65: al borde de la extinción: Viaje al parque Jurásico
2 minutos de lectura65: al borde de la extinción (2023), filme de los directores Scott Beck y Bryan Woods, parte de una premisa interesante pero que se queda a mitad de camino por lo escueto de su historia.
Por César Arturo Humberto Heil
Mills (Adam Driver) es un piloto “extraterrestre” que debe cumplir una misión: llevar a un grupo de colonos a un nuevo planeta, ya que en el que viven las condiciones no son las mejores. El viaje va a durar varios años y Mills debe dejar a su esposa (Nika King) y a su pequeña hija Nevine (Chloe Coleman) durante un largo período de tiempo.
En el viaje las cosas se complican y la nave tripulada por Mills debe hacer un aterrizaje de emergencias en un desconocido planeta, con el trágico resultado de que todos los pasajeros, menos él y una niña llamada Koa (Ariana Greenblatt), no sobreviven al impacto.
Para mal de males, la niña no habla el idioma, porque pertenece a una tribu aborigen, y el selvático planeta está repleto de enormes y peligrosos dinosaurios dispuestos a devorarse a los recién llegados.
Con esta nimia historia, el filme se muestra como un entretenido producto que solo pretende hacer gala de los efectos visuales en la creación y desarrollo del paisaje exótico y de los dinosaurios, los cuales están muy bien realizados por el equipo de FX digitales y que nada tienen que envidiarle a Jurassic World, producida por Steven Spielberg. En ese sentido, 65: al borde de la extinción funciona de manera más que aceptable.
El mayor problema que presenta el filme es que, sostener esa misma situación durante una hora y media hace que todo termine en una sucesión de acciones y reacciones repetidas, en donde la sorpresa de las primeras escenas se desvanece con el correr de los minutos por más que las bestias prehistóricas varíen en su diversidad y sean cada vez más grandes y hambrientas.
65: al borde de la extinción es un filme que deja abierta la puerta para pensar en una paradoja temporal, ya que se puede asumir, a pesar de que en ningún momento queda de manifiesto, que Mills es un terrícola y que por algún desvío temporal del espacio exterior ha caído en la Tierra, solo que 65 millones de años atrás en el tiempo.
Conclusión
Casi sin diálogos, con buenas dosis de acción y excelentes efectos digitales, 65: al borde de la extinción es un filme que, sin pretender demasiado, logra entretener a pesar de su reducida trama. Eso se debe en gran medida a la correcta dirección de los directores Beck y Woods y a los aportes de todo el equipo de arte y diseño, quienes son las verdaderas estrellas del filme. Para ver sin pretensiones.
Disponible en: Flow
Calificación: Regular