The Power of the Dog.
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The Power of the Dog (El poder del perro), es una película de drama psicológico y wéstern, escrita y dirigida por Jane Campion, basada en la novela de 1967 del mismo nombre de Thomas Savage. Filmada principalmente en la zona rural de Otago, Dunedin, Oamaru, Auckland para interiores. La producción comenzó el 10 Enero del 2020 al 2 Abril del 2020, luego se detuvo por el COVID y continúo el 22 Junio del 2020 al 15 Julio del 2020. La fotografía fue de Ari Wegner, la música de Jonny Greenwood, el montaje de Peter Sciberras, producida por Jane Campion junto a Emile Sherman. La película es una coproducción internacional entre Nueva Zelanda, Australia, el Reino Unido y Canadá.
The Power of the Dog tuvo su estreno mundial en el 78° Festival Internacional de Cine de Venecia el 2 de septiembre de 2021, donde la directora ganó el León de Plata a la Mejor Dirección. Se lanzó en streaming en todo el mundo en Netflix el 1 de diciembre.
Nominaciones y premios:
- Oscar: 12 nominaciones incluyendo mejor película y dirección.
- 3 Globos de Oro, mejor película, mejor película y mejor actor de reparto.
- Premios BAFTA: 8 nominaciones, incluyendo mejor película y mejor dirección.
- Festival de Venecia: León de Plata – Mejor dirección.
- Festival de Toronto: 2ª finalista a Mejor película (Premio del Público).
- American Film Institute (AFI): Top 10 – Mejores películas del año.
- Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor dirección, actor y actor sec.
- Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor dirección, actor sec. Y fotografía.
- Critics Choice Awards: 10 nominaciones incluyendo mejor película y dirección.
- Sindicato de Productores (PGA): Nominada a mejor película.
- Sindicato de Directores (DGA): Nominada a mejor dirección.
- Sindicato de Actores (SAG): Nominada a mejor actor, actriz sec. Y actor sec.
- Asociación de Críticos de Chicago: 7 premios, incluyendo mejor película.
- Asociación de Críticos de Boston: Mejor película en habla no inglesa y fotografía.
- Satélite Awards: Mejor reparto. 13 nominaciones, incluyendo mejor película.
Protagonizada por: Benedict Cumberbatch (Phil Burbank), Kirsten Dunst (Rose), Jesse Plemons (George Burbank), Kodi Smit-McPhee (Peter), Thomasin Mckenzie (Lola), Frances Conroy (Señora Vieja), Keith Carradine (Gobernador Edward), Peter Carroll (El viejo Gent), Adam Playa (Edward Nappo).
Sinopsis: Montana, año 1925. Los acaudalados hermanos Phil y George Burbank son las dos caras de una misma moneda. Phil es impetuoso y cruel, mientras George es impasible y amable. Juntos son copropietarios de un enorme rancho donde tienen cabezas de ganado. Cuando George se casa con una viuda del pueblo, Rose, Phil comienza a despreciar a su nueva cuñada, que se instala en el rancho junto a su hijo, el sensible Peter.
Comienza la película con el choque entre dos hermanos con personalidades opuestas tras la aparición de una mujer y su hijo en el núcleo del hogar, eso da el pie a un reflejo visceral de la violencia intrínseca del género, en la que no necesita mostrar un sólo revólver en pantalla, valiéndose únicamente de personajes confinados en sus propias mentes, y de unas sensaciones de tristeza e inquietudes sutiles e indiferentes.
La película deslumbra hasta tal punto, gracias a una precisión narrativa excepcional. La directora se toma el tiempo para ir armando lentamente la historia, y se siente forzada a tomar ciertas resoluciones un tanto particular en lo que respecta al tiempo en pantalla de algunos de sus personajes principales, pero todo eso no deja de ser tan impecable como el uso del subtexto. Ofreciendo oraciones sueltas, correlaciones y reacciones que reemplazan al siempre infame excedente de la exposición, recuperando toda la fuerza de la narrativa cinematográfica en su máxima locución.
Si a esto sumamos, un anticlímax capaz de redimensionar en cuestión de minutos todo lo visto, y una factura técnica y artística impresionante coronada por la fotografía de Ari Wegner y por la banda sonora de un Jonny Greenwood, la sensación de estar ante una de las grandes joyas de 2021 no hace más que confirmarse. Muestra de gran cine en su máximo exponente, incómodo, duro y, al mismo tiempo, delicado, que hace justicia a un género histórico repleto de clásicos imperecederos.
El entorno de esta película, hace referencia al acoso, al peligro que suponía la existencia de Phil sobre todo para Rose. Phil no la acepta, no va a permitir nunca que se integre a la familia, es el enemigo de cualquier estabilidad, tranquilidad o felicidad. Es un perro ladrador y mordedor, que a lo largo de la película lo demuestra, sin ninguna piedad por ella incluso cuando cae en el alcoholismo.
La directora va construyendo su película de forma que te lleva por rumbos inesperados. La primera mitad parece ser un western y hasta una película de terror sobre un vaquero duro que va atormentando a gente débil, sin embargo, sus últimos minutos revelan algo más complejo e interesante.
