Todos contra Nic.
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Por Diego M. Bravo.
Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio.
Finalmente, arriba, uno de los estrenos del año, a mi entender, también se transformará en un clásico de los fans del polifacético y carismático actor.
Vidas al límite.
Esta comedia escrita y dirigida por Tom Gornican, toma de referencia al gran y versátil Nicolas Cage, como figura referencial, actor icónico, ejemplo de renacimiento y redescubrimiento en todo sentido.

Acá tenemos a Nicolas Cage, haciendo de él mismo, en otro yo (Nick Cage, su apodo habitual), tomando como tema de referencia esos alter egos similares como ¿Quieres ser John Malkovich? (Being John Malkovich, 1999) de Spike Jonze, y en la comparación, en este caso la parte pseudointelectual queda manifestada en los consejos en los cuales aparece un Cage joven, acreditado como Nicolas Kim Coppola (su verdadero nombre de nacimiento), que aparece cada tanto como un “padawan medio sacado” para darle el consejo que Nick necesita oír.

La comparación más relacionada sería con nada más ni nada menos que la serie argentina Todos contra Juan, de Gabriel Nesci, con los actores famosos que hacen de alter ego de ellos mismos. Pero es más similar a la miniserie española ¿Qué fue de Jorge Sanz?, de David Trueba y el propio Sanz, en donde el mismo intérprete se autoparodia y autohomenajea al mismo tiempo, en clave de comedia.

El aprendiz de brujo.
El film narra el frustrado encuentro con un director de cine (David Gordon Green, aunque originalmente ese rol lo iba a hacer el propio Quentin Tarantino, pero el Covid lo impidió), y posterior depresión del actor, por no poder conseguir un film que lo devuelva al estrellato. Su representante Richard (Neil Patrick Harris) le consigue “una changuita”: presentarse en la mansión de un millonario español en su cumpleaños, a cambio de un millón de dólares. Viendo su difícil situación, sumada a su crisis histérica que aparece incómodamente en el cumpleaños de su hija adolescente Addy (Lily Mo Sheen) ante la mirada seria de su ex esposa Olivia (Sharon Horgan).
Al viajar a Mallorca, conoce al contratante millonario Javi (un Pedro Pascal brillante que se encuentra a la altura del desafío) y toda la admiración (tanto de los guionistas, director y el propio Pascal) queda a la vista, en todo sentido, convirtiéndose en un “autohomenaje en vida” al propio Cage, ya que aparece toda la “memorabilia” de su filmografía en forma de museo, en la mansión de Javi: desde el peluche de Con Air, las bombas de La Roca, la motosierra de Mandy y una estatua grotesca, de tamaño natural, de Castor Troy en Contracara, incluyendo sus pistolas de oro.

La ley de la calle.
Pero, pero, pero, no todas son rosas y apenas llega a Mallorca, aparecen dos agentes de la CIA, Vivan (Tiffany Haddish) y Martin (Ike Barinholtz) que lo retienen al pobre Nick y le dicen que el buenazo de Javi en realidad es un narcotraficante y que encima tiene secuestrada a la hija del candidato a presidente de Cataluña.
A partir de acá, la comedia pura y llena de acción desenfrenada no se detiene. Los enredos de los personajes provocan carcajadas continuas (atentos a la escena en la que nuestro Nick debe meterse en la guarida de Javi, durante la fiesta), hasta el final.

Alas de libertad.
El film entretiene y divierte al mismo tiempo durante toda su duración. Este festival de “autohomenaje en vida” al gran Nick Cage, se cumple sobradamente, brindando una actuación soberbia en todo sentido. Ya sea discutiendo con su alter ego del pasado, intentando ser agente secreto, mentirle a Javi pero a la vez quererlo mucho como amigo, reconstruir la relación con su hija, etc. Y de paso mencionar y citar en palabras y gestos, varias de sus pelis consagratorias e icónicas de su filmografía y hasta emocionarse con Paddington 2.

El color que cayó del cielo.
Absolutamente recomendable El peso del talento. El director Gornican hace un muy buen trabajo, cuya piedra basal y fundamental es el propio Nicolas Cage muy buen secundado por Pedro Pascal, que son los protagonistas cuasi absolutos de la historia. Ambos se sacan chispas y brillan en forma simultánea en sus roles. Un gran film que aparte de homenajear al propio Cage, va más allá, ofreciendo una brillante comedia plagada de acción, que te mantiene aferrado a tu butaca de principio a fin. Imperdible en todo sentido.
El peso del talento va en camino a ser una de las joyitas de este año. Para ver en cine.