El Sustituto: Entretelones de producción
13 minutos de lecturaBienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Continuando con la sección “Entretelones de producción”, hoy les traigo El sustituto, de Clint Eastwood. Lean la nota completa, van a encontrar muchas sorpresas.
Por César Arturo Humberto Heil
La historia
Clint Eastwood dirigió a Angelina Jolie y John Malkovich en un drama emotivo y provocativo basado en hechos reales, que transformó para siempre a la ciudad de Los Ángeles. El Sustituto relata la historia de una mujer cuyo espíritu invencible y resistencia derrumbó a un departamento de policía corrupto, y trajo una nueva era de dignidad e igualdad bajo la ley.
Los Ángeles, marzo de 1928. Un bello sábado por la mañana. En un suburbio de la clase trabajadora, la madre soltera Christine Collins dice adiós a Walter, su hijo de nueve años, y se dirige hacia su trabajo como operadora de teléfonos. Pero cuando Christine regresa a su modesto hogar, se encuentra con la peor pesadilla de cualquier madre: su hijo ha desaparecido.
Se realiza una búsqueda exhaustiva e infructuosa, pero Walter se ha esfumado sin dejar rastro. Hasta cinco meses después, cuando un niño que dice ser su hijo es regresado por la policía, ávida de disfrutar el golpe publicitario que le supone reunir a la madre con su hijo. Christine es persuadida de llevar al niño a casa. Pero en su corazón, ella sabe que él no es Walter. Cuando exige a las autoridades que continúen buscando a su verdadero hijo, Christine descubre que las mujeres no cuestionan el sistema, y las que lo hacen no viven para contarlo. Tildada de delirante e incapaz, ella encuentra un aliado en el activista Reverendo Gustav Briegleb (John Malkovich), quien la ayuda a luchar contra la ciudad para buscar a su hijo desaparecido.
Enfrentándose a una policía corrupta que pone en duda su juicio y a un público escéptico ansioso de un final feliz, Christine busca respuestas desesperadamente. Mientras lo hace, se convierte en una heroína insólita para los pobres y oprimidos, quienes son abusados sistemáticamente e ignorados por el estado policial que controla la ciudad de Los Ángeles.
El caso real. Una madre contra el sistema
La historia de Los Ángeles está marcada por hechos sensacionales de corrupción, encubrimiento y asesinatos. Pero fue el relato casi olvidado de una mujer de la clase trabajadora lo que, casi 80 años después, uniría a varios de los cineastas más respetados de Hollywood. La asombrosa historia de Christine Collins había desaparecido casi totalmente antes de que un ex periodista la encontrara por casualidad.
Dentro de los pasillos subterráneos del Ayuntamiento de la Ciudad de Los Ángeles, se encuentran los archivos de los casos legales de hace casi 100 años. Entre miles de páginas de documentos, se encuentra el expediente de la audiencia de Christine Collins a fines de los años ’20.
En el mismo se documenta el intrincado relato de la desaparición de Walter, su hijo de nueve años, y las corruptas componendas del Departamento de policía de Los Ángeles durante y después de la fallida investigación del caso.
Sale a la luz
Hace varios años, el guionista J. Michael Straczynski, un ex reportero que ha escrito para Los Angeles Times, The Herald Examiner y la revista Time recuerda: “Una de mis fuentes de información del Ayuntamiento me llamó un día para decirme que estaban quemando expedientes viejos y que había algo que yo debía ver antes que lo incineraran. Así que me dirigí hacia allá y logré leer el documento oficial del caso de protección de menores de Christine Collins. Mientras lo leía pensé ‘esto no puede haber sucedido. Tiene que ser una equivocación’. Pero fue suficiente para que investigara antes de que los documentos fueran quemados.”
En 1928, Los Ángeles era dominada por una despótica infraestructura política al mando del alcalde George E. Cryer e impuesta por James E Davis, el jefe de la Policía y su brigada armada. Ese sistema comenzó a desprestigiarse cuando Collins, una madre soltera que criaba a su hijo en un barrio de la clase trabajadora en Los Ángeles, reportó que el niño había desaparecido. Luego de meses de búsqueda infructuosa, la policía estaba bajo una avalancha de publicidad negativa y creciente presión pública para encontrar una pista sólida en el rapto.