Este película es una adaptación de la novela autobiográfica del mismo nombre de 1967, escrita por Thomas Savage, un hombre homosexual que creció en un rancho en Montana y, por lo mismo, tuvo que reprimir su sexualidad.
La frase “el poder del perro” viene de la Biblia, Salmo 22:20: Libra mi alma de la espada; mi amor del poder del perro. Jane Campion describe su interpretación del título de la novela: “Lo extraordinario del salmo es lo visceral y salvaje que es”. Es un salmo que habla de la pasión de una manera muy valiente, animalista. “El poder del perro” tiene que ver con ese tipo de pasión: un instinto animal que es sexual y vicioso, fuerte y peligroso.
Las actuaciones son ejemplares, desde Cumberbatch dando vida a un vaquero capaz de casi todo para no quedarse solo, pasando por Kirsten Dunst, interpretando magistralmente a una mujer inmersa en sus temores y adicciones, capaz de ver fantasmas a cada instante. A ellos hay que sumarle la dupla secundaria, conformada por Plemons, el hermano silencioso que descubre lo feliz que le hace no estar solo y Smit-McPhee, un estudiante de medicina que es clave en el filme.
La directora de fotografía Ari Wegner, filmó el film con dos cámaras Arri Alexa LF combinadas con lentes Panavision Ultra Panatar, con una relación de aspecto de 2,40:1. Campion buscaba específicamente a una directora de fotografía que estuviera dispuesta a embarcarse en un año completo de preparativos junto a ella. Campion se acercó a Wegner, quien había filmado una campaña publicitaria de ANZ en 2015 con Campion. Wegner y Campion hicieron un guión gráfico meticuloso para la película, a veces por separado para que los dos pudieran comparar más tarde. Wegner se basó ampliamente en el trabajo de Evelyn Cameron, un fotógrafo inglés que se mudó a Montana a principios del siglo XX. La imagen de “The Power of the Dog” está claramente dominada por sus imponentes escenarios naturales. Se trata de una producción no solo rodada en gran formato digital con la Arri Alexa LF, sino que además haciendo muy buen uso de las lentes Panavision Ultra Panatar, diseñadas originalmente para el formato 5-perf 65mm anamórficos. Son lentes, por consiguiente, de diseños que proceden de la década de los 50, al menos los elementos que sigan siendo originales de las mismas tras las actualizaciones, y contienen una anamorfosis de 1.25x, de modo que son de los anamórficos “menos anamórficos” que existen, aunque los fondos estirados y el bokeh ovalado son claramente perceptibles a lo largo de toda la proyección.
En los exteriores, posiblemente se benefició de un calendario de rodaje muy generoso, la cineasta hace uso de las mejores horas del día en cuanto a calidad de luz; esto es, al amanecer o en el crepúsculo, sino también, de momentos que evitan las horas centrales del día, cuando la luz es más dura, más cenital y menos estética. De esa manera, la calidad de la luz disponible es espléndida, y además, Ari Wegner escoge absolutamente siempre rodar a contraluz, lo cual, con la latitud de la Alexa y la suavidad de las lentes, hace que la directora de fotografía tenga que rellenar o bien poco o a veces, nada, siendo posiblemente su labor incluso más importante controlando los rellenos negativos para generar contrastes.
Las exposiciones en los exteriores están muy atinadas, dejando que, como es procedente, los rostros queden debidamente subexpuestos frente a la fuente de luz, circunstancia que es absolutamente real y naturalista en dichas condiciones.
Ari Wegner lleva a cabo una iluminación que también pretende ser muy naturalista y, en su mayor parte, lo logra con mucha solvencia. Lo que hace la directora de fotografía es introducir luz suave a través de las ventanas de las estancias recreadas para la película, valiéndose, de grandes fuentes de iluminación proyectadas desde el exterior bien difuminadas o rebotadas. Este estilo de grandes fuentes desde fuera produce un contraste elevado y transiciones luz-sombra que son muy bonitas de ver en pantalla. Hay algunas escenas que usan tonos fríos y haces de luz solar, o bien imitan el efecto de fuentes de luz de fuego como velas o chimeneas que están bien ejecutadas. Los extraordinarios paisajes e interiores del film, lucen muy bien en su conjunto, destacando sobre todo esos poderosísimos exteriores que le auguran un estupendo futuro a Ari Wegner.
