The Shrouds
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Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Si hay alguien que es una leyenda viviente del cine, es David Cronenberg. El realizador canadiense se forjó un nombre en la industria desde hace décadas. Si bien su nombre, para las nuevas audiencias, pareciera no significar mucho, sigue siendo una eminencia. Por eso, ante cada nuevo proyecto, estamos atentos para comentarlo, como es el caso de The Shrouds.
Por Jorge Marchisio
En esta película, se nos cuenta la historia de Karsh, quien transita el duelo tras la pérdida de su esposa, mientras se ve envuelto en una conspiración en torno a su empresa que fabrica mortajas que transmiten en vivo el deterioro de los cuerpos. Mientras empieza una relación con su cuñada gemela de su esposa fallecida, las cosas comenzarán a salir a la luz.
Si, los temas recurrentes de Cronenberg vuelven a hacerse presente en The Shrouds: la exploración del cuerpo humano, la tecnología aplicada al mismo, y todo rodeado de tensión sexual. Eso y que vuelve a trabajar con Vincent Cassel, a quien ya había dirigido en la infravalorada Promesas del este (se la recomendamos).
Desde su lanzamiento, a esta película se la criticó un poco de más bajo mi punto de vista. Y es que como pasó con Los crímenes del futuro, este proyecto se va cocinando a fuego lento. De hecho, la cuestión de la trama se tarda un poco en llegar, y cuando llega, es bastante filosófica. Así que ya saben, si buscan algo simplista o que esté todo digerido, no sé si The Shrouds sea la mejor opción.
Aunque hay un punto bastante interesante que toca la película, y que muchas veces en la vida real se evita, y es el de afrontar la muerte como algo natural. De hecho, si vemos, el protagonista no sufre la pérdida, sino que su obsesión pasa por otro lado; así que hay que estar atento al detalle en ese sentido. Y todo acompañado por unas correctas actuaciones.

Tanto Vincent Cassel, Diane Kruger y Guy Pearce lo hacen correctamente, pero sin destacar. Este apartado si es un poco decepcionante; porque a los tres los vimos dar grandes actuaciones, y al propio Cronenberg, no ser para nada un mal director de actores; pero en esta ocasión, como que todos lo hicieron a base de oficio y ya.
Y no hay mucho que decir sobre The Shrouds. Claramente no estamos ante el mejor Cronenberg de todos, pero esto no implica que nos vayamos a encontrar una mala película. Siendo bastante filosófica y un poco lenta, les recomiendo ir con ciertas reservas a la hora de enfrentarse a este proyecto.