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Call Jane: Preparen los pañuelos verdes

5 minutos de lectura

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Hablar sobre el aborto es sin duda uno de los temas más urticantes que existen. Aún hoy, y a pesar de que muchos países ya cuentan con una ley de legalización de las prácticas abortivas, sigue siendo una temática que la mayoría prefiere evitar en una charla de café.

Por César Arturo Humberto Heil

Ninguna problemática social y humana genera tanta controversia y división como el aborto. A la fecha, no se ha podido dilucidar si es un crimen o no, y cuando se considera que existe la vida, si es desde la concepción misma o a partir de una determinada cantidad de semanas de gestación.

Ahora bien, si hablar de este tema sigue generando debate en la sociedad actual, intenten imaginarse cuál podría haber sido la mirada sobre una mujer que se hace un aborto durante los años ’60 y principios de los ’70 en los Estados Unidos de Norteamérica.

Call Jane (2022) de la guionista y directora Phyllis Nagy es un filme que intenta abordar la problemática de las mujeres embarazadas que por alguna u otra razón buscan interrumpir su embarazo. El contexto social para estas mujeres era dominado por el modelo patriarcal, en donde realizar abortos estaba penalizado con la cárcel y la maternidad, la familia y el matrimonio, eran el sustento para el american way of life.

Joy (Elizabeth Banks) es la típica ama de casa norteamericana de clase media, la cual tiene una vida ordenada junto a su marido Will (Chris Messina) un respetado abogado penalista y su hija adolescente Charlotte (Grace Edwards).

Joy cursa un embarazo reciente, pero cuando empieza a sentirse mal y se desmaya, se encienden todas las alarmas. Ella visita a su médico, quien le diagnostica cardiomiopatía congénita, una patología poco frecuente, la cual no tiene, al menos en esa época, una solución que no sea la de interrumpir el embarazo.

A sabiendas de que su vida corre peligro, Joy inicia un pedido a través del médico para que una junta del hospital autorice el procedimiento. Luego de analizar los riesgos/beneficios, la junta de especialistas, y tal como era de esperar en una sociedad conservadora, le rechazan la solicitud.

A Joy no le queda otra alternativa que recurrir a un centro clandestino de realización de abortos, lo que la lleva a conocer a la organización “Jane”, la cual se dedica a realizar esta práctica a mujeres que lo necesitan. Este grupo de activistas es liderado por Virginia (Sigourney Weaver) y además de realizar abortos, busca la manera de concientizar sobre los derechos a abortar de las mujeres.
Esta decisión de poner fin a su embarazo cambiará la vida de Joy, quien terminará involucrada en esa organización de forma activa.

En los límites de lo moralmente discutible

Call Jane está basado en hechos reales ocurridos por esa época en la ciudad de Chicago y si bien el personaje de Joy es ficticio, la organización, así como el personaje de Virginia son reales.

El punto más discutible del filme es su abierta mirada pro aborto, la cual jamás cuestiona los aspectos más conflictivos del tema, en especial la ilegalidad de la práctica, que no era realizada por médicos. Tampoco se observa ningún tipo de remordimiento por parte de la protagonista, quien deja la organización más por una presión familiar que por sentirse con culpa por haber participado de varios abortos, quedando así claro que el patriarcado es quien la termina llevando a esa decisión.

El filme, si bien muestra una problemática concreta, atendible y entendible, bloquea cualquier intento de discusión desde su discurso sesgado y algo romántico sobre el tema y evita cualquier punto de discrepancia respecto a la justificación de abortar.

Es cierto que en aquellos tiempos no existía otra posibilidad que la de recurrir a la ilegalidad y para aquellas mujeres con problemas concretos como el de Joy, no había otra opción posible, pero, quizá se podría haber suavizado un poco el mensaje. No hay un intento por parte de la guionista Nagy de exponer otras voces disidentes para que el espectador pueda sacar sus propias conclusiones, en especial cuando todo parece justificar esa violación a las normas vigentes.

En Call Jane tampoco existe ningún tipo de planteamiento ético o moral. Las mujeres parecen estar todas en sintonía con las prácticas abortivas, mientras que los hombres, son los únicos que se cuestionan el procedimiento. Eso queda reflejado en la férrea postura de los médicos de la junta que le niegan el aborto terapéutico a Joy, acentuando más el dogmatismo y pragmatismo de su rigurosa formación. En este sentido, el único hombre que no se cuestiona nada es el falso médico que realiza los abortos, pero su imagen es la de una persona cruel a la que solo le interesa el dinero que cobra por cada práctica realizada.

Conclusión

Call Jane es una película que, en lo personal, me dejó un sabor amargo en la boca. Si bien uno tiene una posición tomada respecto al tema y la necesidad de que las mujeres puedan decidir sobre su embarazo, lo que más molesta es la liviandad con que se aborda la ilegalidad de la práctica, anteponiendo el deseo de las mujeres por sobre las leyes.

Estados Unidos es uno de los países occidentales que, si bien está discutiendo el tema de una ley sobre el aborto, aun no ha logrado imponerla debido a lo tradicional de su sociedad, cuya base religiosa es muy fuerte. Quizá sea el momento de debatir seriamente la necesidad de una regulación de una actividad que aún se mantiene en los márgenes de la ley.

Pañuelos celestes abstenerse.

Calificación: Buena

Disponible: Amazon Prime Video

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