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John Carpenter: ¡Felices 75 años!

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Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. El pasado 16 de enero, un tal John Howard Carpenter cumplió 75 vitales y merecidos años. Nacido en 1948, este realizador fundamental del cine de terror y suspenso y del cine en general, tiene una filmografía monumental con varios clásicos. Pero toda esta información desarrollada en forma admirable y extensa al mismo tiempo, la pueden encontrar en el libro de Ed. Cuarto Menguante: “Encerrados toda la noche: el cine de John Carpenter” de mi admirado colega y amigo personal, Matías Orta.

Por Diego M. Bravo

Tres anuncios para un crimen

Pero dentro de su brillante filmografía, encontramos tres obras fundamentales que forman parte de lo que se conoce como: “La Trilogía del Apocalipsis”. Desde mi lugar, me explayaré sobre dos de ellas.

Hace frío y estoy lejos de casa: El enigma de otro mundo (The Thing, 1982)

A pesar de que algunos trasnochados y pocos informados piensan que es un remake del film clásico de 1951, dirigido por Christian Nyby y por su productor, el celebérrimo Howard Hawks (aunque no acreditado como tal), en realidad es la adaptación más fiel a la novela de 1938 de John W. Campbell Jr. ¿“Who Goes There?”. Se construye como un homenaje desde la iconografía de los créditos del film (que es el mismo que ven los chicos en Halloween), pero que tiene una absoluta identidad carpenteriana propia.

El film narra lo que sucede cuando aparece de la nada misma y en medio de los témpanos antárticos un perro alaskan malamute, que es perseguido por unos noruegos a bordo de un helicóptero y al que quieren matar a toda costa (todo lo previo, que sucede en la base noruega es la base argumental de la precuela La cosa del otro mundo (The Thing, 2011, de Matthijs van Heijningen Jr.). Al llegar a la base yanqui 31, se produce un encontronazo con los científicos que protegen al perro y los noruegos perecen. A partir de allí, nada será lo mismo para el piloto R.J. MacReady (Kurt Russell), Childs (Keith David) y el resto de los integrantes de la base.

Con esta premisa inquietante, Carpenter construye una fascinante pesadilla personal, con un suspenso impresionante que no da respiro. Por ejemplo, la escena de la extracción de sangre, ya que todos sospechan de todos, es de una construcción visual apabullante con un montaje demoledor. La propia “cosa” de aspecto multiforme, es un personaje aparte. Gracias a los efectos prácticos y artesanales de Rob Bottin, con aportes de Stan Winston, entre otros, son dignos de aplausos, debido a la inventiva y absoluta originalidad de los mismos, tornando fascinante su visionado.

Su puesta en escena denota esa pata fundamental en la construcción de este apocalipsis, que da puntapié en esa zona tan inhóspita como peligrosa. Si a esto le sumamos la fascinante banda de sonido tan original del prolífico Ennio Morricone, quien inspirado en la obra del propio Carpenter como músico, compuso una obra envolvente y minimalista que subyuga al espectador y le da el marco adecuado a esta obra impactante, en todos los sentidos.

También es de mencionar al homogéneo elenco que acompaña a Russell, plagado de muy buenos actores de reparto. Aparte del mencionado David, brillan Donald Moffat (Garry), Richard Dysart (Dr. Blair), David Clennon (Palmer), Charles Hallahan (Norris) y Richard Masur (Clark), entre otros.

Cabe recordar como corolario, que en su primera exhibición en la TV abierta argentina, a fines de 1988 por el canal América 2 o TV2, el montaje exhibido contenía una última escena, en la cual se observa al perro del inicio caminando muy tranquilo en la nieve, confirmando que el fin es solo el principio…

En el circo vos ya sos una estrella: En la boca del miedo (In the Mouth of Madness, 1994)

Finalmente, en 1994 se estrena la última parte de la personal visión sobre el apocalipsis carpenteriano, que es este film, inspirado en la obra del particular escritor H. P. Lovecraft. Varios de sus relatos son homenajeados en esta particular obra y forman parte de su construcción trasladada a imágenes.

