Películas complejas | Hoy: Borgman de Alex van Warmerdam.
2 minutos de lecturaPor César Arturo Humberto Heil.
Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio.
El extraño señor Borgman.
Continuando con la sección películas complejas, hoy voy a comentar Borgman de Alex van Warmerdam, un filme que la verdad te deja sorprendido por lo extraño que es en varios aspectos. Por un lado, su deliberada ambigüedad, por otro, su intento por encajar dentro de la comedia negra, algo que hace a medias, y por último, por su manifiesta perversión imbuida de un halo de cierto misticismo y con toques sobrenaturales.
El filme me recordó a Teorema de Pier Paolo Pasolini y a El grito de Jerzy Skolimowsky, dos filmes en donde la intromisión de un desconocido lleva al matrimonio invadido a lugares oscuros y siniestros. Camile Borgman (nombre del personaje) trae consigo el encanto del visitante de Teorema, rol a cargo de Terence Stamp y la violencia contenida de Crossley, el personaje que interpretó Alan Bates en el filme de Skolimowsky.
Sin ser ni uno ni otro, Borgman camina en esa dualidad de mostrarse como un homeless, pero a la vez sumamente refinado. Indefinido sexualmente, que coquetea pero que no concreta y que tiene el poder de manipular las mentes a través de los sueños. Borgman viene a ocupar el lugar de lo que incomoda, de aquello de lo que no se habla, de eso que no es correcto y que de alguna manera aflora desde lo más profundo del inconsciente.
Crossley tenía el poder del grito para dominar, el visitante lo hacía a través de su poder de seducción y de su ambigüedad sexual, Borgman lo hace desde la caridad ajena, al pedir un poco de agua para darse una ducha y comida, algo difícil de negar para un pobre barbudo sin hogar. Así es como ingresa en la vida de sus víctimas para, de a poco, tomar el control de la casa y sus habitantes junto a sus acólitos. Con la paciencia de un Lama Camile Borgman y sus cómplices van separando el núcleo familiar hasta terminar en el asesinato.
Surrealista, oscura, siniestra y por momentos inentendible, Borgman constituye un filme único que merece ser visto. Algunos críticos la han comparado con Funny games de Michael Heneke o con Dogtooth de Yorgos Lanthimos, yo la veo más cercana a los dos filmes que mencione anteriormente, aunque debo reconocer que la influencia de Haneke es clara.
Un dato, el filme le ganó la pulseada a Holy motors de Leos Carax, filme también reseñado en esta sección, en el festival de cine fantástico y terror de Sitges, España y se alzó con el primer premio.
Solo para aquellos que les gusta el buen cine, ese que no siempre te deja todo servido.