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F1 The Movie: cine para sentir, no solo ver

5 minutos de lectura
F1 The Movie

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. F1 The Movie, película dramática de acción deportiva estadounidense de 2025, dirigida y producida por Joseph Kosinski, escrita por Ehren Kruger y producida por Jerry Bruckheimer. Con fotografía de Claudio Miranda, música de Hans Zimmer, con edición de John G. Mathers. También está producida por Lewis Hamilton, Brad Pitt. La filmación fue entre el 29 junio de 2023 al 8 diciembre de 2024, y tuvo lugar en los circuitos de Hungaroring, Spa-Francorchamps, Monza, Zandvoort, Suzuka, Autódromo Hermanos Rodríguez, Las Vegas y Yas Marina, así como en las 24 Horas de Daytona de 2024.

Por Daniel López Pacha

Reparto

Brad Pitt (Sonny Hayes), Damson Idris (Joshua «Noah» Pearce), Kerry Condon (Kate McKenna), Javier Bardem (Rubén Cervantes), Tobias Menzies (Peter Banning), Kim Bodnia (Kaspar Molinski), Shea Whigham (Chip Hart), Sarah Niles (Bernadette Pearce), Joseph Balderrama (Rico Fazio), Simon Kunz (Don Cavendish), y Los diez equipos y pilotos de Fórmula 1 de la temporada 2023.

Sinopsis

En los años noventa, Sonny Hayes fue una de las promesas más intensas y arriesgadas del automovilismo. Su carrera en la Fórmula 1 parecía destinada a la gloria, hasta que un accidente brutal lo sacó del circuito y lo obligó a dejar la categoría. Alejado del vértigo de los monoplazas, Hayes comenzó un nuevo camino en competencias menores. Décadas después, su tranquilidad se ve interrumpida por Rubén Cervantes, viejo amigo y actual propietario de la escudería Apex Grand Prix (APXGP), quien lo busca para salir del retiro y regresar a los boxes, no como piloto, sino como mentor del joven talento Joshua Pearce, una joya en bruto con un talento feroz pero incontrolable.

Velocidad, redención y espectáculo

F1 The Movie se sumerge en el electrizante mundo de la Fórmula Uno con un enfoque tan accesible como visualmente impactante. No pretende ser un documental ni un drama profundo, sino una celebración estilizada de la adrenalina, el trabajo en equipo y las segundas oportunidades. Lo que propone es simple: mirar desde la butaca cómo los autos rugen, los egos chocan y los sueños se ponen a prueba vuelta tras vuelta.

La película mezcla con soltura lo emocional y lo espectacular, combinando los arquetipos clásicos del cine deportivo con una fotografía elegante y una banda sonora que se acelera al ritmo de los motores. Aunque las fórmulas narrativas no sorprenden, la ejecución logra sostener el interés gracias a un diseño de producción envolvente y actuaciones que, sin romper moldes, aportan calidez y carisma.

Brad Pitt interpreta a Sonny Hayes, un piloto retirado que carga con el peso de una carrera trunca. Reaparece en escena gracias al llamado de Rubén, un antiguo amigo y jefe de equipo interpretado por Javier Bardem, quien lo convence de volver para guiar a un joven talento en ascenso. Esta dupla intergeneracional es el corazón emocional de la historia.

F1 The Movie

Pilotos, pasados y nuevas rutas

Hay algo entrañable en cómo F1 pone el foco en los personajes, sin olvidar que estamos aquí por la velocidad. Entre las subtramas, sobresale la rivalidad entre Sonny y Joshua, el joven promesa que representa tanto un desafío como una oportunidad para que el veterano protagonista cierre su propio círculo.

Lejos de caer en el sentimentalismo fácil, la película administra sus momentos más introspectivos con economía y precisión. Las mujeres, aunque no están al frente de la historia, tienen espacio para desarrollar diálogos con peso y escenas que aportan matices al protagonista, evitando convertirlas en meros apoyos emocionales.

Lo técnico también deslumbra: desde las escenas filmadas en circuitos reales hasta el uso de cámaras montadas en los vehículos, cada plano está diseñado para generar impacto. No se trata solo de ver autos girar, sino de experimentar lo que sienten quienes los conducen, con sus tensiones, decisiones y silencios.

F1 The Movie

Una mirada estética al vértigo

Joseph Kosinski, quien ya había pulido la estética de la velocidad en Top Gun: Maverick, vuelve a demostrar su pericia visual. Aquí convierte a Pitt en una figura casi mitológica: bronceado, algo melancólico y tan atractivo como reflexivo. El director juega con la luz, el vestuario y los encuadres para construir una versión cinematográfica de la madurez con estilo.

F1 también recupera una estructura narrativa clásica: la del héroe solitario que regresa para dar una última lección. El filme no esconde sus influencias ni sus intenciones. Más bien, las exhibe con orgullo, sabiendo que el atractivo está tanto en la ejecución como en la familiaridad. Lo importante no es sorprender, sino emocionar.

Con productores como Jerry Bruckheimer y el propio Lewis Hamilton involucrados, no sorprende que el resultado sea una mezcla de realismo deportivo y espectáculo de gran escala. A diferencia de otros dramas más oscuros, F1 apuesta por una visión optimista del deporte y sus protagonistas.

F1 The Movie

Más cerca del asfalto y del alma

Uno de los logros más notables de F1 The Movie es cómo consigue reducir la distancia entre el espectador y el mundo aparentemente inaccesible de la Fórmula Uno. La integración de imágenes reales con escenas ficcionadas logra un efecto de realismo convincente, donde la línea entre lo vivido y lo actuado se difumina con estilo.

Las tomas subjetivas desde dentro de los autos, los primeros planos de los pilotos en plena carrera, e incluso los gestos fugaces entre Sonny y Joshua, generan una conexión inesperadamente íntima. La tensión de cada maniobra, el sudor, la mirada fija en el horizonte: todo contribuye a una sensación envolvente.

La edición también juega un papel clave, convirtiendo los circuitos en escenarios casi coreografiados. Con una cadencia que alterna velocidad y pausa, el montaje consigue mantener el suspenso sin agotar al espectador, y eso no es poca cosa en una película que se extiende por casi tres horas.

Conclusión

F1 The Movie no reinventa el cine de carreras, pero lo honra con elegancia. Es una propuesta consciente de sus propias convenciones, que prefiere abrazar la emoción por encima de la complejidad, el espectáculo por encima del cinismo. Y lo hace con un equilibrio raro entre lo comercial y lo genuino.

Más allá de su trama previsible o de su protagonista diseñado para brillar, la película ofrece una experiencia sensorial que se disfruta desde la butaca como si uno mismo estuviera al volante. Es, en definitiva, una carta de amor al cine de género, a los héroes imperfectos y a la velocidad como metáfora de la vida. A disfrutar del rugido de los motores y a recordar que, a veces, el mejor cine es aquel que simplemente te hace sentir.

Disponible: En cines

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