INSIDE OUT #9. Entrevista a Jenette Goldstein: “El guion de ‘Aliens’ me pareció fantástico, increíble. James Cameron escribe como un fan, con el corazón.”
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Por Guillermo Martínez.
Hace un par de meses se cumplieron dos aniversarios muy importantes para todo adepto al cine de ciencia ficción, el de Aliens: El regreso (18 de julio de 1986) y el de Terminator 2 (3 de julio de 1991), ambas películas dirigidas por el mítico James Cameron.
¿Qué tienen en común estas dos producciones? No solo la mano maestra de Cameron detrás de la dirección y la escritura de ambas películas, sino también la presencia de una de sus actrices fetiche: Jenette Goldstein.
La camaleónica actriz transitó una larga formación artística a lo largo de los años, comenzando de pequeña en obras teatrales en su colegio, siendo una de las actrices más destacadas, para luego pasar por la Academia de Arte Dramático Webber Douglas, en Londres, una vez terminada la secundaria. Se encontraba en esa ciudad participando en obras de teatro locales, cuando recibe la propuesta de audicionar para Aliens: El regreso, sin siquiera imaginar que sería dirigida nada menos que por Cameron, director de la primera parte de Terminator, película de la cual era muy fanática.
Creo que ningún actor o actriz se imaginaría debutar en cine, casi por cuestiones del azar, de la mano de un director y un narrador por demás exitoso, y al mismo tiempo interpretar a uno de los personajes más recordados de la saga: Vasquez. El destino le tenía preparada una muy buena carta de presentación a Jenette Goldstein. A partir de su debut con Cameron, la actriz se instalaría de manera definitiva en el imaginario de todo cinéfilo a través de la composición de personajes muy icónicos, como lo fueron el de Janelle Voight en Terminator 2 y el de Diamondback, en Near Dark, película de culto dirigida por Kathryn Bigelow. Tampoco podemos olvidar su paso por Titanic, película en la que interpretó a una madre irlandesa junto a sus dos niños, encandilados por la oportunidad de subirse al majestuoso barco.
Pude hablar con ella acerca de todos sus trabajos más representativos, desde sus comienzos como estudiante de teatro, su consagración como actriz de la mano de Cameron y su éxito como empresaria, a partir de la creación de su marca de lencería Jenette Brass, la cual cuenta con varias sucursales a lo largo de Estados Unidos.
Sin más dilación, los dejo con la entrevista.
GM: Sabemos que naciste en Los Angeles. ¿Qué recordás de los primeros años de tu infancia?
JG: Lo primero que recuerdo es que mi mamá estaba embarazada y vivíamos en un motel que tenía pileta, mientras mi papá buscaba un departamento en la ciudad. A mí mamá la ponía ansiosa estar embarazada viviendo en un motel, pero yo estaba como de vacaciones, para mí era el lugar perfecto (ríe). Eso es lo primero que recuerdo cuando pienso en Los Angeles.
GM: Siendo muy joven comenzaste a trabajar en teatro, y luego estudiaste en varias academias, tanto en New York como en Londres. ¿Qué te motivó a querer ser actriz?
JG: Siempre me gustó fingir, inventaba historias y actuaba como si fuese esas personas. Por lo general, me gustaba fingir que era un varón, porque ellos eran los que siempre tenían los grandes papeles en las películas y en los libros, por lo tanto, cada personaje que me gustaba o admiraba era hombre, así que me gustaba transformarme en esos personajes, lo cual a veces se veía un poco gracioso. Luego aprendí que, esto que me gustaba, era una profesión y realmente podías vivir de eso. Mis padres me llevaban todo el tiempo al cine y al teatro, y dije: “si esto puede ser un trabajo, quiero hacerlo.“

