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INSIDE OUT #7. Entrevista a Jsu García. «Ensayábamos en la casa de Wes Craven, éramos como una familia.»

12 minutos de lectura

Por Guillermo Martínez.

Corría el año 1984, y el rodaje de «A Nightmare On Elm Street» cambiaría no solo el rumbo del cine de terror al incorporar escenas impactantes y una historia original, sino también la vida de muchos actores. Entre ellos, algunos veteranos como John Saxon y Robert Englund, junto a otros tantos debutantes que se encontraban viviendo una de sus primeras experiencias cinematográficas, sin imaginar el éxito que vendría después, el cual convertiría a la película en un mito entre los fanáticos del género.

La premisa desarrollada por Wes Craven, sumado a los increíbles efectos visuales, el trabajo de cámara y sus contundentes interpretaciones, convirtieron a la película en una experiencia totalmente imaginativa e innovadora, diferenciándola de los slashers más clásicos que se venían viendo hasta el momento, haciendo de esta propuesta un producto sumamente inteligente y terrorífico, valiéndola de una reputación indiscutible hasta el día de hoy. Así nacía Freddy Krueger, el icónico psicópata que atormentaría los sueños de un grupo de jóvenes. Entre ellos se encontraba el actor Jsu García, quien interpretaría a Rod Lane, una de las primeras víctimas de Freddy Krueger, novio de Tina Gray y sospechoso del asesinato de la misma, interpretada por la actriz Amanda Wyss.

Tuve la oportunidad de hablar con él acerca de su carrera cinematográfica y su paso por «A Nightmare on Elm Street«, además de su trabajo en películas como «Gotcha!«, «We Were Soldiers» (junto a Mel Gibson), «Collateral Damage» (junto a Arnold Schwarzenegger) y «The Lost City«, la primera película de Andy García como director en donde interpretó al Che Guevara. Además, dentro su trayectoria no podemos obviar el vasto trabajo que realizó junto a John-Roger, su maestro espiritual.

Los invito a que conozcan un poco más acerca de este talentoso actor, quien me relató de primera mano cómo fueron sus comienzos y cómo fue creciendo su pasión hacia el mundo del entretenimiento, cómo llegó a trabajar junto a Wes Craven, cómo vivió el éxito de «A Nightmare on Elm Street» y de qué manera fue desarrollándose como artista y como ser humano a lo largo de su carrera, en una industria a la cual tenía mucho que aportar.

GM: ¿Recordás cuándo comenzaste a sentir interés hacia el cine o el mundo del entretenimiento?

JG: Nací en Nueva York y me crié en Nueva Jersey. Luego nos fuimos para Miami y la mayor parte de mi vida la pasé en California. Desde un principio quedé fascinado con Dean Martin, por cómo se vestía, por cómo cantaba y las mujeres que tenía. Me enamoré de ese estilo de vida.

GM: Antes de que dieras tu salto a la pantalla grande en 1985: ¿Te formaste como actor de alguna manera?

JG: Empecé a estudiar actuación, que era lo que amaba, siendo un chico joven y pobre. Creía que podía llegar a ser como James Dean o Marlon Brando. Me metí en las mismas clases de Sean Penn, y en ese entonces conocí a su hermano y a Michelle Pfeiffer. En ese momento conseguí un agente que me ayudó, el mismo que representaba a Pfeiffer, a Mel Gibson y a Richard Gere, y a partir de ahí comencé a trabajar en cine de manera continua.

GM: ¿Cómo te llegó la oportunidad de interpretar a Rod en «A Nightmare on Elm Street?

JG: En ese momento tenía un agente que me representaba y mandaba mis fotos a los castings que se realizaban durante ese día, ese mes o ese año. Ahora es más rápido, pero en esa época no había internet, así que quedé seleccionado luego de que mi agente enviara mis fotografías. En ese momento yo tenía un gran agente, el mismo que representaba a Kevin Costner. Él envió mi material, a la producción le gustó y firmé el contrato.

