Maggie: Cuando el horror se transforma en poesía

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Existe un falso concepto de que las películas de terror, en líneas generales, no pueden ser artísticas y que deben ser meros entretenimientos para un público “pochoclero”, ávido de ver litros de sangre, diversas maneras de morir y recibir una dosis de sustos al por mayor. Nada de eso sucede con Maggie (2015) primer y único largometraje del director Henry Hobson. Filme que realmente sorprende por su simpleza narrativa, su estética casi “amateur” y su nimia historia.

Por César Arturo Humberto Heil

El filme toma como eje central la epidemia zombi, un tema nada novedoso y que últimamente ha dado infinidad de películas e incluso series exitosas como The Walking Dead. Lo interesante aquí es el punto de vista desde donde está contada la historia y cuál es el verdadero conflicto. Aquí nada tiene que ver con el ataque de una horda de muertos vivientes con hambre de carne humana. Lo trascendental del filme es la relación padre hija y el valor del amor filial, ese que puede superar cualquier obstáculo, incluso la lenta degradación del cuerpo y la transformación inexorable en un ser monstruoso.

Maggie, no solo nos hace reflexionar sobre el verdadero sentido de las relaciones fraternas, sino que nos pone frente a la necesidad de tomar decisiones ante lo inevitable. Decisiones que escapan a cualquier racionalidad posible cuando se trata de la vida de una hija, y que obligan, si es necesario, a enfrentarse al sistema para defender el derecho a una muerte digna en las condiciones que uno elige y no en las que le son impuestas. El filme es además una brutal alegoría sobre el cáncer infantil y adolescente y sobre las consecuencias que trae aparejado en el seno familiar.

Los laureles para actor y director

Maggie es sin dudas, la mejor película de Arnold Schwarzenegger y eso es mérito doble. Quienes siguen la filmografía del gigante austríaco y ex gobernador de California, saben que nunca fue un destacado de la actuación. Este logro se debe en gran medida al “tempo” que el director Hobson le impone al filme, algo que sin dudas le calza justo al icónico actor de setenta y siete años.

Abigail Breslin, aquí todavía una adolescente casi niña, con su hermoso rostro lleva el personaje que da nombre al filme con la solvencia de una joven actriz que cada día crece más y más. Pero los laureles se los llevan Arnold Schwarzenegger y el director Henry Hobson. Ya que, sin sus magníficas intervenciones, esta fantástica y emotiva película podría haber quedado rápidamente en el olvido.

Conclusión

Con escenas que van desde lo espantoso y putrefacto a lo tierno y emotivo, Maggie es un filme inteligente, desbordante de poesía. Esto demuestra que cuando se tienen buenas ideas es posible amalgamar el horror más visceral con el drama familiar de un hijo enfermo y todo sin que se sienta forzado.

A pesar de que los personajes estén sumidos en un mundo devastado y caótico y parezcan no tener una salida digna, el filme deja ver una luz de esperanza al final del recorrido. Si bien lo inevitable está presente a lo largo de toda la trama siempre habrá una mejor manera de aceptar ese destino.

Para verla, reflexionar y aplaudir.

Calificación: Muy buena

Disponible: Internet/ Streaming