Cuando un niño que decía ser Walter fue descubierto en Dekalb, Illinois, Christine Collins y todos los que participaron en la búsqueda, quedaron sin aliento. Se intercambiaron cartas y fotografías y las autoridades pensaron que el caso del niño desaparecido había sido resuelto. Collins reunió poco a poco el dinero para traerlo a casa. El Departamento de Policía de Los Ángeles organizó una reunión pública con numerosos fotógrafos, el niño y su ansiosa madre. Con la esperanza de detener el desprestigio creciente por su inhabilidad de resolver este caso y muchos otros más, y desesperados por explotar el interés humano del caso y así contrarrestar una serie de escándalos de corrupción, los miembros del departamento pensaron que la reunión podía producir la redención pública de los miembros principales del departamento. El único problema fue que, el niño que regresó a casa, no era Walter.
A pesar de las inmediatas y repetidas declaraciones de que el niño que regresó no era el suyo, Collins fue ignorada por el capitán J.J. Jones. Confundida y desorientada, ella aceptó. Hasta tres semanas después, cuando Collins trajo al niño de vuelta, insistiendo que no importaba lo que los demás dijeran, ese no era su hijo.
No acostumbrado a que sus acciones fueran cuestionadas por alguien, mucho menos por una mujer, el capitán Jones, con la aprobación tácita del jefe Davis, alegó que ella era inestable y la recluyó en la sala de enfermos mentales en el Hospital del Condado, en vez de aceptar que se habían confundido y regresado al niño equivocado. Collins tuvo que pasar cinco días angustiosos en la sala psiquiátrica.
El niño que reapareció como Walter, luego aceptó ser Arthur Hutchins, de 12 años. Era un niño oriundo de la región central de Estados Unidos que se escapó de su casa con la esperanza de viajar a Hollywood para conocer a Tom Mix, su actor favorito. En una cafetería al borde de una carretera en el estado de Illinois, uno de los comensales hizo la observación de que el niño se parecía asombrosamente al niño Collins desaparecido en Los Ángeles. Hutchins urdió el plan de entregarse a las autoridades locales como si fuera Walter, conseguir que Christine Collins pagara su pasaje en bus hasta Los Ángeles y le diera casa y comida. Sus acciones inconscientemente desencadenaron una serie de hechos que cambiarían para siempre la fuerza de policía de Los Ángeles.
Para Straczynski, lo que en primera instancia fue asombroso, se hizo cada vez más apremiante mientras investigaba los detalles del caso. Él investigó la historia por aproximadamente un año, buscando los complicados detalles de la odisea de Collins durante siete años para encontrar respuestas sobre la desaparición de su hijo. Lo que encontró fue aún más perturbador que la patraña de Hutchins. Entre los polvorientos expedientes apareció un caso paralelo que relataba los depravados detalles del pedófilo Gordon Northcott (quien alternadamente aceptaba y luego negaba el crimen del desaparecido Walter Collins) y el poder implacable y la violencia de las autoridades de Los Ángeles durante ese período.
El guionista también descubrió a un hombre llamado Gustav A. Briegleb. Este era un ministro presbiteriano que ayudó a Collins en su búsqueda de respuestas. El activista comunitario fue una voz con autoridad cuyo programa radial y poderosos sermones retaron a los radioescuchas a no ignorar la corrupción policíaca. Briegleb colaboró con Collins y su abogado para asegurarse de que la historia de Walter no fuera enterrada y que el trato inhumano de Collins en la sala psiquiátrica fuera revelado a todos los que lo escucharan. Su labor condujo al despido de importantes funcionarios municipales y expuso la corrupción que reinaba en esa época.
A pesar de que Collins falleció en 1935 sin saber qué le sucedió a su hijo, Straczynski piensa que su legado es muy importante. “En el centro de este relato está el deseo ferviente de Christine Collins de descubrir lo que sucedió y de nunca cejar en su intento, no importa lo que le hicieran” dice Straczynski. “Ella nunca abandonó su búsqueda. Esa tenacidad le costó vivir experiencias que hubieran acabado con cualquier otro pero que nunca la detuvieron. Eso reverberó a través del sistema legal del estado y quise rendirle tributo.” “Su sencilla interrogante, ¿Dónde está mi hijo? derrumbó la estructura legal de las ciudad de Los Ángeles”, agrega el guionista. Para dar mayor veracidad a su relato, el escritor utilizó frases textuales de los expedientes junto con otros testimonios que incorporó al libreto de la película.
