Coherence.

Por Jorge Marchisio.

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio.

Si hay una película que siempre se nombra a la hora de hablar de films independientes de ciencia ficción, es Coherence. Este largometraje del 2013 y con un elenco casi desconocido (el único medio famoso es el simp de Buffy, la cazavampiros) y un equipo técnico igual de anónimo, con el paso de los años este proyecto se convirtió de culto. Veamos de qué trata.

La trama sigue a un grupo de amigos compuesto por varias parejas que se juntan a cenar. Lo que parecía una velada normal, se empieza a complicar cuando se corta la luz. Al no saber qué está pasando, algunos de ellos deciden salir a la calle a ver qué pasa; es ahí cuando se empieza a desmadrar todo.

Antes de que digan que la sinopsis es un poco vaga, contar más sería spoilear la película; porque estamos ante uno de esos casos en donde la evidente falta de presupuesto es compensada por un guion inteligente, de esos que desafía al espectador a estar atentos en todo momento, y que en más de una ocasión va a dar unos giros que si no prestamos atención antes, nos va a descolocar por todos lados.

Y en este sentido ayuda bastante cómo están escritos los diálogos. Aquellos que alguna vez estudiamos cine, sabemos que una de las cosas más difíciles a la hora de escribir un libreto se da a la hora de ponerle voz a los personajes. Siempre tenderemos a que todos hablen como lo hacemos nosotros mismos, o de rellenar los silencios con palabrerío que no aporta nada. En el caso de Coherence, estas conversaciones, en teoría banales, se usan para pasar información no solo de lo que está pasando, sino de las internas del propio grupo, que como dijimos, ya se conoce desde hace años.

También ayuda bastante el hecho de que la dirección sea “tosca”. Estamos casi ante un found footage, ya que, si bien ninguno de los protagonistas está filmando lo que sucede, los movimientos de cámara son bien toscos, notándose que no es “algo etéreo” que está flotando. Dicha dirección, como dijimos, ayuda a dar un clima intimo a la historia, casi como si fuéramos uno más de los que está encerrado ahí.

Obviamente, las actuaciones no son de lo mejor, teniendo todos los actores una sola cara en la hora y media de metraje: la de preocupación. Sí, en pantalla podemos ver que se enojan, se ríen y hasta tienen sus momentos de cachondeo, pero eso lo vemos con los cuerpos o con los diálogos, las expresiones faciales, bien gracias.

En conclusión, Coherence es una muy buena película. Recomendable si gustan de esos proyectos que los desafía como espectadores; y que aparte se notan hechos con inteligencia, y sobre todo, cariño. Bien ganado el mote de “film de culto”.