Revista de Cine: Revista Sincericidio

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Amor, de Michael Haneke.

2 minutos de lectura

Por César Arturo Humberto Heil.

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio.

Obra maestra.

Hace unos días nos enteramos de que el gran actor francés Jean-Louis Trintignant nos dejó a los 91 años, y qué mejor que recordarlo con una de sus últimas películas y una de las mejores interpretaciones de su larga y prolífica carrera. Me estoy refiriendo a Amor (2012), de Michael Haneke.

La verdad que hacía tiempo no veía un film tan bello, tan sublime y emotivo como es esta obra del director alemán. Ver Amor es reencontrarse con el viejo cine francés, ese que hacía Claude Sautet, Bertrand Tavernier, André Techiné y por qué no el maestro Eric Rohmer.

Amor cuenta, con gran simpleza, la relación de Georges y Anne, dos ancianos jubilados, ex profesores de música en los últimos años de sus vidas y cómo la aparición de una hemiplejia en la mujer refuerza los vínculos afectivos de su esposo, y cómo el amor supera las dificultades que implica tener un enfermo en la casa.

Con una interpretación magnífica de los veteranos actores Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva, Amor es un film duro, pero lúcido, que nos invita a reflexionar sobre el paso del tiempo, la vejez y cómo el amor se va transformando con los años. También nos acerca, con gran lucidez, a las relaciones entre padres e hijos, en los momentos más difíciles en la vida de una persona.

Haneke brilla por su sobriedad y sencillez, por sus tiempos pausados y sus fuera de campo, haciendo honor a la mejor tradición del cine de autor francés. Su manera de narrar se aleja de aquellas utilizadas en films anteriores. Se muestra más formal, más cuidado, más maduro.

El guion, escrito por el propio Haneke, es brillante, sin fisuras, con diálogos impecables y escenas de antología. No le sobra nada, no le falta nada. Se podría decir que es un guion redondo.

Michael Haneke homenajea al cine francés de los ’70 y ’80, y lo hace con excelencia, hasta parece no ser alemán. Su solvencia narrativa es de destacar al igual que su coherencia respecto de lo que cuenta. Aquellos que tienen o tuvieron padres de más de 80 años se sentirán realmente identificados con su propuesta, porque nos acerca de manera simple pero contundente, a una realidad por la que la mayoría tendremos que pasar alguna vez.

En esta reseña, nuestro homenaje de Revista Sincericidio a un gran actor del cine mundial.

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