Luego de terminado el guion, Straczynski comenzó la búsqueda de los realizadores y una Christine Collins que rindieran honor al relato, no sólo de esta pionera de los derechos de las víctimas sino de una campeona del pueblo. Los encontró en Clint Eastwood y Angelina Jolie.
Eastwood, Imagine y Jolie el trio perfecto
La estremecedora historia “basada en hechos reales” llamó la atención de la empresa productora Imagine y de los directivos Brian Grazer y Ron Howard. Ellos llevaron historias de la vida real a la pantalla grande tales como Gánster Americano, Una Mente Brillante y El Luchador, con éxitos de crítica y taquilla.
“Me emocionan las historias basadas en la vida real”, observa Grazer. “Me gustó el tema de El Sustituto y me pareció fascinante la cultura alrededor de ese incidente. El hecho que sea real le da más gravedad emocional.”
Conocedores de que el director/productor Clint Eastwood posee una sensibilidad similar en lo que respecta a las historias verdaderas, Grazer y Howard lo contactaron para conversar sobre el libreto. “Lo leí y me gustó mucho”, recuerda Eastwood. “Llamé a Brian y Ron para decirles que aceptaba y me dijeron que a Angelina Jolie le gustó el libreto y está interesada. Yo dije, ‘eso sería estupendo’. Me gusta mucho como actúa. Y así fue; rápido y sencillo.”
Jolie inicialmente estuvo reticente a interpretar el rol de una madre cuyo hijo es raptado. Comprensible porque recientemente había interpretado a Mariane Pearl en Todo Corazón, la historia real del secuestro y ejecución del periodista Daniel Pearl. Sin embargo, estuvo dispuesta a leer el libreto. El relato de Straczynski la hizo cambiar de opinión. “Es una historia extraordinaria” opina Jolie. “Christine Collins es una mujer que aprendí a admirar, pero como actriz, es una historia difícil que no quería hacer. Finalmente, fue su valor de enfrentarse a tantos obstáculos lo que me decidió aceptar. Me gusta mucho la historia por la manera como saca a la luz la corrupción de los que tenían el poder. Es muy actual; todavía sucede lo mismo hoy en día.”
Con el director, los productores y la actriz principal asegurada, Eastwood y los otros realizadores comenzaron la búsqueda de los demás protagonistas.
Completando el elenco
Christine Collins, en su lucha por encontrar a su verdadero hijo, fue acompañada por un grupo de partidarios y detractores. Desde el activista Reverendo Gustav Briegleb, el pastor de las iglesias presbiterianas de San Pablo y Westlake en Los Ángeles y el abogado S.S. Hahn, un defensor conocido por sus prominentes casos criminales, hasta el capitán de la policía J.J. Jones, un incondicional adversario durante los siete años de la búsqueda de Collins.
El Reverendo Briegleb fue considerado un activista intrépido que se colocó como un perro guardián contra la corrupción desenfrenada del gobierno municipal y de la industria del cine. Briegleb hizo la observación de que los ciudadanos de Los Ángeles aceptaban crédulamente las historias que la policía afirmaba eran beneficiosas. Predicó que todos debían buscar la verdad y eliminar la corrupción. Interpretado por el hábil actor John Malkovich, el reverendo y su conocimiento de la maquinaria política de la ciudad jugaron un rol clave en la búsqueda de Collins.
Eastwood trabajó anteriormente con Malkovich en el drama En la Línea de Fuego y estaba interesado en colaborar nuevamente con el actor de cine y teatro. “Pensé que John sería ideal para el rol” dice el director. “John le da un aire de amenaza al personaje. Es un actor camaleónico.”
Malkovich sintió curiosidad por el papel de este cruzado por la justicia. “Probablemente fue un ejemplo temprano del tipo de presión que los medios de comunicación pueden ejercer”, explica el actor. “Briegleb tenía su propio programa radial y decía sus sermones en dos iglesias. Colocó al Departamento de la Policía de Los Ángeles en el centro de la atención pública y lo que él pensaba eran sus prácticas terribles.”
