Respira: un futuro sin oxígeno al igual que su guion

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Imaginar el mundo del mañana siempre abre múltiples escenarios. Algunos visualizan sociedades sometidas por regímenes totalitarios (1984, Michael Radford); otros imaginan tierras reducidas a cenizas tras guerras nucleares, con sobrevivientes disputándose combustibles y agua (Mad Max, George Miller). En Respira (Breathe, 2024), dirigida por Stefon Bristol, la disputa central es por lo más elemental: el oxígeno.

Por César Arturo Humberto Heil

En un planeta donde el suelo se volvió estéril y el aire, tóxico, la familia de Darius (Common), un ingeniero, logra subsistir en medio de la desolación gracias a una máquina capaz de generar oxígeno mediante el cultivo selectivo de plantas. Pero esa rutina precaria se desmorona cuando Darius abandona a su esposa Maya (Jennifer Hudson) y a su hija Zora (Quvenzhané Wallis) para que puedan sobrevivir: los niveles de oxígeno ya no alcanzan para sostener a tres personas. Poco después, un grupo de desconocidos liderado por Tess (Milla Jovovich) irrumpe en su hogar con la intención de apoderarse del dispositivo para abastecer su propio refugio, donde las reservas están a punto de agotarse.

Lo que sigue es un relato de supervivencia moderado, cuyo mayor atractivo reside en el enfrentamiento entre tres mujeres: una madre y una hija dispuestas a defender su último bastión, y la férrea determinación de Tess por apropiarse de la invención de Darius. El film intenta explorar la tensión entre confianza y sospecha: Tess asegura ser colega de Darius, mientras que Maya desconfía abiertamente y Zora, aún indecisa, cree que quizás merezcan ayuda.

Sin embargo, tras un inicio prometedor, la película se ve afectada por irregularidades narrativas y agujeros de guion que vuelven previsible el desarrollo y diluyen la tensión. El fallo más notable es la escasa verosimilitud del contexto postapocalíptico: dentro del refugio, la familia vive con vino, buena música, John Coltrane incluido, y comidas abundantes, muy lejos del dramatismo propio de un mundo devastado y sin aire.

A esto se suman transiciones abruptas, escenas que se resuelven sin explicación y una inconsistencia llamativa en el uso del oxígeno de los trajes para exteriores: a veces parece agotarse con inmediatez, y en otras no representa ningún problema. Estas contradicciones terminan debilitando el poquito de bueno que tiene el relato.

Conclusión

Respira parte de una premisa interesante, aunque ya vista, la lucha por un recurso vital, pero su ejecución carece del rigor y la cohesión necesarios para sostener la tensión dramática. Entre decisiones narrativas apresuradas y un mundo postapocalíptico poco convincente, la película termina quedándose sin aire y ofreciendo un resultado menor dentro del género. Respira es para pasar el rato y nada más.

Disponible: Prime Video