A l’Interieur
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Bienvenidos a una nueva nota de Revista Sincericidio. Al igual que Martyrs y Haute Tension, A l’Interieur es una película de terror francesa que pegó fuerte y tuvo éxito, traspasando fronteras y gozando de buena reputación, al punto de poder catalogarla no solo como una de las más violentas dentro del género, sino también una de las más influyentes.
Desde la trágica muerte de su esposo en un accidente, Sarah se quedó sola, y pasará la Nochebuena (no tan buena) de la misma manera, sola y embarazada. Es la última noche que ella va a pasar en esa casa, ya que a la mañana siguiente debe entrar al hospital para dar a luz. En su casa todo está tranquilo, hasta que alguien le toca la puerta: una mujer dispuesta a todo para arrebatarle a la ¿bendición? que lleva dentro.
En A l’Interieur casi todo transcurre en una sola locación y la trama se centra en estas dos mujeres, Béatrice Dalle y Alysson Paradis. Sarah se prepara para el parto, pero sospechamos que lo peor está por pasar, ya que aparece una mujer misteriosa y un tanto mística que da vueltas alrededor de su casa. En ese momento, a nivel realizativo, los juegos con las sombras, el silencio y la ambientación son lo más logrado en cuanto a la construcción del suspenso y la intriga.
Tras esta angustiosa primera parte, comienza el gore y la película se tiñe de rojo. ¿El motivo? La mujer embarazada se enfrenta a la perturbada de turno que intenta abrirle el estómago para robarle a su hijo. Este es un tema que puede incomodar, pero acá es donde la tensión sube un poco más y las escenas enfermizas están a la orden del día.
Indudablemente, la potencia de la película, más allá de la truculencia de las escenas y su riqueza en hemoglobina, es el dúo de actrices. Béatrice Dalle y Alysson Paradis están formidables, tanto Dalle en el papel de una loca completamente desconectada del mundo como Paradis, quien encarna un personaje más complejo de lo que comúnmente vemos en las películas de terror de corte más clásico.
A l’Interieur es una película de terror que logra su objetivo, estremecer y aterrar al espectador. Esto se logra gracias a un acertadísimo trabajo de dirección por parte de Alexandre Bustillo y Julien Maury y, sobre todo, a un asombroso dúo de actrices.
