Revista de Cine – Revista Sincericidio

Revista de cine, y entretenimiento. – Noticias de cine, entrevistas del mundo del cine y VOD, festivales de Cine, estrenos.

Duro de matar: “¡Si así es Navidad, no me pierdo el año nuevo!”

7 minutos de lectura

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Antes que nada y nobleza obliga, debo destacar la generosidad y agradecerle a mi querido compañero de redacción Mario Luzuriaga, quien amablemente me permitió escribir sobre esta peli, una de mis favoritas y la que más amo, ya que mi estimado amigo la había elegido en primer lugar. De paso, recomiendo su nota sobre Duro de matar 2 (Die Hard 2, 1990), de Renny Harlin.

Por Diego M. Bravo

El último gran héroe

Para quienes vivimos nuestra adolescencia en los 80´s, la navidad siempre estaba saturada de “chaskibum”, ensalada de frutas, propagandas de la gaseosa con “Santa Claus” y aburridas pelis con unos patéticos actores haciendo de grotescos “Papa Noel”, hasta que en diciembre de 1988 se estrenó el nuevo film del director de “Nomads” (1986) y del espectacular suceso del año anterior “Predator” (1987), John McTiernan.

Catalogado en su momento como “el primer film policial de guerra” (Aníbal M. Vinelli, Crítica del diario Clarín, en su estreno), “Duro de matar” (1988) es el film navideño por excelencia, precisamente porque subvierte el sentido de la misma y la utiliza como escenario disparador de una trama que solo puede ocurrir en ese contexto, como se puede resumir en dos frase utilizadas en la promoción del film: “un hombre en el lugar y tiempo equivocado” o “40 pisos de acción y suspenso”. Como bien lo explica el propio director, McTiernan, en el prólogo del excelente libro sobre la saga: “Jungla de cristal, la guía visual definitiva” de James Mottram y David S. Cohen, que sirve de base fundamental para esta reseña: “Deseábamos contar algo interesante. ¿Quién quiere ver a un policía de leyenda enfrentándose a un montón de terroristas de leyenda?”.

Precisamente, lo inolvidable, es la construcción del héroe protagónico, un tipo de clase baja, un policía de otra ciudad en un ámbito que le era ajeno, que hacía chistes cuando se ponía nervioso, un tipo que tenía miedo, inseguro y que se encontraba solo y aislado.

Este papel fue rechazado por actores tan disímiles como Frank Sinatra, Paul Newman, Clint Eastwood, Richard Gere, Schwarzenegger, Stallone, Harrison Ford y Don Johnson, entre muchos otros, hasta que se lo ofrecen a la estrella televisiva de “Moonlighting, luz de luna” Bruce Willis, quien necesitaba un éxito, luego de su debut como protagonista en la comedia “Cita a ciegas” (Blind Date, 1987) de Blake Edwards, que a pesar de contar con Kim Basinger, fue un sonoro fracaso. En ese momento apareció el protagonista ideal para encarnar al icónico John McClane.

Básico y letal

El film narra la llegada del policía neoyorquino McClane a Los Ángeles, invitado por su esposa Holly (Bonnie Bedelia) a la fiesta de navidad, en el rascacielos Nakatomi, propiedad de la empresa en la que trabaja. Mientras se higieniza, se produce la irrupción de un grupo de “terroristas”, liderados por el elegante y sarcástico Hans Gruber (el debutante Alan Rickman), que secuestran a todos los asistentes de la fiesta y McClane debe esconderse para resolver esta situación, proteger a su esposa y rescatar a los rehenes, aunque se encuentre descalzo y con solo su arma reglamentaria. En el devenir de la trama, tendrá la ayuda del policía de calle Sarg. Powell (el sensacional Reginald VelJohnson).

Estos son los principales personajes de este film que marcó una época y catapultó la carrera de Willis, Rickman y el gran director, que luego volvería para dirigir la secuela “Duro de matar 3, la venganza” (Die Hard 3, with a Vengeance, 1995), que está a la altura de la original.

Basada en el libro de Roderick Thorp “Nothing Lasts Forever” (1979), con guión de Jeb Stuart y luego retocado y definido por Steven E. De Souza, sumado a ideas de McTiernan sobre la obra de Shakespeare, principalmente “Sueño de una noche de verano”, más la utilización de la última parte, el cuarto movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven “Oda a la alegría” y que finalmente se convertiría en el leitmotiv del film y de la saga en su conjunto (aunque las dos primeras utilicen en los créditos finales a Vaughn Monroe y su clásico navideño “Lets It Snow, Lets It Snow, Lets It Snow”).

Esto se suma al gran elenco de reparto, la clásica banda de sonido compuesta y ejecutada por Michael Kamen, la notable fotografía del futuro director de cine Jan De Bont y las inolvidables e icónicas escenas que posee este film, hacen de esta producción del gran Joel Silver, un film inolvidable y nuestro clásico navideño del cine de acción que permanece en forma perenne en nuestras retinas y corazones.

