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INSIDE OUT #18. Entrevista a Chris Durand: “Decidí que Michael iba a ser como un gato grande, como un tigre.”

11 minutos de lectura

Introducción por Santiago González.

En 1996 el guionista Kevin Williamson junto al director Wes Craven revivieron el cine slasher con Scream, una película que, además de tener uno de los grandes comienzos del cine de terror, se reía sin cinismo de algunas convenciones de este subgénero. Cuando se estrenó en la navidad de aquel año su éxito fue inicialmente discreto, pero el boca en boca hizo que de a poco todo el mundo hablara de ella. Fue tal su éxito que revivió la carrera de Craven que venía de varios fracasos como New Nightmare (1994) y Vampire in Brooklyn (1995), a la vez que fue el puntapié inicial para la carrera de Williamson, quien se convertiría en el creador de la serie Dawson’s Creek (1998-2003).

Dado el éxito enorme de Scream, la productora Dimension Films le pidió al guionista que escribiera una secuela y una película similar que terminó siendo I know what you did last summer (1998) cuyo éxito dio pie a una nueva moda que fue explotada durante varios años. El slasher post-Scream, como se lo conoce, se trató de películas que hacían hincapié en los conflictos de los personajes, la mayoría de clase media, tirando a alta y en sus dramas románticos. Además de contar con una puesta en escena prolija y profesional, se hacían referencias cinematográficas y la mayoría estaba protagonizada por actores que venían del mundo de las series.

El impacto del estilo de Williamson puede verse en películas como Urban Legend (1999) o Cherry Falls (2000). Pero lo cierto es que a pesar de tratarse de productos entretenidos, la mayoría son en realidad películas irregulares que no llegaban a lo creado por la dupla Willliamson/Craven.
Uno de los aspectos más interesantes de las películas escritas por Williamson y que muy pocas veces se discute, es que pareciera tratarse de un multiverso. Por ejemplo, en Halloween H20 (1998) los personajes están viendo una escena de Scream 2 donde aparece Sarah Michelle Gellar, que a la vez es protagonista de I know what you did last Summer. Otro ejemplo es que una pieza musical de Scream se puede escuchar al final de Halloween H20, e incluso Josh Harnett actuaría el mismo año en The Faculty, dirigida por Robert Rodríguez.

Así también parece ser el caso del actor Chris Durand, quien tuvo la oportunidad de ser Ghostface en Scream 2 (1998) y Michael Myers en Halloween H20 del mismo año. Durand tiene una larga carrera en el cine, ya que fue doble en películas como Demolition Man (1993) y The Last Boy Scout (1991).

Entrevista por Guillermo Martínez.

GM: Siempre me gusta comenzar con esta pregunta: ¿Qué recuerdos tenés de tu infancia en Los Angeles?

CD: Crecí en una familia académica y no tuve ningún vínculo con el negocio. Durante un tiempo viví en las colinas, así que mis amigos y yo solíamos andar en bicicleta por los senderos en la montaña y dar saltos para ver hasta dónde podíamos llegar. Cuando nos acercábamos a la ciudad, saltaba las escaleras del campus de la UCLA, pero sobre todo me gustaba explorar lugares apartados y jugar con mis amigos fingiendo que éramos vaqueros o piratas y coreografiando peleas para nuestras historias.

GM: ¿Recordás el momento en que comenzó a llamarte la atención el mundo del entretenimiento?

CD: Siempre me gustaron las películas cuando era niño. Luego creaba mis propias historias con soldados de juguete o autos Hot Wheels, y armaba los escenarios que se me ocurrían, una y otra vez, hasta que los hacía bien. Creo que contar historias siempre estuvo en mi sangre. No creo alguna vez haber pensado en ser parte de ese mundo, porque parecía muy lejano.

GM: ¿Cuáles fueron los primeros pasos que diste como actor antes de realizarlo de manera profesional? ¿Estudiaste o te capacitaste de alguna manera en aquellos años?

CD: Era escalador, artista marcial y gimnasta, así que tenía los antecedentes adecuados para dedicarme a las acrobacias. Nunca me di cuenta de que era una profesión, hasta mucho más adelante en la vida. Eso sí, yo era extremadamente tímido cuando era niño, por lo que ponerme frente a la cámara no fue natural. En la escuela secundaria tomé una clase de actuación porque me asustaba. Sabía que necesitaba superar la timidez. Con los stunts estaba frente a cámara, pero no como yo mismo. Eventualmente me fui sintiendo cómodo.

GM: ¿A qué se debe tu temprana afición por la carpintería y tu estadía en Francia siendo un niño?