Grant Major fue responsable del diseño de producción del film, contra condiciones climáticas difíciles, Grant y su equipo construyeron la fachada de la mansión de dos pisos, un establo, un corral para ganado y corrales en el lugar a tiempo para el comienzo del rodaje. Los interiores de la mansión, fueron construidos más tarde en un estudio de sonido en Auckland. Los muebles de época no estaban fácilmente disponibles en Nueva Zelanda y, como resultado, la decoradora de escenarios Amber Richards obtuvo la mayoría de los objetos de varias casas de utilería en Los Ángeles. La casa, según el libro, tiene sus raíces en una especie de estética de la costa este, dijo Major a IndieWire. “Así que elegimos este antiguo estilo Craftsman que en realidad es bastante artístico en muchos sentidos a los años 40”. De la habitación de Rose, dijo: “No es una habitación muy tranquila. Está muy ocupado con estos muebles grandes y pesados. Entonces, aunque puede encerrarse allí, no creo que sea un santuario total para ella”. Las ventanas normalmente ofrecerían un escape, o al menos una vista a un mundo exterior, y Major construyó deliberadamente grandes ventanas para dejar entrar el horizonte de Montana (en realidad, es la cordillera Hawkdun en la Isla Sur de Nueva Zelanda). Pero tiene el efecto opuesto al sentido de espacio y posibilidad que normalmente ofrece un paisaje occidental. Rose es como un pájaro en una jaula en algunos aspectos. El escape está ahí fuera. Podría irse, pero también está atrapada. Es un paisaje tan grande que no puedes salir de allí”.
Major trabajó junto con la directora Jane Campion y la directora de fotografía Ari Wegner para preservar esa sensación de espacio imponente en el diseño de los escenarios exteriores e interiores. “Estudié intensamente el posicionamiento de todos estos edificios, de modo que la geografía, las líneas de visión y la conectividad entre el granero y la casa, la casa y la cancha de tenis, el granero y la casa de los trabajadores agrícolas”, dijo Major. “Así que sacamos todas estas líneas de los ojos de las ventanas y las puertas y, ya sabes, son los espacios entre los edificios los que enmarcan el paisaje. Entonces para obtener lo mejor de nuestro paisaje al obtener vistas de los ranchos y los pastizales y todo ese tipo de cosas”. “El interior y el exterior son el mismo lugar en nuestra historia”, dijo Major, y la película cambia deliberadamente los significantes occidentales con un amplio mundo exterior que no ofrece alivio y un mundo de mansión ricamente detallada que en realidad es frío, de huesos grandes y hueco por fuera. Pero esta estrategia surge no de un deseo de subvertir un género, sino de una aguda comprensión de los personajes que viven en un punto clave de la historia donde la puerta al salvaje oeste se está cerrando de golpe, dijo Major. “Pero atender las cosas en particular a una instancia dramática y las interacciones psicológicas más profundas entre Phil y Rose es el enfoque principal de un diseñador de producción para mí”. La casa de Burbank no necesitaba tener el aspecto que tiene en “El poder del perro”. Se parece a lo que siente Phil.
Campion reclutó a Jonny Greenwood para componer la partitura de El poder del perro. Greenwood quería evitar las “cuerdas de barrido” típicas de los westerns, optando en su lugar por usar sonidos de metales atonales para enfatizar la naturaleza “alienígena e imponente” de los paisajes de la película. No estaba satisfecho con el sonido del banjo de Phil en la pantalla y, como alternativa, decidió tocar el violonchelo como un banjo por su cuenta, usando la misma técnica de punteo. El sonido resultante, según Greenwood, fue “una agradable confusión” y “un sonido que reconoces, pero no es un estilo con el que este familiarizado”. Como resultado de la pandemia de COVID-19 y las restricciones de reunión vigentes, Greenwood no pudo trabajar con una orquesta y tuvo que grabar gran parte de las partes de violonchelo por su cuenta, superponiéndolas para lograr una textura orquestal.
La directora con una notable dirección, indaga el intenso poder y el psique masculino, tomando como antecedente a un hombre homosexual cohibido con un profundo desprecio hacia su persona y con un impulso por controlar a las otras personas. Es así como el poder de Phil escala en tu mente y queda ahí fijo, deambulando e induciendo a transitar este oscuro y cautivador misterio.
Jane Campion vuelve toda poderosa, poética, solemne, lenta, elegante y oscura. En su propia línea, nos vuelve a sorprender rompiendo mitos y arquetipos de una época y un entorno tan hermosos como tenebrosos gracias a la imposición costumbrista de la sociedad. El film no solo esconde un mensaje complejo que nos mantendrá analizando tanto su historia, condiciones y personajes, sino que también es uno de los mejores ejemplos actuales audio- visuales sobre lo que significa una poderosa dirección. Es una obra cautivadora que no teme romper con los esquemas narrativos clásicos y que, por ello, también apuesta por un final abrupto. El extraordinario reparto, la conmovedora música y la anfibología de los personajes colaboran a que uno se deje trasladar prontamente por la trama. Ciertas cosas podrían haberse efectuado de forma más natural, pero en particular el ambiente de tensión y la delicada narración hacen que el ritmo sea muy encantador.
La puntillosa lente de Jane Campion se coloca encima de la negrura de las colinas que circundan la casa de los Burbank, es ahí que se distingue la sombra de un perro gimiendo. Tal sombra que, bajo ciertas condiciones, aparece y se hace visible, y al que hay que estar atento para poder presenciar en su intensidad.
Jane Campion entiende de eso, de que esconden las historias, de cómo los personajes esperan ser vistos. Su forma de acercamiento es la que nos permite ingresar a ellas, sin interrupciones, sin participar y, sobre todo, sin remover la posibilidad de elegir por ellos mismos. Logrando darnos a entender que hay mucho más allá de lo que podemos ver.