GM: ¿Conocías algo de lo que había hecho Wes Craven anteriormente?

JG: De él no conocía ninguna película. En 1984 me metí en un cuarto con Wes Craven y me dijo «el papel es tuyo». Recién en ese momento junto a Johnny Depp y el resto de las chicas del elenco fuimos a alquilar algunas películas de Craven para poder verlas en video en nuestras casas, ya que de otra manera no se podían ver, a no ser que vayas a un teatro en particular. Ahí conocimos «The Last House on The Left» y «The Hills Have Eyes».

GM: ¿Cuál fue la primera impresión que tuviste al leer el guion?

JG: Encontré una buena historia. Los actores principalmente buscan una historia, y en este caso no era un slasher convencional. Era una historia que te volaba la cabeza, desde el momento en que tenía que ver con los sueños. Todo el mundo ha tenido pesadillas, y eso estaba en el guion. Yo estudié muy duro para llegar a «A Nightmare on Elm Street», y me imaginaba siendo como John Travolta, que era mi ídolo en ese momento. Le puse todo de mí al papel, me dediqué a leer el guion y contar cada una de las palabras que tenía que decir y las escenas en las que estaba, en una actitud un tanto egoísta o egocéntrica, como todos los actores. El actor que te diga lo contrario no está diciendo la verdad.

GM: ¿Qué sentiste la primera vez que pusiste un pie dentro del set de filmación?

JG: Fue increíble. El estudio que usamos fue el mismo que usó Francis Ford Coppola en «One from the Heart». Tenía un pase con mi nombre para estacionar mi auto allí, así que imaginate como empezó a crecer mi ego, te sentías como una estrella. Ensayábamos en la casa de Wes Craven, éramos como una familia. Él estaba casado con Mimi Craven, y ella era como nuestra madre. Nosotros éramos muy jóvenes, yo tenía 21 o 22 años, pero cuando llegamos al set a filmar fuimos totalmente profesionales. La mayor parte del tiempo estaba dedicado a Robert Englund, quien tenía muchas horas de maquillaje. Yo no compartí mucho tiempo en el set con él, pero sí con el grupo de chicos y con Amanda Wyss, en la cama dentro el cuarto giratorio.

GM: ¿Qué nos podés contar acerca de la famosa escena en la que Tina es cortada por Freddy y levantada hacia el techo? ¿Cómo lograron ese efecto? ¿Cómo se filmó?

JG: Trabajamos en un cuarto giratorio, movido por unos brazos mecánicos. Durante la caída de Tina se usó a un stunt, y lo más impresionante fue la cantidad de sangre con la que llenaron la habitación. Me hubiese gustado en ese momento tener una cámara para fotografiar todo eso. En esa época no había CGI, todo se realizaba a través de efectos especiales de maquillaje, prótesis y efectos mecánicos. Si te acordás, en la escena de Heather en la bañera, abajo de ella había una piscina, en la que las garras se movían para entrar entre sus piernas.

GM: ¿Cómo fue compartir el elenco junto a John Saxon, Johny Depp, Heather Langenkamp y Robert Englund? ¿Qué recuerdos tenés de ellos?

JG: John Saxon en ese momento ya era una estrella grandísima. Él era un toro, y yo era un toro joven. Todo era ego, y deseaba meterme con él en la escena para trabajar. Era un tipo guapísimo, y más tarde pude volver a trabajar con él en la serie «Murder, she Wrote». Johnny Depp era bonito y buena gente, y lo querían mucho. En esa época él no era actor, era músico, y pasé mucho tiempo con su esposa también. Con quien más tiempo compartí fue con Heather, por las escenas que compartimos. Ella era una muy buena persona, y entiendo por qué Wes la eleigió para sus películas. Amanda Wyss era una gran muchacha, ya sabés que luego trabajó con Kevin Costner en «Silverado». Con ella éramos muy inocentes, y teníamos que simular hacer el amor durante la película. Mientras yo estaba en calzoncillos, ella estaba en trusa. Éramos niños inocentes aprendiendo, era la primera película para todos.

