Exterminio: La Evolución
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Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Exterminio: La Evolución (28 Years Later), película de terror post-apocalíptica de 2025 dirigida por Danny Boyle y escrita por Alex Garland. Producida por Columbia Pictures, DNA Films, British Film Institute y Decibel Films. Tercera entrega de la serie de películas 28 Days Later, después de 28 Days Later (2002) y 28 Weeks Later (2007). Con fotografía de Anthony Dod Mantle, música de Young Fathers, la edición de Jon Harris. La filmación comenzó el 7 de mayo de 2024 en Northumberland, Inglaterra, Reino Unido y finalizó el 29 de julio. Cillian Murphy fue productor ejecutivo.
Por Daniel López Pacha
Reparto
Jodie Comer (Isla), Aaron Taylor-Johnson (Jamie), Ralph Fiennes (Dr. Ian Kelson), Jack O’Connell (Sir Jimmy Crystal), Alfie Williams (Spike), Erin Kellyman (Jimmy Ink), Edvin Ryding (Erik Sundqvist),Chi Lewis-Parry (el Alfa), Emma Laird (Jimmima).
Sinopsis
Han pasado veintiocho años desde que el virus de la ira se propagó fuera de un laboratorio experimental en Cambridge, arrasando con todo vestigio de civilización. En un mundo quebrado por la furia incontrolable de los infectados, los pocos sobrevivientes han aprendido a resistir en condiciones extremas, construyendo comunidades frágiles al borde del colapso. Entre ellas, se encuentra una pequeña isla fortificada, un refugio improvisado donde un grupo reducido lucha por mantener una chispa de humanidad tras murallas de piedra y madera tosca. Un día, un padre y su hijo rompen la frágil seguridad de su enclave y se aventuran al continente británico en busca de respuestas. Lo que encuentran supera cualquier expectativa: ruinas cubiertas por la naturaleza, rastros de sociedades desaparecidas… y algo más. Algo que respira, que acecha y que nunca dejó de mutar.
Un regreso feroz, conmovedor y visualmente hipnótico
Danny Boyle regresa al universo que ayudó a redefinir con Exterminio: La Evolución, una secuela que no solo honra el legado de la franquicia, sino que lo impulsa con una ambición renovada. Intensa, conmovedora y devastadora, esta nueva entrega es tanto una celebración del cine de terror como una declaración de principios: aquí no hay nostalgia gratuita, sino evolución narrativa y visual.
El film mantiene el corazón humano que caracterizó a sus predecesoras, pero lo expande con un enfoque más amplio y emocionalmente resonante. La historia gira en torno a la supervivencia, el sacrificio y los lazos familiares, todo envuelto en una atmósfera postapocalíptica donde cada paso puede ser el último. El primer capítulo de una nueva trilogía, Exterminio: La Evolución marca un inicio prometedor que no teme reinventar sus propias reglas.
Boyle y su equipo técnico se lucen desde la primera escena. La fotografía, teñida de verdes profundos y marrones otoñales, transmite un mundo que ha sido abandonado por la civilización, pero no por la naturaleza. Los paisajes británicos, ahora devorados por la vegetación, son capturados con un lirismo que contrasta ferozmente con el salvajismo de los infectados.

Nuevas variantes, viejos temores
Los infectados están de regreso y son más aterradores que nunca. Si en las primeras películas bastaba con el frenesí rabioso para helar la sangre, aquí nos encontramos con versiones mutadas que redefinen el concepto de amenaza. Los conocidos espasmos violentos y persecuciones desesperadas persisten, pero ahora se suman los Slow-Lows, criaturas torpes y deformes, y los Alfas, que combinan fuerza bruta con una inteligencia inquietante.
Las escenas de acción –filmadas con cámaras al hombro, planos acelerados y cortes secos– transmiten un vértigo que es puro cine de terror físico. Cada encuentro con estas nuevas variantes se siente peligroso y visceral, con cuerpos desnudos cubiertos de barro que estallan en chorros de sangre cuando una flecha los alcanza. Es un espectáculo de horror crudo, sin concesiones, pero también de una intensidad visual que bordea lo sublime.
El núcleo emocional de la película gira en torno a Jamie (Aaron Taylor-Johnson), un padre que intenta mantener la esperanza viva en una comunidad primitiva, aislada del resto del mundo. Jodie Comer, como Isla, su esposa enferma, ofrece una interpretación delicada y vulnerable, que añade capas de tragedia íntima a esta historia de supervivencia.

Ritual de paso y legado familiar
Uno de los aspectos más potentes del film es su tratamiento de la paternidad en tiempos extremos. Jamie debe llevar a su hijo Spike a cruzar la calzada que separa la isla segura del continente arrasado, en lo que se presenta como un rito iniciático: su primera caza de un infectado. El viaje, más allá del peligro físico, es también un tránsito simbólico hacia la adultez en un mundo que ha olvidado lo que significa ser niño.
Las secuencias entre padre e hijo tienen un ritmo implacable. No hay tiempo para la ternura, solo para la preparación y la acción. Pero en cada mirada, en cada decisión desesperada, se percibe el amor y la culpa que arrastran ambos. Esta dinámica emocional es la que eleva la película por encima del típico relato apocalíptico, dotándola de una profundidad poco común.
La comunidad donde viven, construida en un aislamiento casi medieval, refuerza la sensación de que el tiempo se ha detenido. Sin tecnología ni medicina, sobreviven con lo que tienen: madera, flechas caseras y una fe inquebrantable en la rutina como escudo contra el caos.

Belleza entre ruinas y horror
En medio del miedo, Exterminio: La Evolución encuentra espacio para la poesía visual. La naturaleza ha reclamado su lugar: edificios cubiertos de enredaderas, campos vacíos atravesados por figuras solitarias, y amaneceres que iluminan el horror con una luz casi sagrada. Esta mezcla de brutalidad y belleza no solo define el estilo de Boyle, sino que acentúa el contraste entre lo que fuimos y lo que queda.
Una escena, en particular, resalta la maestría del director: Jamie y Spike observan a un infectado inmóvil, parado en la distancia, como si supiera que está siendo observado. Esa quietud tensa, ese juego de miradas, es más aterrador que cualquier persecución. El terror aquí no solo corre: también acecha, espera, piensa.
El diseño sonoro refuerza este efecto. Los susurros del bosque, los aullidos de los infectados y los silencios densos entre emboscadas generan una atmósfera opresiva y envolvente. Uno siente que no hay escapatoria, y que cualquier paso en falso puede significar el final.

Conclusión
Exterminio: La Evolución no es solo una secuela. Es una declaración cinematográfica de que el cine de género puede ser emocional, artístico y perturbador al mismo tiempo. Boyle recupera la esencia del original –el miedo implacable, la emoción visceral, la crítica social latente– y la reformula con personajes complejos y nuevas amenazas que revitalizan por completo la saga.
Aunque el final pueda sentirse algo abrupto, la intención es clara: se abre un nuevo capítulo, más ambicioso y expandido, donde el terror no solo viene de los infectados, sino también de lo que estamos dispuestos a hacer para sobrevivir. Para quienes esperaban una continuación digna y para quienes llegan por primera vez, el film ofrece una experiencia catártica, intensa y bellamente devastadora. El futuro de esta trilogía promete ser tan brutal como inolvidable.
Disponible: En cines