Cabezas: más presente que nunca.
2 minutos de lecturaPor Mario Luzuriaga.
Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio.
En la década de los ’90, Argentina vivió una utopía, el sueño de pertenecer al primer mundo. Quien gobernaba en ese momento era Carlos Saúl Menem, quien venía del Peronismo, pero al asumir el poder rápidamente mostró el verdadero rostro de su gobierno: el Neoliberalismo.
Durante 10 años de mandato, vivieron la “vida loca” y llevaron a farandulizar a toda esa clase gobernante. Es allí donde los ricos se hicieron cada vez más ricos, pudiendo así tener mucho poder.
En 1997 sucedió un crimen aberrante en la ciudad costera de Pinamar, en la que fue hallado carbonizado el reportero gráfico José Luis Cabezas. Un año antes, el medio para el cual trabajaba estaba investigando a un misterioso hombre de negocios llamado Alfredo Yabrán, quien tenía un poder mayor que el gobierno de turno. Al ser acusado de ser jefe de una mafia por el ministro de Economía de aquel entonces, Domingo Felipe Cavallo (otro ser despreciable), la prensa quiso saber quién era este magnate.
Yabrán era un empresario telepostal que hizo su fortuna con varias empresas que controlaban puntos estratégicos del país, no sólo el correo, sino también con negocios vinculados con importaciones y cargas que iban al extranjero.
Durante el verano de 1996, José Luis Cabezas junto a su compañero Gabriel Michi, lograron obtener la foto del empresario; sin saber que esa fue la sentencia de muerte de Cabezas.
En enero de 1997, Michi y Cabezas estaban cubriendo la fiesta de cumpleaños de otro empresario postal, Oscar Andreani, quien realizó una mega fiesta en la que participaron personalidades de todos los ámbitos. Al terminar la fiesta, Cabezas fue interceptado y asesinado brutalmente en una cava de un camino de tierra.
El documental de Netflix relata con maestría y un impecable material de archivo lo que sucedió con el fotógrafo, la lucha de poder entre el gobierno y el empresario Yabrán, los famosos negocios sucios de la política y mucho más.
La única crítica que se le puede hacer a este trabajo es que podría haberse hecho como una miniserie, tal como lo hicieron con el crimen de María Marta García Belsunce; y ahondar más en reflejar cómo era la Argentina de ese momento, para poder entender los tiempos en los que vivimos hoy en día.
Disponible en Netflix.
Calificación: Excelente.