KIMI: Alguien está escuchando
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Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Kimi (Kimi: Alguien está escuchando), película de suspenso estadounidense, dirigida por Steven Soderbergh y escrita y producida por David Koepp. La música fue compuesta por Cliff Martinez, la fotografía de Peter Andrews y la edición Mary Ann Bernard. Las Compañías productoras fueron Warner Bros. Pictures, New Line Cinema. Distribuida por HBO Max. Las locaciones se situaron en Seattle, Washington, USA; Los Angeles, California, USA.
Por Daniel López Pacha
Fue filmada entre Febrero de 2021 a Agosto de 2021. Protagonizada por: Zoë Kravitz (Angela Childs), Betsy Brantley (Voz de Kimi), Rita Wilson (Natalie Chowdhury), India de Beaufort (Sharon), Emily Kuroda (Dra. Sarah Burns), Byron Bowers (Terry Hughes), Alex Dobrenko (Darius), Jaime Camil (Antonio Rivas).
Sinopsis
Una empleada agorafobia que trabaja en una empresa de tecnología descubre evidencias de un crimen violento mientras revisa una serie de audios, al informar lo sucedido se encuentra con una fuerte resistencia y una burocracia por parte de la compañía para la cual trabaja. De todos modos se involucra, y se da cuenta de que debe enfrentar su mayor miedo al salir a un exterior mucho más peligroso que el que la obligó a encerrarse para adentrarse en las calles de la ciudad, llenas de manifestantes ante las medidas del Gobierno.
Con un estupendo y conciso guión de David Koepp y la gran ambientación musical de un Cliff Martínez, nos ofrece noventa minutos de un cine de misterio puro. Junto a esto se encuentra la buena interpretación de Zoë Kravitz, la que nos devuelve al misterio clásico y al thriller de otra época.
Es un film durante la pandemia. Donde las mascarillas no faltan y las situaciones familiares están perfectamente integradas en ella como su fotografía. La dominación del espacio de Koepp y Soderbergh es portentosa, y los detalles como la descontaminación al entrar a un edificio. Soderbergh no necesita ir mostrando lo que está pasando fuera de esa casa, él va dejando pistas que potencian su veracidad.

Película con homenaje
Lo mejor de KIMI es un homenaje modesto y conciso a Hitchcock, a lo que se beneficia de la pericia de Steven Soderbergh para la manipulación narrativa de la imagen y el sonido. Como resultado es una estimulante película, tan memorable como trascendente, sobre las corporaciones tecnológicas y su forma de ocupar espacios que antes pertenecían a la esfera de lo privado. El gesto hacia Hitchcock (La ventana indiscreta) es una necesidad porque así es como, la película, puede situarse en la senda que habitan como “La conversación”, de Francis F. Coppola, y “Blow Out”, de Brian De Palma.
Soderbergh, que volvió más prolífico que nunca, aportando sus técnicas de edición y trucajes heredadas del cine independiente. Es una película que fluye con una agilidad pasmosa, y que se permite pequeños experimentos muy vistosos, como las secuencias en las que Angela trabaja frente a sus pantallas y examina los audios, o el asfixiante tramo en el que decide salir de su casa.

El director y la tecnología
Koepp nos muestra una crítica no muy profunda pero sí muy consistente a las corporaciones tech, siendo esto un entretenimiento trepidante, precisa, de tiempos narrativos meditados y suspense logrado. El suspense no es fácil, hay que saber cómo construirlo. Soderbergh sabe bien dónde poner la cámara para llevar interés y tensión a cada escena. Su eficaz trabajo de dirección revitaliza situaciones vistas mil veces y vuelve ameno y dinámico este thriller.
Soderbergh también nos ofrece una visión tremendista, y muy seria acerca de los problemas mentales que hemos desarrollado o se han visto potenciados durante el COVID. Mostrando los sentimientos de aislamiento y soledad de su protagonista, junto a como es vivir en un mundo online alejados de la conexión humana.
La pandemia no define a la película, ni tampoco distrae de sus objetivos. Soderbergh sabe que no vamos a dejar de utilizar la tecnología, pero al menos debemos estar conscientes de como nuestra privacidad está cada vez en mayor peligro.

Perdiendo el rumbo
Kravitz hace un gran trabajo, no exagera ni convierte en una burla el problema de la agorafobia, es una actuación controlada y osada que te invita a empatizar con la situación de Angela y celebrar sus fortalezas.
La fotografía de Peter Andrews es crucial para mantener la energía fluyendo para representar la angustia de Angela y cuando sale del departamento, la fotografía se vuelve desorientadora; hay feroces paneos de la cámara y planos holandeses que acentúan la sensación de terror que Angela está experimentando en la calle.
Además Andrews utiliza movimientos a mano y con estabilizador de manera alterna para inyectar realismo, adrenalina y tensión, a esto, combinado con el hiperactivo score de Cliff Martinez y la fina edición de Soderbergh, genera una experiencia tensa y entretenida.

“Steven quería que el villano fuera muy elegante, que no pareciera que fuera hacer lo que hace al final de la película”, relata Jaime Camil en una entrevista para People. Trabajar con Zoë Kravitz que es tan profesional, tan linda en set, tan buena onda. Su brújula ética en el trabajo está super bien calibrada. Siempre llega a tiempo, se sabe sus líneas, es generosa con los demás actores, es muy profesional.
Conclusión
Bien trabajada, KIMI es un thriller sencillo con pocos decorados que transcurre en un par de noches. La trama es simple y el argumento no deja lugar a dudas, con muchos guiños al género en una obra de género que juega a sorprendernos siguiendo las líneas maestras del género. Lo consigue con sus múltiples referencias, con una narrativa efectiva y una narrativa enérgica, siniestra pero no recargada.