A Nightmare on Elm Street

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Pesadilla en lo profundo de la noche (A Nightmare on Elm Street), dirigida por Wes Craven en 1984, no solo marcó un antes y un después en el cine de terror, sino que también enfrentó enormes desafíos antes de llegar a la pantalla grande. La película, que dio vida al inolvidable Freddy Krueger surgió de una idea que Craven llevaba años desarrollando, inspirada en noticias reales sobre jóvenes que murieron mientras dormían tras experimentar pesadillas aterradoras. La película podrá verse en el Festival Buenos Aires Rojo Sangre (BARS).

Por Gastón Dufour

Craven, conocido por su capacidad para reinventar el género, luchó por encontrar un estudio que creyera en su visión. Su propuesta parecía demasiado surrealista para algunos ejecutivos; sin embargo New Line Cinema, entonces un estudio pequeño, decidió apostar por la película, un riesgo que más tarde se convertiría en su mayor éxito y que les valdría el apodo de “la casa que Freddy construyó”.

La búsqueda de financiamiento fue intensa, y los recursos limitados obligaron al director a ser creativo en muchos aspectos de la producción. Desde efectos prácticos ingeniosos hasta la elección de un elenco relativamente desconocido, el director utilizó cada elemento disponible con precisión, demostrando que la pasión podía compensar la falta de un gran presupuesto.

El resultado no solo cimentó la carrera de Craven como maestro del terror; también inició una franquicia que se convertiría en un film referente de la cultura popular y, por supuesto, en una estrella mundial a Robert Englund. A Nightmare on Elm Street no solo es una película de terror, sino una lección de perseverancia creativa en la industria del cine.