Blood Red Sky.
3 minutos de lecturaPor Jorge Marchisio.
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Las películas de vampiros tienen cierto encanto. No sabríamos decir por qué, pero contrario a los zombies que ya empiezan a cansar a muchos, los chupasangres siempre son bien recibidos en la gran pantalla (en el streaming en este caso). Por eso hoy veremos qué tal es Blood Red Sky, de Netflix.
La trama nos sitúa en un avión, que es atacado por un grupo de terroristas entrenados que tienen una misión específica. Lo que ni ellos ni el resto de los pasajeros esperaban, es que en dicho vuelo también se encontraba un vampiro.
Como notarán, la trama es bastante sencilla, introduciendo el factor sobrenatural a una historia que ya vimos varias veces, como la de un secuestro de un avión. Por eso sorprende tanto ver como, pese a que se tenía todo para darle una vuelta de tuerca a ambos subgéneros, el resultado final termina siendo tan mediocre, al nivel que ya pasados unos días del estreno de Blood Red Sky, casi nadie se la acuerda.
Esto lo decimos porque la película se torna innecesariamente larga, llegando a unas dos horas que parecen cuatro, debido a que el film por varios momentos, corta el ritmo narrativo presentándonos flashbacks que sirven para mostrarnos cómo es que alguien se transformó en vampiro. Sabemos que a veces hay que explicar las cosas, pero sentimos que, en esta ocasión, no hacía falta, y con el hecho de decirnos cuál es la naturaleza del chupasangre, ya alcanzaba, y de paso nos ahorrábamos al menos veinte minutos de metraje.
Pero el mayor problema de Blood Red Sky está en uno de sus protagonistas, específicamente en el niño. No queremos ser malos sin necesidad, y sabemos que trabajar con chicos en el set no es tarea fácil, ya que suelen distraerse o no dar la performance que el director quiere. Pero suponemos que, al ser un film alemán, en dicho país había más nenes como para probarlos en la audición de dicho rol. En fin, cada escena donde sale el pequeñín es desesperante, por su forma de actuar mientras se la pasa gritando el 99% de tiempo en pantalla.
Así y todo, la película se las arregla para crear buenos momentos de tensión. Ya sea por los terroristas que entre sus miembros tienen a algunos psicópatas que dan más miedo que los propios vampiros; o por el ya nombrado chupasangre que termina siendo un arma de doble filo para todos. Y eso lo decimos porque si bien este personaje tiene un hijo, al beber sangre humana, despierta su lado animal de forma casi incontrolable, al grado que puede ser un peligro para los rehenes.
Blood Red Sky es un film de terror con bastante potencial, que por desgracia termina convirtiéndose en uno más del montón. Ya sea por decisiones de cast o argumentales, desperdicia ese potencial y pasa a la lista de cintas de horror que olvidamos a los pocos días de haberlas visto.