GM: ¿Cómo viviste es estreno de la película? ¿Qué me podés contar de ese día?

JG: Yo me senté atrás de todo. Me gustaba sentarme junto a gente negra, ya que ellos hablan y gesticulan mucho, y quería que me conocieran, me digan cosas buenas y me apoyen, y poder señalarles la pantalla y decirles «mira, yo soy ese tipo». Es una película que fanatizó a mucha gente en el mundo, y estoy muy orgulloso de tener esa oportunidad que Dios me dio.

GM: ¿A qué crees que se debe el éxito que tuvo?

JG: El éxito de la película fue gracias a la historia. Una persona que te puede matar en los sueños, es increíble. Que se haya escrito sobre los sueños y sobre lo que puede suceder en nuestra mente es fascinante.

GM: A mas de 35 años de su estreno. ¿Sentís que la película te cambio la vida de alguna manera?

JG: En primera instancia y a mis 57 años, me ha dado una pensión. Primero, le doy las gracias a todos aquellos que compraron todo lo que tiene que ver con la película, gracias a eso tengo la vida que tengo. Yo me retiré y me paga la renta. Es parte de mi jubilación, y eso es gracias al público. Cada vez que miran la película me envían un cheque. En segundo lugar, me cambió la vida porque gracias a esa película comencé mi carrera, y aprendí mucho. Durante la filmación de una de las escenas, yo consumí droga. Luego pude cortar con eso porque me sentí horrible. El artista debe poder pintar, cantar y actuar sin nada que bloquee la percepción, y en ese momento yo quería conocerme más como actor para poder representar cualquier personaje, por eso corté con la droga. Eso fue lo que me cambió la vida también.

GM: Luego de tu paso por una de las peliculas de terror mas fascinantes de todos los tiempos, te volvimos a ver en «Gotcha!», una comedia de acción muy recordada de aquel entonces. ¿Qué recuerdos tenés de esa película?

JG: Con «Gotcha!» mi vida se expandió. El director me dio mucha libertad. Me fascinó haber viajado, y en un minuto estaba arriba de un avión aterrizando en París a los 22 años. Estaba sucediendo todo lo que soñé en mi vida. Hablaba de París, y estaba en París. Hablaba del amor, y allí estaba el amor. Hablaba de las mujeres francesas y ahí estaban las mujeres francesas. Sentí que no me podían parar, «Gotcha!» fue internacional.

GM: En el año 2002 trabajaste junto a Mel Gibson en «We Were Soldiers» y en «Collateral Damage» junto a Arnold Schwarzenegger, dos actores muy populares dentro del cine de acción. ¿Cómo fue tu experiencia como actor trabajando junto a ellos dos?

JG: Mi carrera se estaba tumbando. Yo hacía una película buena y una mala, no importaba. Un día, mi maestro espiritual John-Roger me ofreció su ayuda y empecé a pensar en positivo para que mis deseos puedan manifestarse. Un día dije «Dios, dámelo», y obtuve el papel en «We Were Soldiers». Igualmente, yo había estudiado mucho y estaba preparado. En el momento en que me dieron la película de Arnold Schwarzenegger, yo pude mandar mi audición por VHS. Tiempo después me encontraba con él en México interpretando al Che Guevara y nos hicimos muy amigos. Después de esa película, la misma gente me ofreció la película con Mel Gibson y fue increíble, trabajé y entrené durísimo, psicológicamente me preparé para estar en esa guerra. Lo que me dio la película fue la disciplina que necesité después para mi vida. Aprendí mucho de la gente con la que trabajé durante esos seis meses.