Este film narra el devenir de un escéptico investigador privado de seguros, John Trent (Sam Neill en uno de sus mejores roles de su vida), que es contratado para averiguar el paradero de un famoso escritor de novelas de terror, Sutter Cane (un notable Jurgen Prochnow), que provoca una histeria y fanatismo inusitado entre sus millones de lectores. Cane debe entregar el manuscrito completo de su última novela, que da título al film, la cual aseguran que es su obra cumbre, en todo sentido. Para esta tarea cuenta con la ayuda de su editora Linda Styles (Julie Carmen), quien lo acompaña en esta búsqueda. Llegan al pueblo “Hobb´s End”, hogar de Cane y lugar en donde transcurren todas las novelas y, a partir de allí, este viaje se convierte en una aventura inesperadamente horrorosa.

Carpenter pone en imágenes todo el poderío visual que le concede esta historia. No solamente el horror, sino el contexto de pesadilla constante, una dentro de la otra y cada una de ellas más y más abominable. A pesar de contar con un presupuesto limitado, la sucesión de monstruos, personas monstruosas y hasta la acertada elección de lugares de rodaje (la aterradora iglesia de Hobb´s End es un eficaz ejemplo de esto) hacen de esta obra un placer visual, del vistazo general a todos los miedos que nos rodean, hechos realidad.

La consciencia de los personajes, del lugar que ocupa cada uno, la autorreferencia final, de donde nos encontramos parados, nosotros, dentro del relato, tanto como espectadores de esta apabullante obra que trasciende la obra de Carpenter, para lograr un lugar destacado dentro de la historia misma del cine, mucho más allá del género de terror, que le queda chico como tal.

A esto le sumamos la envolvente banda de sonido compuesta por el propio Carpenter, con un vibrante tema principal que nos pone desde el inicio en el ambiente indicado. En definitiva, una obra absolutamente imprescindible y clave de la filmografía del nombrado director y del cine en general. Imperdible.

El príncipe de las tinieblas

En la página estamos repasando un poco como fue la llamada Trilogía del Apocalipsis, creada por el gran John Carpenter; que se compone de films que, si bien no componen una saga per se con una continuidad, sí comparten un mismo tema, que es la posibilidad real de que se acabe el mundo. Así que esta vez les hablaré de El príncipe de las tinieblas, quizás la menos conocida de las tres.

Por Jorge Marchisio

La historia creada por Carpenter nos relata cómo un grupo de científicos y miembros de la Iglesia, se propone investigar un misterioso suceso que va a llevarse a cabo en una enorme iglesia abandonada, en la noche donde se da un eclipse. Pero no estarán solos, ya que las fuerzas del mal también se van a hacer presentes en el lugar.

¿Ciencia y religión trabajando codo a codo? Sí, esto solo podía pasar en una película, y quien mejor que John Carpenter para mostrarnos cómo ambos mundos tan separados, pueden convivir si tienen una meta en común. Aunque en realidad esto es más un pensamiento personal, porque la película al menos en su capa más visible, nos muestra como el mal puede estar en cualquier lado, incluso en forma de una sustancia extraña como se nos plantea en este proyecto.

Lo que sí está presente es el estilo tan característico de sus proyectos. Y con esto no solo me refiero a la presencia de algunos de sus actores fetiches como Victor Wong o Donald Pleasence, sino que otra vez un grupo de personas terminan encerradas en un lugar sin poder salir; en esta ocasión, porque el mal al que tanto nos referimos, poseyó a un grupo de indigentes de los alrededores de la iglesia, haciendo que estos asesinen a nuestros héroes a la mínima que intenten escapar.

Como también era moneda común en el cine de Carpenter, este priorizó los efectos prácticos por el CGI primitivo de la época. Este último solo se hace presente en una cámara donde vemos al dichoso líquido mencionado más arriba, y en algún retoque en particular, ya sea el eclipse o alguna luz (o ausencia de la misma).

A día de hoy, El príncipe de las tinieblas logró convertirse en una película de culto, pero sólo en los círculos de los fanáticos del terror. Para la gran mayoría, es una cinta desconocida, y por eso esperamos que esta nota ayude a remediar semejante injusticia.

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