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Especial Halloween | “Una tumba a la eternidad” (1967) de Roy Ward Baker

3 minutos de lectura

Por Diego M. Bravo.

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio.

En nuestras recomendaciones para este mes de Halloween, tenemos una peli, no muy recordada, de la década del 60, que conjugaba el cine de terror con el catástrofe, los zombies, extraterrestres y la presencia misma del diablo, sin ser un desastre bizarro.

El club de los monstruos

Efectivamente, estamos hablando de “Una tumba a la eternidad” (Quatermass and the Pit, 1967) del prolífico y un poco olvidado director inglés Roy Ward Baker. Este film está basado en el personaje y la historia creada por el referente de ciencia ficción inglés Nigel Kneale. De su pluma creo este científico siempre imbuido en aventuras relacionadas con todo lo fantástico y la ciencia ficción. En un principio, se hicieron especiales televisivos por la BBC, luego la legendaria productora Hammer, compró los derechos para llevar estas historias al cine. Las dos primeras fueron en blanco y negro protagonizadas por Brian Donlevy, en la década del 50´s. Este actor no era del agrado del guionista, ya que no consideraba que fuera el adecuado y estaba fuera de personaje. El tercer proyecto sobre este Dr. “Quatermass and the Pit” se exhibió por TV en 1958, debido a la complejidad de la historia, Hammer no se atrevió a encararla hasta 1967, y es de ella, de la que nos vamos a ocupar.

¿Qué sucedió entonces?

También conocida con este título, es un film absolutamente original y atípico en su momento, Kneale bebe de claras referencias lovecraftianas, para la construcción de sus relatos, en donde puede conjugar eficaz y magistralmente el horror puro de flema británica, los zombies, una invasión alienígena, monstruos prehistóricos y hasta el mismísimo diablo. Un film sin estrellas como los clásicos habituales de Hammer: Peter Cushing y Christopher Lee, sino que son todos actores de reparto: James Donald (el Dr. de “El puente sobre el río Kwai” de David Lean), Barbara Shelley (habitual dama de la casa) y el notable Andrew Keir, como el Quatermass ideal, según el propio autor.

Este film es clara fuente de inspiración de filmes posteriores, desde “La noche de los muertos vivos” (1968) de George Romero, hasta “Indiana Jones y la última cruzada” (1989), no por nada comparten al mismo actor, Julian Glover haciendo de militar. Pasando por “Fuerza siniestra” (1985) de Tobe Hopper, y hasta el mismísimo John Carpenter firmó el guión de “Príncipe de las tinieblas” (1987) como “Martin Quatermass” y todas su trilogía del apocalipsis (tanto esta, “El enigma de otro mundo” y “En la boca del miedo”) son deudoras del relato temprano de Kneale y sus personajes.

Ahora empiezan los gritos

Todo comienza durante una excavación, en un suburbio de Londres, un tanto abandonado, por sucesos extraños, cuando se encuentra una forma extraña, en la estación de subte de “Hobb´s End”. Los militares piensan que es una bomba enterrada durante la 2da. Guerra mundial y  los científicos piensan que es algo prehistórico. Allí intervienen el Dr. Quatermass (Keir) con sus colegas Rones (Donald) y la Dra. Judd (Shelley). La imposibilidad de taladrar este objeto, sumado a las visiones extrañas que poseen todos los que se acercan a ella, ya sea afectándoles la mente, con visiones horrorosas y quemándole las manos, le llevan a presagiar a Quatermass. Que ese objeto esconde demasiados secretos que pueden desatar un verdadero Apocalipsis.

De esta forma, el genial artesano  Roy Ward Baker, nos va sumergiendo lentamente en esta brillante conjugación de géneros, que a medida que pasan los 97 minutos del metraje, la atrapante amalgama de hechos inesperados, nos conducen a un final inquietante y sumamente hipnótico.

El hombre de octubre

Y no entramos en mayores detalles, para que puedan disfrutar y aterrorizarse con este gran film de horror y ciencia ficción, de la casa Hammer. En su momento, quien esto suscribe, cuando la vio por primera vez, un sábado a la noche, en el clásico “Viaje a lo inesperado”, le causó un verdadero miedo, este gran film, no tan conocido y que merece verse, “Una tumba a la eternidad”, bien vale la pena descubrirla y asomarse a desentrañar los misterios que esconde la estación de “Hobb´s End”.

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