Películas complejas | Hoy: Alptraum de Ana Piterbarg.
3 minutos de lecturaPor César Arturo Humberto Heil.
Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio.
Continuando con la sección Películas complejas, hoy voy a hablar de Alptraum (2017) de la directora argentina Ana Piterbarg, quien vuelve a ponerse detrás de cámaras después del muy interesante debut en el largometraje con Todos tenemos un plan y lo hace con una película totalmente distinta a todo lo hecho hasta ahora en su carrera como realizadora de televisión y cine.
Alptraum, es una obra cinematográfica independiente, hecha en condiciones de producción muy inferiores a su primer trabajo, con actores en su mayoría desconocidos y con una historia que provoca en el espectador la necesidad de intervenir activamente en su lectura para intentar descifrar el mensaje, lo que demuestra el interés por parte de Piterbarg de alejarse, al menos por ahora, de ciertos esquemas comerciales habituales en el cine de industria.
Alptraum, que en alemán quiere decir pesadilla, está inspirada en la leyenda nórdica y muy popularizada en Alemania de una monstruosa criatura surgida de los cuentos populares llamada Krampus, en alemán garra, que acosa con horribles pesadillas a aquellos niños que no se han portado bien y está relacionada con las vísperas navideñas, ya que su aparición ocurre en la tarde del 5 o 6 de diciembre.
Tomando como base parte de esta leyenda la directora construye una historia onírica y laberíntica a través de la vida de Andreas, un actor y director de teatro que padece trastornos del sueño y que es acosado por reiteradas pesadillas en donde aparece una criatura mítica más similar al Minotauro, habitante del laberinto de Creta, que al Krampus.
Lo interesante del filme es como Piterbarg juega constantemente con el espectador que por momentos no sabe si lo que está viendo es real o es parte de sus pesadillas. Es ahí donde aparece la teoría psicoanalítica sobre la interpretación de los sueños de Sigmund Freud, según la cual los sueños son realizaciones disfrazadas de deseos reprimidos y la censura de los sueños producen una distorsión de su contenido. El deseo aparece disfrazado en el aspecto manifiesto del sueño, en lo efectivamente soñado, proceso denominado “deformación onírica”.
Es en esta deformación sueño-realidad en donde Alptraum hace foco y no tanto en la leyenda del Krampus, la cual solo le sirve como excusa para poder hablarnos de aquello que sucede cuando una mente perturbada busca encontrar una salida a través de la explosión onírica.
Filmada en un rabioso blanco y negro, con toques expresionistas, con una banda de sonido impecable construida en base a sonidos y no música y una trama que recuerda a los primeros filmes de David Lynch, en donde monstruos, teorías conspirativas, personajes extraños que desaparecen de un día para otro, como es el caso de Hanna la vecina y traductora de alemán, y la ausencia de una linealidad temporal hacen de Alptraum un filme distinto, hermético, por momentos indescifrable, pero por sobre todas las cosas laberíntico, como el encierro mental en el que se encuentra Andreas y del cual no puede salir.
Si les gusta el cine críptico, seguramente disfrutarán de este filme como lo he hecho yo, y si no les gusta, es una buena oportunidad para echarle una mirada a la oscuridad de la mente humana.