Especial Halloween | La autopsia de Jane Doe
3 minutos de lecturaPor César Arturo Humberto Heil.
Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio.
Los muertos no solo hablan
Inquietante, espeluznante y por momentos provocativa, La autopsia de Jane Doe (2016) es para mí una de las mejores propuestas de cine de horror de los últimos tiempos. Esto se debe en gran medida a la excelente dirección del noruego André Øvredal, quien, en este su segundo largometraje, el primero fue la extraña Trollhunter (2010), logra demostrar que sabe cómo manejar el suspenso y el terror a la hora de plantar la cámara. Con mínimos recursos, un solo ambiente y dos actores centrales, Øvredal nos introduce en un aterrador espacio en donde el horror va cobrando forma con el transcurrir de los minutos.
El médico forense Tommy Tilden (Brian Cox) y su hijo Austin Tilden (Emile Hirsch) reciben a última hora el cuerpo de una joven y hermosa mujer, la cual fue hallada semienterrada en el sótano de una casa donde todos sus ocupantes fueron asesinados misteriosamente. Al ser una NN se le da el nombre provisorio de Jane Doe y se le pide al doctor Tilden que tenga la causa de su muerte antes del amanecer.
A partir de que el cuerpo de Jane Doe empieza a ser diseccionado sobre la mesa de ablaciones una serie de extraños sucesos empiezan ocurrir, como así también las inexplicables causas de la muerte de Jane Doe, las cuales no se condicen con el estado del cuerpo, el cual está en perfectas condiciones externas.
A medida que avanzan en la autopsia las cosas van empeorando y el lúgubre escenario de la morgue familiar se convierte en un espacio de pesadillas, enigmas sin respuestas y muertes.
André Øvredal, dirige el filme con maestría, haciendo que los pasillos de la funeraria Tilden se asemejen al mismísimo infierno y que cada rincón se convierta en un lugar sin salida para los asustados Tommy y Austin Tilden. Cada plano, cada movimiento de cámara nos introduce, incluso desde las primeras tomas, en un ambiente de pesadillas, en donde el mal se percibe en el aire como un amenaza diabólica y aterradora.
Por supuesto que no escapa a algunos convencionalismos del género, la noche tormentosa no podía faltar, al igual que las luces que se cortan y dejan todo el lugar en penumbras, la mascota que aparece en las primeras escenas y es la primera en morir trágicamente, como así también los efectos sonoros, fundamentales en el cine de horror.
Si hay algo que quizá le tenga que criticar es una tácita aceptación por parte de los protagonistas a los hechos extraños y malignos en los que se ven involucrados, lo que hace que por momentos no se espanten como lo haría cualquier persona ante la resucitación de los cadáveres descompuestos que guardan en la morguera, los cuales salen del freezer gracias a los poderes que tiene la extraña y misteriosa mujer expuesta en la mesa de autopsias.
A pesar de esos pequeños detalles La autopsia de Jane Doe es realmente un plato fuerte para los amantes del género ideal para ver o volver a ver en la próxima noche de Halloween y disfrutar de este terrorífico filme que cuenta con excelentes actuaciones de Brian Cox, Emile Hirsch y Olwen Kelly quien interpreta durante 90 minutos a la inmutable y maligna Jane Doe.