CD: Siempre construí modelos cuando era niño, y mis hermanos y yo los modificábamos para hacerlos diferentes. Eso se convirtió en un amor por la construcción. No fue hasta que compré una casa que necesité construir cosas. He construido alrededor de la mitad de los muebles de la casa en este momento. En cuanto a Francia, mi madre vivió allí durante un año cuando estaba en la universidad. Mi padrastro era profesor y decidieron que sería una buena idea pasar un año sabático en el extranjero, y Francia era la opción natural. Mi apellido, Durand, es estereotípicamente francés. Mis antepasados ​​vinieron de Francia a los Estados Unidos hace nueve generaciones. Fue una experiencia interesante, en una escuela pública francesa como un niño estadounidense, con un nombre francés por excelencia: Cristopher Durand.

GM: ¿Qué nos podés contar sobre la primera vez que lograste entrar a un set de filmación? ¿Qué sensación corrió por tu cuerpo?

CD: Trabajé con un amigo en el armado de algunas acrobacias importantes antes de entrar en el negocio como actor. Llegar a los sets de rodaje fue muy emocionante y al mismo tiempo abrumador. Había mucho que aprender. Mi primer trabajo como stunt fue en la película de terror Cameron’s Closet.

GM: Durante los ’80 y los ’90 trabajaste como stunt en producciones muy populares, como “Armageddon”, “The Lost World: Jurassic Park”, “Demolition Man”, “The Crow”, “The Mask”, entre otras. ¿Qué película te presentó un mayor desafío? ¿Recordás alguna escena complicada de realizar?

CD: Todas esas películas fueron divertidas. Películas como Demolition Man fueron el comienzo de mi transición a la actuación. Tengo una breve escena en el museo con Wesley Snipes antes de que me dispare. También preparé el “bug jump” desde el helicóptero al principio. El Cuervo fue divertida, pero triste. Yo fui parte de la gran escena del tiroteo. Creo que estuvimos alrededor de 30 de nosotros disparando armas durante toda la semana, sin incidentes. Morí unas tres veces en la secuencia. Tuve una gran caída hacia atrás con un cable que arreglé, unos quince metros en una pista de baile llena de gente. Me detuve a menos de 1 metro del suelo. Cinco días después ya estaba de nuevo en casa y ocurrió el accidente.

GM: ¿Qué lugar ocupa lo narrativo a la hora de construir una escena de riesgo? ¿Con qué director lograste disfrutar, aprender y expresarte de la mejor manera?

CD: Para cualquier escena de acción la seguridad es la primera preocupación, siempre. Por lo general, hago ingeniería inversa de una secuencia para que todos estén en un lugar seguro para cuando ocurra la acción principal. En cuanto al trabajo de acrobacias, he trabajado con la mayoría de los grandes nombres de la industria. Fue un gran entrenamiento como base para actuar. Muy a menudo, los directores no dan mucha retroalimentación. He tenido la suerte de tener, en mi opinión, algunos de los mejores entrenamientos del mundo al estar en los sets. Soy una persona que aprende mirando y luego interiorizando lo que ve. Es como mejor aprendo, viendo lo mejor de lo mejor haciendo escenas mientras me hago a un lado y me coloco detrás de la cámara. Ha sido un regalo de Dios.

GM: En 1997 llegaste al set de “Scream 2”, película de Wes Craven en la que personificaste a “Ghostface”. ¿Cómo se te dio esa oportunidad?

CD: Un amigo mío me llamó para que leyera para uno de los personajes. Hay dos tipos de detectives en la película. Uno de ellos ya había sido elegido, para un tipo que tenía una apariencia buena y ruda. A Wes le había gustado lo que hice en la lectura, pero al final le dio el papel a un amigo suyo. Fui de todos modos para interpretar a Ghostface durante una parte de la película. No mucha gente se dio cuenta, pero nos mezclábamos quienes estábamos con la máscara, porque hacía más difícil adivinar cuál de los personajes era realmente el asesino. Wes incluso se la puso para una escena rápida.

GM: A diferencia de tus trabajos anteriores: ¿Qué te significó interpretar a un villano de estas características?

CD: Para Ghostface, se supone que el personaje es uno de los otros actores. La idea era interpretarlo suelto y humano, lo que significa que las acciones no necesitaban estar tan limpias. Chocar contra las barandillas durante una persecución o resbalar y recuperarse fueron aspectos importantes que mantuvieron al personaje real. Recuerda, se supone que no debe verse sobrenatural de ninguna manera.

GM: En 1998 te pusiste la máscara de Michael Myers en “Halloween H20: 20 Years Later”, película dirigida por Steve Miner. ¿Cómo conseguiste el papel?

CD: Según entendí, la producción realizó audiciones y vio a unos 100 actores y no estuvo contento con ninguno de ellos. Dado que es un papel físico, volvieron con la idea de que un doble, también conocido como actor físico, debería interpretarlo nuevamente. Donna Keegan, quien dobló a Jamie y coordinaba, nos llamó a cinco de nosotros y le dijo a la producción que todos estábamos calificados y que escogieran a uno. Al final, todo se redujo a mí y a otro, y decidieron que sería más divertido pasar el rato conmigo durante los próximos tres meses.