GM: Mientras trabajabas en Londres, recibiste la invitación para audicionar para “Aliens”, de James Cameron. ¿Nos contás cómo lograste conseguir el papel?
JG: Al principio estudié teatro en New York, durante dos años, y luego estudié en Londres. Allí empecé a buscar trabajo, como todos los actores, pero no tenía representante, porque era muy nueva en la profesión. En ese momento salió una noticia en el periódico, buscando actores estadounidenses para la película “Aliens”, título en plural. Al principio imaginé que estaba relacionado con la primera película, pero finalmente dije “no, no debe tener nada que ver”. En Inglaterra, en ese momento, los inmigrantes para trabajar debían casarse con un inglés. A esos inmigrantes allí los llamaban “Resident Alien”, y yo pensé que estaban buscando actores para una película sobre inmigrantes que se casaban para obtener un trabajo, o algo así. Yo no tenía a nadie que me dijera realmente qué tipo de papel buscaban o de qué se trataba la película, así que fui a la entrevista con la productora Gale Anne Hurd. Cuando llego, veo un poster enorme de “Terminator” atrás de ella, y yo le dije que me encantaba la película, a lo que ella me responde “es nuestra”, y yo no lo podía creer. Luego me contó que estaban buscando a una actriz para interpretar a una soldado. En esa época yo iba mucho al gimnasio, y me presenté a la entrevista con una remera sin mangas que lucía mis brazos trabajados, y ella se sorprendió. Me preguntó si yo era una actriz o una fisicoculturista, y le dije que era una actriz que simplemente tenía el físico trabajado. Me pidió que volviera a mí casa y leyera el guion, y así conseguí el trabajo. Fue casi como un error, ellos creían que para “Vasquez” iban a tener que buscar a una fisicoculturista y enseñarle a actuar, así como hicieron con Arnold Schwarzenegger, al cual eligieron por su imagen y luego le enseñaron a actuar. Pensaban que no iban a encontrar a una actriz que tuviera la musculatura necesaria para ese personaje.
GM: ¿Qué fue lo que más te sorprendió de tu personaje la primera vez que leíste el guion? ¿De que manera fuiste preparando física y psicológicamente a Vasquez?
JG: El guion me pareció fantástico, increíble. Primero me dijeron que yo no iba a interpretar a “Vasquez”, sino a una piloto, pero a mí no me importaba, porque nunca había estado en una película. Mi cuerpo estaba muy trabajado, pero tuve que aprender a manejar armas, las cuales ni siquiera había tocado en mi vida. Las Fuerzas Armadas, allí en Inglaterra, nos instruyeron sobre cómo usarlas. Por mí parte, empecé a componer el personaje pensando en qué es lo que quería “Vasquez”, de dónde venía, cómo pensaba, cuáles era sus pasiones y sus conflictos. Hice el mismo proceso que haría con cualquier papel.

GM: Desde tu lugar de actriz. ¿Cómo describirías el trabajo de Cameron como director en esta película? ¿Cómo fue tu experiencia?
JG: Él siempre está muy enfocado en hacer bien las cosas y le gusta que todos estén a su nivel, ama lo que hace y quiere que todos trabajen tan duro como él. Es genial, aunque un poco aterrador (ríe). Es decir, yo estuve asustada todo el rodaje. No por él, sino porque nunca había estado frente a una cámara ni en un set de filmación. Eso no te lo enseñan en la escuela de actuación, yo solo había estudiado los clásicos, y Bill Paxton y los otros actores me fueron dando consejos durante la filmación. Fue como una especie de escuela de cine.

GM: Con “Vasquez” lograste una interpretación memorable y verosímil. ¿Por qué crees que tu personaje en “Aliens” logró tanto cariño y reconocimiento por parte del público?
JG: Es interesante tu pregunta. Muchas personas me han expresado su gratitud, desde niños, muchachos jóvenes, hombres adultos o lesbianas. Me han dicho que la ven como una mujer leal a su gente, a su familia. Ella primero es una mujer, no una superhéroe o una caricatura. Es una mujer de barrio con una vida muy dura, una pandillera que ha estado en la cárcel y desea cambiar su vida, y es valiente porque no tiene nada que perder. Es un personaje universal con el que muchos pueden verse reflejados.

