Cry Macho
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Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. El legendario Clint Eastwood actúa y dirige a sus 91 años Cry Macho, su última película, en la que da una enseñanza de vida y de cine a todos.
La película está ambientada en 1980. Mike Milo (Clint Eastwood) es una ex estrella de rodeo que trabaja en el rancho de Howard Polk (Dwight Yoakam). Este último le pide a Mike que vaya a México y busque a su hijo Rafo (Eduardo Minett). Allí vivirán diversas situaciones y el veterano vaquero le dará una lección de vida a este adolescente.
Por Mario Luzuriaga

Una lección de vida y de cine
Los personajes de Eastwood en Cry Macho tienen un patrón muy similar en sus películas: el hombre solitario que luego se ablanda y muestra una faceta interna que logra asombrar al espectador y a los personajes de la trama. No es que el actor y director se repita y se torne cansador, quizás sí la premisa, pero no el guion.
Su visión de Mike Milo, un hombre que lo tuvo todo y lo perdió por una lesión, y tiempo después un accidente que se llevó a su familia; hace que lo convierta en el hombre que es, solitario pero no gruñón como en Gran Torino, sino que tiene una carga emocional muy profunda, que termina quebrándose de una manera maravillosa.

Eso hace que este grande del cine haga emocionar y que sea una lección de cine para muchos que ahora se dedican a la fácil, usando algún personaje de historietas o que usen y abusen del CGI. Tampoco es la idea destrozar ese cine, sino que está bueno ver esta clase de historias mínimas, cargadas de mucha emoción.
Con respecto al elenco que lo secunda, está correcto, salvo el actor Eduardo Minett que no llegó a tener una dinámica y no logró estar a la altura de las circunstancias, y fue muy estereotipado. Es su primer papel fuerte y esperemos que haya aprendido del maestro.

Podemos verlo ya cansado por los años, pero se dice que el corazón es el último que envejece, y eso se plasmó en la pantalla.
Disponible: HBO Max