Un lugar en silencio II.
2 minutos de lecturaPor Jorge Marchisio.
Después de la enorme sorpresa que nos dio John Krasinski saltando a la dirección y dándonos la mejor película de terror gringa de su año, y tras más de un año de espera luego de que su estreno sea cancelado por la dichosa pandemia (y faltando solo unos días); POR FIN nos llega la esperada secuela de Un lugar en silencio.
La historia comienza en el mismo momento donde terminó la entrega anterior, con la familia teniendo que salir de su refugio tras el disparo que todos los bichos escucharon. Así es como vamos a ver este mundo expandido, mientras nuestros protagonistas buscan un nuevo lugar, encontrando otros supervivientes.
Como dijimos al principio, Un lugar en silencio fue la película que necesitábamos ver ese año para saber de que aún se puede hacer buen cine de terror. Y no lo decimos por el buen uso del sonido, o por las grandes actuaciones de todo el elenco, sino que, siguiendo aquella máxima del género, Krasinski supo insinuar más que mostrar.
En esta secuela gran parte de eso se mantiene. Como dijimos, la historia arranca donde nos dejó la primera parte; pero esta vez quienes llevan gran parte del peso narrativo, son los chicos. Y podemos decir que no tienen nada que envidiarle al elenco adulto. Aunque sí se nota bastante que la película no se filmó de inmediato, y que ambos niños pegaron un tremendo estirón. Pero la calidad actoral no sólo está, sino que suma a Cillian Murphy como un secundario de lujo.
Lo que sí se pierde es el factor sorpresa. El hecho de que desde el minuto uno sepamos no solo la debilidad de las criaturas, sino su apariencia, le resta bastante a la película. Y por desgracia, en este sentido Krasinski las muestra demasiado, con algunos momentos de CGI donde sí queda bastante en evidencia que están superpuestas con el fondo.
Al menos quien les habla, estuvo a tan solo un día de poder asistir al pase de prensa de esta secuela, cuando pasó lo que todos sabemos. Por eso el dolor de esperar más de un año se magnificó, ya que me sentí como un chico al que se le sacaba su caramelo cuando estaba a punto de hincarle el diente. Y es por ese mismo motivo de que tras ver esta secuela que está a la altura, la sensación de que valió la pena esperar, también se duplica. Solo podemos recomendarla, y esperar que la tercera entrega (que ya se sabe, será un spin off), esté a la altura.