amistad y perseverancia por parte de estos tres personajes, quienes están en la preadolescencia en busca de lograr sus propios objetivos. Luca es un niño inquieto que quiere explorar y no quedarse en la zona de confort, y se lanza a esta aventura con Alberto, otro monstruo acuático que tiene como sueño viajar en una moto Vespa.
La película tiene muchos estereotipos, pero conjugan muy bien, ya que el director rinde un homenaje al neorrealismo italiano, que tiene como referentes a Rossellini, De Sica, Visconti y Fellini, por nombrar algunos. Es divertido ver afiches de “La Strada” por ese pueblo tan hermoso y lleno de vida, al igual que sus personajes, como la propia Giulia, quien viene a intervenir en la vida de estos púberes.
Emoción, amor y aventura son los condimentos esenciales para esta película que se convertirá en un verdadero éxito y que se espera una futura secuela.
Calificación: Muy buena.