Godfather of Harlem.

Por Jorge Marchisio.

En esta ocasión, tenemos ganas de comentarles sobre una serie que, por desgracia, no está recibiendo el reconocimiento que merece. Así que hoy desde Revista Sincericidio, vamos a hacer justicia y comentarles por qué vale la pena darle una oportunidad a Godfather of Harlem.

La trama, basada en hechos reales, gira en torno a Bumpy Johnson, un mafioso afroamericano que se maneja en Nueva York de los años 60, quien se encuentra la situación muy cambiada tras pasar diez años preso. Ahora Johnson debe rearmar su imperio, mientras lucha contra la mafia italiana, la cual no quiere que alguien de color tome el control de la ciudad.

Si la trama no les llamó la atención, quizás cuando lean el elenco de la serie por ahí cambian de opinión. En el rol principal tenemos a Forest Whitaker, quien da vida a Bumpy Johnson (si vieron American Gangster, este personaje es el mentor de Denzel Washington). Por el lado de los mafiosos italoamericanos y como principal antagonista, tenemos a Vincent D’Onofrio. Terminan completando el elenco los eternos mafiosos de Chazz Palmintieri y Paul Sorvino.

Aparte de la entretenida temática, o un elenco de lujo para lo que es una producción televisiva que no pertenece a una de las grandes cadenas norteamericanas (la serie pertenece a Epix), tenemos que decir que Godfather of Harlem tiene una factura de primer nivel, recreando muy bien la época donde transcurre su historia, teniendo poco o nada que envidiarle a productos de otras cadenas, o incluso de cine.

Pero lo que más resalta de esta propuesta, es en lo bien que maneja la temática social de esa época, con la trama de los gánsteres. Como dijimos, nuestro protagonista (y atento que no usamos la palabra héroe) es alguien afroamericano, que se mueve en una zona predominada en su mayoría por gente blanca. El racismo por parte de la policía, políticos, o incluso la gente común, va a ser moneda corriente. Incluso vamos a tener como personaje secundario a Malcolm X.

Godfather of Harlem es de lo más sólido que se puede encontrar en la pequeña pantalla, pero que es injustamente olvidada cuando se habla de las mejores series; o peor aún, con muy poca gente que sabe de su existencia. Con apenas cuatro capítulos en su segunda temporada, están a tiempo de ponerse al día y ver algo bastante diferente a lo que normalmente se encuentra en streaming.