GM: ¿Hay alguna anécdota graciosa que recuerdes del rodaje de la película?
JG: Todos los días sucedían cosas graciosas (ríe). Bill Paxton y Paul Reiser hacían bromas todo el tiempo, y yo tenía que callarlos para seguir trabajando, no podía estar riéndome y metiéndome en el personaje al mismo tiempo, “Vasquez” es una mujer fuerte (ríe). Como grupo generamos una relación muy fuerte, a tal punto que hoy en día sigo hablando con ellos, conozco a sus familias, a sus hijos, a sus parejas.

GM: ¿Cómo viviste el día del estreno? ¿Qué sentiste al verte en pantalla por primera vez?
JG: Yo estaba asustada, no me sentía para nada bien, estaba muy ansiosa, pero traté de no enfocarme en cómo me veía a mí misma y disfrutar. Siempre está el miedo de que no haya una buena repercusión o no te haya salido bien, y siempre el miedo más grande es el de saber cómo le va a ir a la película. Pensaba en eso todo el tiempo.

GM: ¿Por qué crees que a 35 años de su estreno, se la sigue considerando como una de las mejores secuelas dentro de la historia del cine de género?
JG: Muchas veces las secuelas se realizan solo por un interés económico. James Cameron escribe principalmente como un fan, con el corazón. Esa sería una de las razones. Otro motivo podría ser la universalidad de sus personajes. No deja de ser una película que habla sobre madres e hijos, una película feminista. Por ejemplo, Ripley era una madre con una hija, la cual murió. Esa parte se cortó de la película. Ripley quería volver del espacio para el cumpleaños número 9 de su hija, pero al haber pasado tantos años se encuentra con la noticia de que su hija de 50 años falleció de cáncer. Hubiera sido importante que eso se mostrara, para entender la conexión de Ripley con esa nena. Sigourney Weaver se enojó en el momento en que se enteró que esa parte fue eliminada, porque para ella era el corazón de la película.
GM: En 1987 interpretaste a “Diamondback” en “Near Dark”, de Kathryn Bigelow, una película que introdujo cambios muy positivos al cine de vampiros en aquella época y que, con el paso del tiempo, llegó a convertirse en una obra de culto. ¿A qué crees que se debe?
JG: Fue una película que no tuvo éxito en el cine, y creo que estuvo adelantada a su tiempo. En ese momento era más común ver películas independientes francesas muy delicadas, o todo lo contrario, repletas de sangre y tiros. Kathryn Bigelow hizo una mezcla de géneros, algo muy diferente. Mucha gente se volvió muy fan de la película dentro de los videoclubes, querían ver una de vampiros y allí se la recomendaban, y eso fue creciendo cada vez más, al mismo tiempo que crecía el deseo de ver el próximo éxito de Bigelow.

GM: En esta película volvés a compartir elenco junto a Bill Paxton y Lance Henriksen, y en pantalla se los ve completamente compenetrados como familia. ¿Desde qué lugar conectaste con ellos para llegar a ese resultado tan magnífico a nivel interpretativo?
JG: Todo fue culpa de James Cameron y Kathryn Bigelow, que en su momento eran amigos, luego se casaron y se divorciaron (ríe). Luego de “Aliens” yo vuelvo a Los Angeles a vivir, y ahí James Cameron llama a Kathryn Bigelow para decirle que quería mi número de teléfono, que no podía encontrarme, y Kathryn le dice que tenía el número de mí mamá, ya que yo en esa época vivía un poco en los dos países. Así que por ella me contactaron, y una vez que estuvimos todos juntos fue gracioso, porque uno cuando va a participar en una película le cuenta siempre a su familia y amigos, pero nosotros no lo hicimos en esta ocasión, ya que sonaba absurda y a veces estúpida. Es decir, nos preguntaban: “¿En qué película estas?” y tenías que empezar a explicar que era de vampiros, pero también de cowboys (ríe). Pero el guion era tan bueno que realmente quería hacerlo, así que salimos a cenar una noche con los que íbamos a conformar el elenco, sin saberlo, y me preguntaron: “¿Jenette, qué estás haciendo ahora?” Y con un poco de vergüenza les conté que era una película de vampiros y cowboys, y todos contestaron: “¡Yo también estaré!” Nos enteramos en la cena que éramos todos parte del mismo elenco (ríe). Fue un gran momento.