GM: ¿Qué características le quisiste dar a “The Shape” en esta ocasión? ¿Cómo te imaginaste al personaje en esta secuela?

CD: Steve me dejó hacer lo que pensé que era correcto. Nunca vi las primeras interpretaciones porque, durante la entrevista, los escuché decir que no iban a hacer lo que se hizo antes, entonces no había razón para estudiar lo que ya se había hecho, aunque entendí mal lo que querían decir. Querían decir que no íbamos a hacer referencia ni a la 4 ni a la 6, sino que íbamos a hacer esto como la tercera de una trilogía: 1, 2, H20. Funcionó para mí, porque no traté de estar a la altura de nada anterior y tuve que descubrir el personaje por mí mismo. Decidí que Michael iba a ser como un gato grande, como un tigre. No tenía prisa por llegar a nadie, pero una vez que fijara los ojos en mi presa, no había forma de que pudieran tambalearme.

GM: ¿Cómo viviste la oportunidad de trabajar junto a Jamie Lee Curtis y Janet Leigh?

CD: Jamie fue divertida y acogedora. Ella fue muy práctica mientras filmábamos. Cuando me estaba preparando para la acrobacia a través del parabrisas de la furgoneta, nos aseguramos de que no hubiera ninguna piedra pequeña con la que golpear en el aterrizaje. Pasó y preguntó qué estábamos haciendo. Cuando le dijimos, empezó a recoger piedras con nosotros. Janet Leigh fue muy dulce y fue un honor incluso conocerla, y mucho más estar en la misma película con ella.

GM: A más de 20 años de su estreno. ¿Qué significó en tu vida como artista haber interpretado a una de las figuras más famosas y queridas del cine de terror?

CD: Cuando hice la película no tenía idea de lo importante que era realmente. Eso también funcionó a mi favor, porque nunca me cuestioné a mí mismo mientras filmaba. Creo que lo más divertido es que mis hijos tienen un extraño derecho a fanfarronear, pero sus amigos nunca les creen cuando escuchan por primera vez que yo era Michael. Todavía me sorprende que a la gente le guste la película tanto como a ellos.

GM: ¿Cómo vivís la relación con los fanáticos alrededor del mundo?

CD: Los fanáticos son fantásticos y siempre me apoyan. Cuando voy a las convenciones, siempre, siempre me dan una cálida bienvenida. Los fanáticos del terror son de los más leales del mundo. El impacto de la película fue tanto que recibo mensajes de todo el mundo y de todos los ámbitos de la vida. Es muy halagador que se preocupen tanto.

GM: Sabemos además que te has involucrado en la escritura de guiones. ¿Cómo surgió esa afición? ¿Y tu amor por la historia y la arqueología? ¿Cómo logra convivir todo junto dentro de una misma persona?

CD: Actualmente estoy trabajando en una gran serie de terror que espero que salga pronto. Tengo dos posibles franquicias en proceso y me he involucrado en una tercera que fue escrita por un amigo. Siempre he contado historias y me di cuenta hace años que mi carrera en Arqueología encaja dentro de ese modelo. La arqueología se trata de descubrir las historias del pasado. Es cierto que soy horrible con las fechas históricas, pero siempre recuerdo la historia subyacente de los eventos históricos. Los guiones son solo formas de contar mis versiones y con mis propios detalles. Es muy divertido y gratificante crear mis propios mundos. Todo eso convive en mi porque soy Géminis, como mi esposa siempre señala.

GM: Recientemente desplegaste tus habilidades en “Captain America: The Winter Soldier” y “Westworld” de HBO, dos superproducciones. Después de tantos años de profesión: ¿Te sorprendieron estas experiencias de alguna manera?

CD: Las grandes producciones siempre sorprenden en cuanto a la cantidad de preparación logística necesaria. Cada espectáculo funciona de manera diferente de alguna manera. En Westworld estaba filmando fragmentos de unos 12 episodios simultáneamente. Todo está desordenado y hacer un seguimiento es un trabajo monumental. La serie de guiones que estoy escribiendo ahora deberán filmarse de manera similar, por lo que fue agradable ver y trabajar en una producción así.

GM: ¿En qué producción hubieras soñado estar como actor y stunt?

CD: Habría sido divertido estar en Game of Thrones o en The Hobbit. Ese es el tipo de libros que me encanta leer.

GM: Última pregunta. ¿Te queda algún sueño por cumplir?

CD: El siguiente paso es hacer que mi serie despegue. También escribí un libro llamado Hanifa, el cual publicaré pronto y espero convertirlo en una película después. Más allá de eso, tengo dos series diferentes de libros para niños en las que estoy trabajando.

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