Die Hard 2: otra navidad bajo fuego
2 minutos de lecturaBienvenidxs a una nueva crítica de Revista Sincericidio. Luego de tener una navidad agitada en Los Ángeles, John McClane necesitaba un respiro. Pero nada de eso sucedió.
Por Mario Luzuriaga
En esta oportunidad, McClane (Bruce Willis) está en un aeropuerto esperando a que su esposa Holly (Bonnie Bedelia) llegue de un viaje de negocios. En paralelo, un dictador sudamericano (Franco Nero), es escoltado para ser encarcelado, pero un grupo de mercenarios toma por asalto el aeropuerto para liberarlo. Pero no contaban con el hombre equivocado, en el momento y lugar equivocado.
Luego de la exitosa primera parte, llevan a John McClane a los noventa de la mano del director Renny Harlin, quien era reconocido por dirigir la cuarta entrega de la saga de Freddy Krueger y muchos comerciales.
Harlin sustituyó a su par John McTiernan, quien había dejado la vara muy alta en el cine de acción, y sería muy dificultoso hacer una secuela doblemente exitosa. Lo que ofreció Harlin fue reciclar la primera, brindando una película más explosiva y con un poco menos de corazón que la original.
La historia de Die Hard 2 es diferente pero no el lugar donde se desarrolla. Anteriormente fue un edificio, y ahora un aeropuerto en el que tienen el control de los vuelos de todo el mundo. La amenaza es más interesante y también se ajusta a la temática de ese momento, que era la corrupción de algunos militares, presidentes de países de América Central o América del Sur, algo más emparentado a lo que sucedía con el dictador panameño Manuel Noriega.
Aquí, ese rol lo tomó el legendario antihéroe del spaghetti western Franco Nero, en la piel de Ramón Esperanza, que al igual que Noriega, colaboró con el gobierno de Estados Unidos y, sobre todo, hizo migas con una unidad de Fuerzas Especiales del Ejército, comandadas por el coronel Stuart (William Sadler). Nero y Sadler hacen una buena dupla del mal, la cual tiene que detener a McClane en todo momento.
Centrándonos en Bruce Willis, en esta oportunidad, el actor despliega su carisma y hace que el público siga enamorándose de su estilo y espontaneidad a la hora de hacer frente a los mercenarios. Mantiene esa sensibilidad a la hora de conectar con su mujer, dejando unos buenos momentos. Bonnie Bedelia trata de hacer lo mejor posible, pero se repite tal cual como en la primera entrega.
Conclusión
En sí, Die Hard 2 está llena de explosiones y escenas de acción memorables, pero al repetir la receta de su predecesora, agregándole un poco más de condimento, no logra ser la combinación perfecta. Aún así, la película es entretenida y una buena elección para disfrutar en estas fiestas.
Calificación: Buena