Scream: un intento de generar un legado.

Por Mario Luzuriaga.

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio.

Los adolescentes vuelven a estar intranquilos, ya que el famoso Ghostface está de vuelta en una nueva entrega de la saga slasher Scream.

Se producen una serie de asesinatos en Woodsboro, en los cuales las víctimas tienen algún tipo de relación con los asesinos originales de la saga. Ahí es donde un grupo de adolescentes tratará de descubrir al culpable bajo la máscara. Es ahí donde serán asistidos por Sidney, Gale y Dewey. 

La mayoría de las sagas de “slashers” son exitosas, pero tienden a cansar hasta el hartazgo y terminan aburriendo. Se les acaba la originalidad. Pero en este caso se pudo dar una vuelta de tuerca, haciéndola más efectiva.

Lo destacable de esta película es el respeto que se le tiene al producto, logrando corregir todo eso que se le critica. Pero a su vez también termina cayendo en el mismo final predecible.

Lo divertido es todo el metamensaje del film, y eso lo hace entretenido; como así también la actuación de Jack Quaid. Pero algunas de las resoluciones que toma la película vuelven a caer en lo mismo y tienden (por lo menos a este redactor) a cansarlo.

Es tomar la fórmula de Star Wars: The Force Awakens y aplicarla de manera muy modesta. No así como pasó en Ghostbusters: Afterlife, que funcionó de maravillas.

Si les divierte el género y no tienen otra cosa que ver, ésta es su película.

Calificación: Regular.