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Directores Controvertidos | Hoy: Ruben Östlund

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Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio y a otra entrega de Directores Controvertidos. Agradezco la generosa gentileza de mi compañero Daniel López Pacha, quien me permitió escribir sobre este provocador director premiado dos veces con la Palma de Oro en el Festival de Cannes y postulado al Oscar como Mejor Director, en la ceremonia que se llevó a cabo el domingo 12 y que cubrimos en forma exclusiva junto a todo el equipo de la revista.

Por Diego M. Bravo

El triángulo de la tristeza

Ruben Östlund es un joven director sueco de 48 años. Para delinear un perfil y un criterio en común dentro de su filmografía, voy a analizar sus tres filmes más importantes: “Force Majeure: La traición del instinto” (2014), “The Square” (2017) y “El triángulo de la tristeza” (Triangle of Sadness, 2022), postulada a Mejor Película en la reciente entrega de los Oscar.

El propio Östlund ha dicho sobre su obra: “Básicamente, todas mis películas tratan sobre personas que intentan evitar quedar mal” [En The Square (2017)]. «No creo que esté señalando a otras personas, estoy señalando a la clase media académica de la que soy parte. Muchas de las escenas se hicieron con el objetivo de: ‘Tendremos una película en competencia en Cannes: tendremos una audiencia sentada allí con esmoquin, mirando a este tipo con esmoquin escarbando en la basura’. Siempre trato de usar las películas como un espejo de mí mismo y del grupo social al que pertenezco.»

Estos dichos son verdades a medias y parciales. Porque de acuerdo a ciertas características que observé que tienen en común estas tres obras, en realidad, tienen otros objetivos a los cuales apunta este director, pero de una forma sutil y encubierta. Estos se pueden desenmascarar si se los analiza en forma conjunta a su obra.

Deja que los demás lidien con el amor

Para comenzar, mencionaremos al film que lo puso en conocimiento amplio en el mundo del cine y de la crítica en general, que a su vez, es su mejor obra en lo que se refiere a contar una historia.

CABE ACLARAR QUE A PARTIR DE AHORA, DEBIDO A LA PROFUNDIZACIÓN DE ESTE ARTÍCULO, VAMOS A SPOILEAR DATOS IMPORTANTES DE LA TRAMA Y DEL FINAL DE TODOS LOS FILMES QUE MENCIONAMOS.

Hecha la aclaración, ahora empezamos con “Force Majeure: La traición del instinto” (2014). Este filme, que para el que suscribe es el mejor del director, cuenta la historia de una familia pudiente con dos chicos que, en unas vacaciones en los Alpes suizos, sufre un momento traumático cuando presencian una avalancha, y la actitud despreciable del padre, Tomas (Johannes Kuhnke), que abandona a sus hijos, y su mujer Ebba (Lisa Loven Kongsli), en ese momento tan shockeante.

Lo mejor del film pasa por cómo refleja el dolor de ese padre por lo que hizo. Pero en el proceso, tiene detalles lamentables, ya que Ebba se burla y le enrostra a Tomas sobre lo que cometió. Allí, Östlund, victimiza a su principal personaje masculino y lo termina de resaltar al final del film. En la última escena, es Ebba la que abandona a sus hijos y a su esposo, cuando el chofer del micro hace peligrosas maniobras en la curvas de montaña, además de reflejar el comportamiento malcriado de sus hijos y cómo pelean entre ellos.

Involuntario

Para redondear mi postura, esta se confirma con la trama de: “The Square (2017)”. En su primera escena, al personaje principal, Christian (Claes Bang), el soberbio y superficial curador de un museo sueco, una chica le roba la billetera; provocando el conflicto que incidirá decisivamente durante toda la trama. A esto se suma que el interés sexual del mismo, Anne (Elisabeth Moss) vive con un simio de mascota (¿?). La beligerancia y el carácter insoportable que presentan sus propias hijas, y el niño al que acusan falsamente del robo (Elijandro Edouard), empiezan a “perseguir” a Christian con consecuencias insospechadas.

Y a esto le sumamos que Christian aprueba un comercial televisivo en el cual una niña rubia de la calle muere en una explosión y en una “muestra artística” de su galería, en donde Oleg (Terry Notary), un “artista alternativo”,  actúa como un simio y ataca a una asistente mujer y la tira al suelo violentamente.

Todo esta estructura se confirma en su último film: ““El triángulo de la tristeza” (Triangle of Sadness, 2022). A esta la analizamos aparte con motivo de su estreno, con el rol de Carl (Harris Dickinson) y todo lo que sucede a su alrededor.

Östlund construye a un protagonista masculino, joven, algo débil, pero con rasgos “contradictoriamente humanos” (descriptos anteriormente), que son: “víctimas de su ego, las circunstancias adversas y especialmente de las mujeres que los rodean y hasta niños” (sean sus propios hijos o el chico falsamente acusado que reclama su inocencia a los gritos en “The Square”).

Quizás, en las sombras, el propio director se ve de esta forma. Esto queda resaltado en el “abuso sexual” al cual es sometido Carl durante la primera y última parte de “El triángulo…”. Primero, de parte de las mujeres a cargo del casting de modelos, y a lo último por parte de Abigail (Dolly de Leon), quienes se encargan incluso de cosificarlo.

La farsa del arte

El director acumula momentos de alto impacto visual y de shock. La avalancha en “Force…”, “el videoclip promocional de la galería” y la escena de Oleg y su «performance simiesca” en “The Square”, además de la repulsiva y escatológica cena en “El triángulo…”, en contraposición de contar una historia dentro de andariveles narrativos concretos, que solo se pueden observan en “Force…” y en forma notable.

Cuenta con muy buenos actores y generosas producciones detrás. Pero quizás, en busca de ser más provocativo que narrador, plantea estas narraciones disruptivas en busca de sacudir al espectador antes que hacerlo pensar, o construir una narración acorde a sus ideas, escondida dentro de una “comedia rupturista”.

Todas estas coincidencias narrativas se encuentran disimuladas dentro de su obra, para justificar su forma de pensar, haciendo “comedias sobre el ‘arte’ o la crítica a los poderosos”, cuando no solo los defiende, sino que los pone en lugar de víctimas de las circunstancias extraordinarias que les toca vivir, aunque no parezca que sea así, siendo esta mirada demasiado machista para los tiempos que corren y los nuevos vientos que nos sacuden y nos interpelan, aunque parece que Ruben Östlund no se dio por enterado o no lo quiere asumir.

A su vez, fue premiado con dos Palmas de Oro en el Festival de Cannes. Ya vimos qué opinó la Academia al respecto, el domingo 12 de marzo, con sus postulaciones a Mejor Película, Director y Guionista.

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