The Contractor: negocios riesgoso.

Por Mario Luzuriaga.

Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio.

La historia entre los Estados Unidos y su personal armado es de amor y odio. En principio se da esa cuestión de honrar a sus héroes que dieron la vida por su país; pero también cuando esos mismos héroes son olvidados. The Contractor plantea este debate, llevándolo a esta historia de acción y reflexión, protagonizada por Chris Pine.

James Harper es un sargento del Ejército, más precisamente de las Fuerzas Especiales, que luego de ser herido en combate, decide recuperarse para volver a estar en carrera. Sus superiores prescinden de sus servicios y queda desamparado junto a su esposa e hijo y muchas cuentas que pagar. Es por esto que su mejor amigo, Mike, lo convence para trabajar en el sector privado. Es ahí donde le dan la misión de obtener información manejada por un científico en Berlín y se desata el caos, ya que se vive una intensa guerra de traiciones.

La acción de The Contractor es cruda, no hay tiempo para pensar, solo actuar. Todo el tiempo Harper está al acecho y corre por sobrevivir. Pero también se cuestiona este accionar, de cómo este negocio riesgoso hará que se pierda todo en un abrir y cerrar de ojos.

Es una crítica ante estos pequeños grupos armados que se venden al mejor postor, para realizar cualquier tipo de atrocidades. A esto se lo conoce como “mercenarismo” pero queda bien llamar a esta gente que los maneja como “contratistas”. Eso es un acierto por parte del realizador sueco Tarik Saleh, en animarse a contar este tipo de historias y exponer a grandes corporaciones que utilizan a esta gente para “hacer el mal”, en pos de volverse más ricos y poderosos.

Pine está muy bien a la hora de la acción, pero también le da dramatismo a su personaje que está dañado física y psicológicamente.

Es una película pasatista para esos días donde no hay nada interesante para ver en la pantalla.

Disponible en Prime Video.

Calificación: Regular.