GM: Hace poco se cumplieron 30 años del estreno de “Terminator 2”. ¿Qué camino recorriste para recrear el papel de “Janelle Voight”?
JG: James Cameron me llamó diciéndome que tenía un papel para mí, el de una mamá. Esa era una broma que teníamos entre nosotros, porque nadie me veía como una madre, sino como una mujer ruda. Me dijo que el papel era sobre una madre “no tan bien” (ríe). Fue muy divertido, porque tuve que componer 3 personajes distintos: el de Jenelle Voight, el de una madre dulce, y el de Robert Patrick. Fue muy divertido trabajar en esas transiciones. Yo trabajé mucho con Robert Patrick para aprender sus gestos y sus movimientos. Él me dijo que se basaría en un insecto para llevar a cabo sus movimientos faciales y corporales, y yo partí desde allí.

GM: ¿Crees que hay alguna conexión entre los grandes narradores del cine y los grandes actores?
JG: Yo creo que detrás de las grandes actuaciones hay buenos guiones. A veces me da pena ver a grandes actores detrás de malos guiones. En primera instancia, debe haber un buen guion y un buen director, no lo concibo de otra manera.
GM: Más tarde James Cameron te vuelve a convocar en “Titanic”. ¿Cuáles son las primeras imágenes que se te vienen a la cabeza de tu paso por la película?
JG: El tamaño de su producción. El departamento de vestuario era enorme, era increíble verlos hacer esos hermosos vestidos. Yo no tuve demasiado trabajo interpretativo, ya que era una madre que tenía tomados a sus hijos de las manos y sentía miedo y asombro antes de entrar al barco. Fue una experiencia diferente a mis anteriores trabajos con Cameron, esta era una película inmensa con unos cuantos millones más de presupuesto (ríe).

GM: Además de una gran actriz, sos una empresaria exitosa. ¿En qué momento tuviste la idea de crear “Jenette Bras”? ¿Cuál era tu objetivo?
JG: Nunca me gustaron los corpiños en Estados Unidos para las mujeres con mucho busto, ya que no se consiguen las copas y la lencería para personas con cuerpos más grandes no es linda, o hay marcas que no tratan bien a sus clientes. Yo me encontraba en Europa y vi las ofertas que allí tenían, y no podía creer que eso no existiera en Estados Unidos, así que mi esposo me preguntó por qué no lo hacíamos, y así sucedió, fue una locura. Comenzamos a importar hacia Estados Unidos desde diferentes países europeos, y mi marido que es pintor diseñó nuestra tienda como una antigua casa de lencería de 1920. Quería que fuera un lugar en donde desearas estar, y a mí me gusta atender a la gente, además de que hay que pagar la renta, así que estoy feliz de vender.
Hace 12 años que estoy con la marca, y gran parte de mis clientas son mujeres negras, judías o pertenecientes a alguna minoría, y las mujeres blancas me decían que no iba a haber un público que gastara tanto en eso, pero las mujeres poco a poco comenzaron con la idea de cuidarse y quererse, y no existía nadie que les diera eso que necesitaban. Desde Europa durante un tiempo me enviaban fotos con chicas blancas y delgadas con la ropa interior, hasta que decidí no usarlas más, porque así no eran mis clientas. Yo vendo a partir de Copa D, así que empecé a usar imágenes que las representaran. Durante un tiempo existió como una ceguera, no querían ver mujeres diferentes ni cuerpos diferentes.

GM: Ultima pregunta. ¿Hay algo tuyo como ser humano que se haya metido en cada uno de los personajes que interpretaste?
JG: Claro que sí (ríe). Hay una mezcla entre mí persona y mi imaginación. Me encanta la actuación y la idea de representar a diferentes seres humanos. Hay muchos cuentos alrededor del mundo que merecen ser contados en el cine, el teatro o la televisión.
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