Titane, de Julia Ducournau.
3 minutos de lecturaManifiesto ciborg.
Por César Humberto Heil.
Existen una gran cantidad de películas que, por sus formas narrativas disruptivas, sus encriptados argumentos, sus vanguardistas simbologías y su lenguaje audiovisual extremo, entran en el terreno de las inclasificables e incalificables.
La reciente ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes Titane, de la directora francesa Julia Ducournau (Raw 2016 y Junior 2011) es sin dudas una de esas películas.
Ver Titane es una experiencia extrema, que obliga al espectador a entrar en un terreno pantanoso difícil de transitar y hasta de asimilar. Comprender el mensaje de una película tan atípica, hermética y revulsiva implica una sobreinfomación adicional del espectador común, que muchas veces carece.
La historia se puede resumir en apenas unas líneas. Alexia (Agathe Rouselle) sufre cuando es niña un terrible accidente automovilístico que le deja graves lesiones cerebrales y una enorme placa de titanio en su cráneo. Ya de grande desarrolla una fascinación por los automotores, sean estos autos o camiones y un impulsivo frenesí asesino que la coloca como una brutal asesina serial.
En una segunda mitad, que nada tiene que ver con la primera, Alexia se hace pasar por Adrien, un joven desaparecido, hijo de Vincent (Vincent Lindon), un bombero que vive aferrado a la espera de que su vástago regrese alguna vez.
Pero Titane no es solo eso, porque su poco convencional guion, abre la conversación hacia otros temas más universales como son la maternidad, la búsqueda de la identidad sexual, la necesidad del afecto paterno y la ideología de género.
Sin dudas, la directora Decournau ha leído y estoy casi convencido, se ha basado en él para hacer Titane: «Manifiesto Ciborg: El sueño irónico de un lenguaje común para las mujeres en el circuito integrado«, escrito por la feminista Donna Haraway, en 1984.
En su obra, la norteamericana Haraway (06 septiembre de 1944) construye de manera irónica un mito político fiel al feminismo, al socialismo y al materialismo de la sociedad norteamericana. Según sus palabras: “La ironía se ocupa de las contradicciones que, incluso dialécticamente, no dan lugar a totalidades mayores, y que surgen de la tensión inherente a mantener juntas cosas incompatibles, consideradas necesarias y verdaderas. La ironía trata del humor y de la seriedad. Es también una estrategia retórica y un método político para el que yo pido más respeto dentro del feminismo socialista. En el centro de mi irónica fe, mi blasfemia es la imagen del ciborg.”
La escena en donde Alexia tiene relaciones sexuales con un camión y su posterior parto de una criatura mitad humano mitad máquina, es sin dudas una blasfemia de Decoruneau en clara alusión al Manifiesto ciborg. Para Haraway «un ciborg es un organismo cibernético, un híbrido de máquina y organismo, una criatura de realidad social y también de ficción.«
Creo que en esta frase está la clave para entender Titane en esta idea blasfémica. Decournau sabe que el cine es una manera de representar la realidad social, pero que también es una ficción. Por eso, muchas de las escenas resultan inverosímiles e incompresibles, al punto de hacer reír al espectador, que atónito, no da crédito a lo que ven sus ojos. La directora de Raw prefiere el fondo a las formas y por eso Vincent jamás se pregunta si ese es realmente su hijo Adrien.
No estoy seguro que Titane sea merecedora de la Palma de Oro en Cannes. Creo que el máximo galardón del festival fue más un reconocimiento a una postura ideológica que a sus condiciones artísticas. Su exagerada mirada política respecto a temas como el feminismo y la maternidad y sus reiteradas situaciones que bordean el ridículo, dan como resultado un producto atípico y desparejo.
Para quienes no conocen la obra de Donna Haraway, Titane es un film indescifrable e incómodo, un producto acotado que está en el top de esas películas que no son para cualquiera. Pero Titane es también uno de esos films que hay que ver por lo menos una vez, aunque seguramente, no queden en la historia del cine universal.