Margaux: Un guion poco inteligente
3 minutos de lecturaBienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. No hay duda de que desde que la Inteligencia Artificial se fue incorporando a la vida moderna de las personas, las discusiones sobre si es una ayuda o una amenaza para el ser humano se multiplicaron. Quienes están en contra de este avance tecnológico, alertan sobre los posibles peligros que puede ocasionar una IA que razone y que tome decisiones por sí sola. Por otro lado, están los que creen que su colaboración es un importante aporte a muchas disciplinas y consideran que sus avances tecnológicos van a revolucionar en un futuro cercano la manera de hacer nuestras tareas cotidianas.
Por César Arturo Humberto Heil
En el caso del filme Margaux (2022), del director Steven C. Miller, el uso de esta nueva tecnología tiene la mirada puesta del lado de aquellos que creen que las IA son una amenaza peligrosa en vez de una asistencia virtual inocua. Algo que, por supuesto, para el cine siempre es más interesante.
Un grupo de amigos deciden pasar un fin de semana en una casa inteligente manejada por una IA llamada Margaux. Esta posee infinitas habilidades que van desde preparar deliciosos platos gourmet, mezclar los mejores tragos o moldear figuras a través de un sistema de impresoras 3D. En pocas palabras, se podría decir que Margaux es una super IA.
A medida que se habitúan a la lujosa casa, la cual es un verdadero paraíso para el disfrute, Margaux va conociendo los gustos y los perfiles de cada uno. Su fin es elaborar un estratégico plan para eliminarlos uno por uno, como si fuera un cruel y frío psicópata, y luego reemplazarlos por una versión mejorada realizada con impresión 3D.
Margaux lidiará con un gran problema, y es Hanna (Madison Pettis), una joven experta en programación que desconfía de la tecnología. De hecho, no usa redes sociales y no se ha descargado la aplicación en su celular que le permite a la IA tener acceso a toda la información personal.
Margaux es un filme clase B y con un escaso presupuesto. Dentro de esa austeridad se las arregla para por lo menos mostrar algunos efectos digitales aceptables. Su mayor problema está en un reparto de actores desconocidos y mediocres, y en un guion poco original, que nunca sale de los clichés habituales y que se guarda lo peor para la última media hora.
El director Steven C. Miller no se caracteriza por ser un artista que se comprometa con las historias reflexivas. Eso está claro cuando revisamos su filmografía, en especial la serie de películas que comprende el peor período del actor Bruce Willis. Aquí demuestra que se siente muy cómodo dirigiendo en ese terreno de filmes baratos y que van directo al grano, porque no hay ninguna situación que haga pensar lo contrario.
Si uno analiza filmes similares sobre casas inteligentes que toman el poder, seguramente Margaux no entra en el top ten. Pero teniendo en cuenta que está disponible en una plataforma de streaming y que, a pesar de tener una duración de una hora cuarenta y cinco minutos, su visionado se hace bastante ágil, y la ecuación termina dando un número levemente positivo y no negativo.
Conclusión
Para quienes se dispongan a ver Margaux, les aclaro que no busquen profundidad en los diálogos, actuaciones descollantes, imágenes metafóricas ni planteamientos reflexivos sobre los problemas reales que la IA puede ocasionar, porque no los van a encontrar.
La película es decididamente mala. Pero si lo que buscan es pasar un rato divertido, viendo algunas escenas sangrientas y no quieren devanarse los sesos en cuestiones metafísicas y complejas, quizá Margaux los entretenga un rato.
Disponible: Paramount+
Calificación: Mala