Menem

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Las series argentinas encontraron su nuevo tema y parece que tenemos para rato; y lo digo en el buen sentido. Si ya tuvimos series de deportistas, y hasta del manager de uno de ellos ¿Por qué no hacerle una serie a uno de los presidentes más famosos (y ahora si lo digo en el mal sentido) que tuvimos? De la mano de Ariel Winograd, nos llega, Menem.

Por Jorge Marchisio

Creada por Ariel Winograd para Prime Video, Menem consta de seis capítulos de unos cuarenta minutos, donde se nos cuenta de forma episódica, diferentes momentos de las presidencias del nacido en La Rioja, empezando por su campaña para ganar las internas del Partido Justicialista, y terminando con todo lo relacionado al atentado de la AMIA y el accidente de Carlos Jr.

Mucho se dijo sobre esta serie desde el momento que fue anunciada. Comenzando por la sospecha de que se intentaría idealizar a dicho presidente, pasando por el odio natural que genera dicha figura décadas después, hasta aquellos que nos llamó la atención lo acertado de algunos castings. Pero creo que donde brilla esta producción, es en el tono.

Siguiendo los pasos del Adam McKay político de películas como The Big Short, Menem acepta el tono de la caricatura para tratar de ponerle comedia a situaciones que rozaron lo bizarro en más de una ocasión. Así que los rompimientos de la cuarta pared, las gráficas y carteles en pantalla y la falta de fidelidad a la hora de usar algunos términos, van a ser moneda corriente.

De hecho, en todos los capítulos se nos avisa, que las cosas en la vida real no pasaron exactas como muestra la serie, o en ese orden cronológico. Traducción, se está priorizando el ridículo a la veracidad histórica. Algo que, en lo personal, me parece bien, ya que va a depender del espectador si entra en el juego o no.

En cuanto a las caracterizaciones, digamos que cumplen. La mayoría se parecen bastante a golpe de vista, pero si miramos por más de diez segundos, se nota que son actores conocidos maquillados. Solo falta ver a Leonardo Sbaraglia y su bronceado artificial, que simula ser la pigmentación de Menem. Aunque hay que ver en qué punto esto no fue a propósito, para acentuar el tono caricaturesco de la serie.

La serie de Menem termina siendo bastante recomendable. Va a depender mucho de si el espectador decide entrar en el juego que propone, y dejar cualquier tipo de prejuicio hacia una figura tan polémica como la de Carlos Saul Menem.

Disponible: Prime Video