Flow: Cuando las palabras sobran
2 minutos de lectura
Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. La carrera hacia los Oscar ya inicio, y ya pasamos uno de los premios con más renombre, los Globos de Oro. En donde, en el apartado de la animación, Flow sorprendió haciéndose con el galardón, por sobre obras como Robot Salvaje o Intensa Mente 2. Así que ahora vamos a comentarles de que trata esta coproducción entre Bélgica, Lituana y Francia.
Por Jorge Marchisio
Estamos ante una película muda, donde nuestro protagonista, un gato negro se encuentra en una zona boscosa, donde hay algunos otros animales como una jauría de perros o varios ciervos que pasan corriendo debido a una enorme crecida de un rio cercano. Ahora nuestro michi color de la noche, junto algunos otros animales, va a empezar un surrealista viaje.
¿Cómo analizar una película que depende íntegramente de su historia, sin caer en un mínimo spoiler? Complicado, así que esta vez voy a dejar cualquier intento de objetividad, y voy a contarles lo que sentí viendo Flow, dirigida por Gints Zilbalodis. Las emociones que me generó y si de verdad es tan buena como para ser la firme candidata al Oscar a Mejor Película Animada.
Lo primero que voy a decirles, que, si buscan una animación realista, o de esas que pareciera faltarle fotogramas que está tan de moda actualmente, no lo van a encontrar en Flow. Las ya mencionadas Intensa Mente 2 y Robot Salvaje, tienen un apartado visual mucho más llamativo. Pero con esto no digo que el de Flow sea malo, sino que es distinto, y funcional.
Esto lo digo porque la historia es una gran aventura protagonizada por Gatito Negro. Así que esa animación un poco más simple, y que, de hecho, recuerda a algunos videojuegos. Esto ayuda bastante a transmitir eso, que nuestro cuadrúpedo amigo está viviendo un viaje épico junto a otros animales que va conociendo en el camino, y de los que se va haciendo amigo.

Si alguien se pregunta si la película es solo para chicos, la respuesta es no. De hecho, por momentos el viaje se vuelve un poco surrealista. Y quizás algún nene que esté esperando algo más tradicional, pierda e hilo de lo que está pasando o se nos quiere contar.
Diría que lo mejor es verla acompañando a los peques, para no solo pasar un buen momento juntos, sino para guiarlos por si se pierden algún detalle.
Con una duración de una hora y veinte, Flow cuenta con una escena post créditos. Por desgracia, en Argentina aun no tenemos fecha de estreno, pero si saben buscar, la van a poder encontrar, guiño guiño.
Disponible: Web