Stowaway.
3 minutos de lecturaPor Jorge Marchisio.
Por alguna razón que hoy no vamos a intentar explicar, las películas de astronautas suelen despertar bastante curiosidad en los espectadores. Quizás sea por el hecho de la claustrofobia constante que sienten los protagonistas, o por el hecho que se tantea de forma sutil la ciencia ficción, sin caer demasiado en la fantasía. Es por eso que hoy nos dieron ganas de hablar de Stowaway, recientemente estrenada en Netflix.
En esta ocasión tenemos a Zoe, David y Marina, un grupo de astronautas que se encaminan hacia Marte para hacer experimentos con la proyección de poder colonizar de a poco al Planeta Rojo. Pero todo se desvirtúa cuando en la nave aparece Michael, alguien infiltrado que pone en jaque los planes originales, ya que todos los recursos estaban pensados solo para tres pasajeros, no cuatro.
Empecemos con lo malo de la nueva producción de Netflix, y es su duración. Las casi dos horas de metraje se sienten en todo momento, sobre todo porque la trama parece alargada sin necesidad. Y es que la aparición de Michael se da desde muy temprano, y ya todos sabemos lo que un tripulante no planeado puede acarrear en una misión espacial; pero esto se dilata con el paso de los minutos, llegando el conflicto a plantearse recién a la mitad del film.
Con esto en mente, Stowaway no es un mal film. Las actuaciones están bien; en especial Anna Kendrick, quien nos sorprende con su interpretación sin comportarse como una niña de 14 años como nos suele tener acostumbrados. De Toni Collette poco se puede agregar que no sepamos, y sabiendo el talento que tiene, si podemos decir que está un poco desperdiciada en su rol de capitana de la misión. El resto del escaso elenco cumple sin más, acompañando bien a las dos mujeres protagonistas.
También vale mencionar el diseño de producción. Se nota que la mayor parte del presupuesto lo gastaron en sus protagonistas, así que el grueso de la historia, pone a los astronautas dentro de la nave. Y en estos proyectos de no demasiados recursos, las naves espaciales suelen verse un poco baratas, sin demasiados detalles y con pocos objetos. Eso acá por suerte no sucede, y podemos identificar las diferentes cabinas y sus funciones. Por desgracia, los efectos especiales del espacio sí se notan, sobre todo la pantalla verde y que los decorados y actores están pegados sobre el fondo añadido por computadora.
En conclusión, Stowaway no es una mala película, pero la verdad que tampoco deja demasiado para que el espectador la recuerde con el paso de los días. Sin traer nuevas ideas a la mesa, con una gran actriz desperdiciada, y volviéndose un chicle vencido de tan estirada que se siente; la recomendamos si no tienen nada mejor que ver, o si son muy fans de los films espaciales sin cosas sobrenaturales.