GM: En el 2005 interpretaste al Che Guevara en «The Lost City», primera pelicula de Andy García como director. ¿Cómo te llego la propuesta y cómo viviste esa experiencia? Ya que tiene que ver de alguna manera con tus raíces y la de tu familia, y la dictadura vivida en Cuba en los años 50, encabezada por Fulgencio Batista.

JG: Cuando yo era niño mis padres salieron de Cuba , odiaban a Castro y siempre hablaban del Che. Andy García estuvo muchos años tratando de hacer esa película, y mientras él estuvo trabajando en «Los Intocables» yo me metía en los estudios y en su oficina, muy insistente, para decirle que quería trabajar con él. Yo soñaba con trabajar con él y Benicio Del Toro. En ese momento, cada vez que miraba la foto del Che sentía como un déjà vu. Yo pensaba que era un tipo que mi familia no quería, pero al mismo tiempo estaba enamorado de su figura. Un día fui al casting de Andy y sabía que no iba a obtener el papel del Che, ya que él tiene amigos, o actores con mejor pelo que tienen todas las cualidades. En realidad yo quería interpretar al hermano de Andy en la película, y él me dijo «eso es para otro, yo te quiero ver en el papel del Che.» Finalmente grabé el casting y tiempo después me encontraba en República Dominicana filmando. Andy me dejó hacer del Che de la manera en que yo lo percibía, y muchos familiares de la gente que murió en manos de él me vinieron a ver para conocerme. Fue durísimo escuchar «El Che mató a mi papá, quería conocerte.».

GM: ¿En qué momento comienza tu relación con el maestro espiritual John-Roger y cómo surge la idea de filmar «Spiritual Warriors», «The Wayshower» y «Mystical Traveler»?

JG: Luego de trabajar en «A Nightmare on Elm Street», «Gotcha!» y «Wildcats», me sentí deprimido y me metí en unas clases que él inventó, las cuales te ayudaban a expandir tu corazón. El actor es muy débil, desde el momento en el que alguien viene y te dice «tu película no sirve». Muchos actores se derrumban cuando les dicen que no, y yo hice las clases con John-Roger, las cuales me cambiaron la vida. Quería trabajar con él y me mudé con él. Comencé a aprender de sus seminarios, y él me motivó a cantar. Aprendí a cantar con Carl Wilson, de los Beach Boys, quien también estudiaba con mi maestro. Así me pasé 26 años años viviendo y trabajando con John-Roger. Un día le dije «Quiero hacer una película que se llame ‘Guerrero Espiritual’ y quiero ir a Siria y a las pirámides». Me dio dinero y fuimos. La filmamos arriba de las pirámides sin pantalla verde, y aprendí a dirigir. La segunda película la hice con Eric Roberts, y la tercera fue un documental. Luego me retiré.

GM: ¿Cuáles son las bases de la filosofía que predican o promueven? ¿Cuál es su objetivo?

JG: Dios es amor y amor es Dios. Hay que amar a todos, incluyendo a las personas que juzgas. El problema con la religión es que te hace culpable de todo, y eso sucede en base a juzgar. John-Roger, mi maestro, habla de amar y abrir tu corazón.

GM: ¿Qué actividades estás realizando en este momento? ¿Alguna novedad que puedas compartirnos?

JG: Yo ayudo gente en consultorías, y hablo en grupos a través de Zoom. Antes de la pandemia viajaba mucho a Europa, donde hay amigos de mi maestro. Es muy parecido a la actuación, en donde descubrís quién sos, queriendo siempre mejorar. Me interesa ayudar a la gente que desea mejorar. Nadie gana en base a los conflictos.

Si desean conocer más sobre el trabajo de Jsu García, no dejen de visitar los siguientes enlaces:

The Love of a Master: https://www.soultranscendence.com/

Movimiento del Sendero Interno del Alma: https://www.msia.org/

Dios es dueño del Barro, por John-Roger: https://www.youtube.com/watch?v=Z7wGa1GBzz0

Quién eres tu, por John-Roger: https://www.youtube.com/watch?v=qdqISlfGaRU

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