Evil Dead Rise: La saga revive… un poquito
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Bienvenidos a una nueva nota de la Revista Sincericidio. En el 2013 se estrenó una nueva incursión en la saga de Evil Dead. Una remake que a la vez era un reinicio y podía verse como un capítulo aparte sin la necesidad de ver las entregas anteriores. La película dirigida por el uruguayo Fede Alvarez sorprendió a más de uno, ya que su tono era más serio y solemne. No contenía esa puesta en escena entre cómica y exagerada típica de Sam Raimi, mas allá de algunas referencias visuales. Hoy en día es considerada un clásico y una de las mejores remakes de los últimos años, aunque también tiene sus detractores, justamente por traicionar el espíritu de Evil Dead.
Por Santiago González
Evil Dead Rise, al igual que la anterior, no es una remake ni una secuela, simplemente se trata un nuevo capítulo de esta saga. En este caso, el elegido por Sam Raimi para encargarse de la dirección es Lee Cronin, un desconocido que anteriormente había hecho la irregular The Hole in the Ground (2019) y que en esta nueva película echa mano a una cantidad inmensa de recursos visuales, la mayoría sin resultados satisfactorios.
La trama trata sobre Beth, quien visita a su hermana Ellie en su departamento, el cual se encuentra en un edificio a punto de ser demolido en Los Ángeles. Ellie tiene tres hijos quienes, luego de un terremoto, encontrarán el famoso Necronomicón.
Los problemas de Evil Dead Rise se ven de entrada. Cronin imita el estilo de Sam Raimi pero sin entenderlo. Llena la película de ideas visuales arbitrarias que no tienen coherencia, como usar un terremoto que no tiene otra función que hacer que los protagonistas descubran aquel libro, o usar el POV de la entidad porque sí. Promete un festín de sangre, pero lo oculta durante la mayor parte de la película para recién en el clímax explotar. Clímax que vimos en la versión del 2013, mucho mejor construido y con mucha más hemoglobina.
En donde sí gana la película es en el apartado técnico, en especial el sonoro. Se escuchan dientes ser cortados, huesos siendo rotos y todo eso lleva a que nos imaginemos lo peor. La fotografía es otro aspecto a valorar, ya que la trama transcurre en un edificio en donde se cortó la luz y los personajes usan velas para iluminarse. Esto lleva a algunas secuencias tenebrosas y bien orquestadas por parte de Cronin, quien también se encarga del guion.

El peor pecado de esta nueva Evil Dead es que si le sacamos los aspectos técnicos mencionados y la sangre, nos encontramos con una película predecible que abusa del sonido y en donde sabemos qué va a ocurrir y cómo. Es una película en donde la originalidad brilla por su ausencia y lo que mejor se puede decir es que como propuesta gore funciona dentro de una cartelera donde faltaban películas similares, pero esto no significa que se trate de algo memorable.