13 Guerreros

A continuación y para completar esta nota, te dejamos trece datos que quizás no sabías sobre este film inolvidable, y los detallaremos a continuación:

Cuando el villano Hans Gruber (Alan Rickman) cae desde lo alto del Nakatomi, la expresión de miedo y horror del actor es absolutamente auténtica.

Fue rodada por el mismo actor, quien cayó sobre un colchón de seguridad con un fondo verde. A pesar de estar aterrado en su debut en cine y solo haber trabajado en teatro y tv, accedió, convencido por el director. Haría la escena él mismo, de frente a cámara. Pero fue idea del coordinador de dobles, Paul Picerni, que lo tiren a la cuenta de uno, cuando lo acordado era a la cuenta de tres.

Tanto la actriz principal Bonnie Bedelia (Holly Gennaro McClane) como el secundario Hart Bochner (el yuppie Ellis) estuvieron filmando dos pelis distintas en nuestro país.

Bedelia fue la protagonista de “The Stranger” (1987) film yanqui dirigido por Adolfo Aristarain con elenco local de la talla de Ricardo Darín, Julio de Grazia, Federico Luppi, Cecilia Roth, entre otros. Y Bochner protagonizó “Departamento Cero” (Apartment Zero, 1988) de Martín Donovan, con Colin Firth y créditos locales como Federico Delía, Inés Estevez y Gabriel Corrado.

Por el cansancio de Willis, se extendió el guion del film, ampliando los personajes de reparto de la banda especialmente.

Esto fue aprovechado por el actor de reparto Dennis Hayden (Eddie), quien convenció a la cuñada del guionista, la publicista Bobby Marcus, y le dijo: “si consigues que Steven (el guionista) haga que yo sea la última persona que mata Bruce Willis, en vez de la primera, te contrato como publicista”. Por tal motivo, este villano es el último en morir antes de Gruber.

Otro de los villanos, el habitual coordinador de escenas de dobles y ocasional actor Al Aleong (Uli) sugirió la escena en la cual, su personaje, mira los chocolates y se roba uno cuando se parapeta con su arma en el lobby del edificio.

El actor de reparto Anthony Peck, aparece como uno de los policías, hacia el final del film.

A su vez vuelve a hacer del detective Ricky Walsh, en un rol más extenso en “Duro de matar 3, la venganza”, que no tiene nada que ver con el personaje de la primera.

El edificio que simula ser el “Nakatomi Plaza” en realidad era el edificio del estudio productor del film: 20th Century Fox, el “Fox Plaza”.

Allí se filmaron todos los exteriores que se requirieron.

Relacionado con esto, todas las explosiones vinculadas al citado edificio, son absolutamente reales.

Por la época en la cual se produjo, los efectos por CGI recién se estaban desarrollando y se verían en “El Abismo” (The Abyss, 1989), de James Cameron.

En la novela original, la acción transcurre durante tres días.

El detective protagonista tiene una hija que muere y los terroristas son verdaderos. Todo esto fue modificado en la última versión del guion.

Debido a que el conducto de ventilación era muy estrecho y a Willis le costaba mucho deslizarse a través de él, se le pidió a De Souza, el guionista, que improvisara diálogos.

Por falta de tiempo, el guionista, mediante un pequeño auricular en el oído, le iba diciendo las líneas que Willis repetía con toda su gracia.

Los “terroristas” ingresan al edificio en un camión con la inscripción: “Pacific Courier”.

En su secuela “Duro de matar 3, la venganza” aparece el mismo camión, pero con la inscripción “Atlantic Courier” (la primera transcurre en Los Ángeles y la tercera en Nueva York).

Debido a la gran versatilidad de Rickman para improvisar eficazmente el acento yanqui, el guionista escribió la escena en la cual se encuentra su personaje con el de McClane, quien lo confunde con un rehén de los villanos y mantienen su curioso diálogo.

Debido al pánico que le tiene Rickman en la vida real a las armas de fuego, cada vez que su personaje debía disparar, se lo filmaba de tal forma para evitar ver su gesto de impresión con el disparo.

Como se puede observar, la mueca la hace cuando le dispara a Takagi.

El mejor recuerdo que tiene Bonnie Bedelia del film, es su interrelación con su colega y compañero de rodaje, el propio Rickman.

Almorzaban juntos todos los días y la actriz recuerda cálidamente a su fallecido compañero, por lo encantador y gentil que era en la vida real.

Más historias

The Well 4 minutos de lectura
Megalópolis y los Razzie 4 minutos de lectura

Puede que te hayas perdido

The Well 4 minutos de lectura
Megalópolis y los Razzie 4 minutos de lectura
George A. Romero´s Resident Evil 2 minutos de lectura