Malkovich ve su personaje como un hombre que luchó contra la injusticia, aun cuando fuera poco popular y peligroso. “Esa clase de presión en los oficiales de Davis puede explicar su interés en resolver rápidamente el caso de Walter Collins”, explica el actor, “e ignorar el hecho de que el niño equivocado había sido regresado a Christine Collins.”
El legendario abogado S.S. Hahn, interpretado por el actor de carácter Geoff Pierson, tomó el caso de Christine Collins y sembró las semillas que eventualmente derogarían los encarcelamientos basados en el Código 12.
El actor Jeffrey Donovan interpreta al implacable Capitán J. J. Jones, el jefe de la división juvenil del Departamento de la policía de Los Ángeles, que sigue las normas al pie de la letra e intimida a la traumatizada Collins para que acepte al niño como suyo. A Donovan le fascinó que su personaje no sólo se basara en una persona real sino la cantidad de poder que el capitán tenía. “Es increíble lo que le hizo a esta mujer”, dice el actor. “El hecho que la internó en un asilo para dementes. No podía creer que un ser humano, sin una orden legal y sin tomar en consideración los hechos, pudiera recluir a alguien con sólo chasquear sus dedos.”
Finalmente, el actor infantil Gattlin Griffith fue escogido para interpretar a Walter. Devon Conti aparece como Arthur Hutchins, el manipulador niño de 12 años que se hace pasar por Walter para escapar de su vida en el oeste.
Es importante destacar que, para dar mayor credibilidad y verosimilitud a la historia, Straczynski mantuvo los nombres reales de los protagonistas siempre que fue posible.
Recreando Los Ángeles del 1920
Con más de 30 películas como director, Eastwood domina el arte de filmar económicamente y se considera un director influenciado por las decisiones que tomaría como actor. Ensaya muy poco para obtener autenticidad en las actuaciones y no es partidario de muchas tomas. “Todo lo que hago como director se basa en lo que prefiero como actor”, dice Eastwood. “Es un aprendizaje que me tomó muchos años.”
El Sustituto se rodó a lo largo y ancho de California. Desde las primeras imágenes de una familia feliz en una modesta casa y el banco de telefonistas donde Christine trabaja sobre patines, hasta las manifestaciones hacia el ayuntamiento después que se enteran del trato dado a Christine.
El diseñador de la producción James Murakami y el administrador de los exteriores Patrick Mignano descubrieron exteriores para la filmación en San Dimas, San Bernardino y Pasadena que hicieran las veces de Los Ángeles de los años ’20. El departamento de arte complementó las escenas filmadas en exteriores con foros construidos en los Estudios Universal. El supervisor de efectos visuales, Michael Owens, agregó los toques necesarios, tales como la silueta de los edificios contra el horizonte y los tranvías rojos que en aquel entonces circulaban por la ciudad.
Los realizadores descubrieron un barrio en el distrito Old Town, en San Dimas, localizado aproximadamente a 56 kilómetros al este de Los Ángeles. Una cuadra de casas bordeadas de árboles le dio a Murakami los exteriores e interiores necesarios para la casa de Collins, lo mismo que el vecindario que la rodeaba.
Fuera de la ciudad de Lancaster, a 120 kilómetros al norte de Los Ángeles, la producción encontró una finca pequeña que hizo las veces del rancho de pollos de Northcott. Para uniformar el diseño, Murakami y sus colaboradores viajaron a la finca original donde se llevaron a cabo los crímenes.
Después de trabajar ininterrumpidamente en dos cintas de Eastwood ambientadas en los 1940 (La Conquista del Honor y Cartas desde Iwo Jima), Deborah Hooper conoce todas las compañías especializadas en vestuario de época desde Los Ángeles a Canadá. Ella utilizó todos sus contactos para encontrar una variedad de vestidos, ropa interior y zapatos para casi 1000 hombres, mujeres y niños que actuaron en el filme.
Conclusión
Lo interesante sobre cómo se inició y se logró concretar El Sustituto, está en la sagacidad y tenacidad del guionista J. Michael Straczynski, quien a partir de esa lectura de archivos policiales antiguos que iban a ser incinerados, supo visualizar que allí había una potente trama para ser contada. Su astucia y su voluntad de querer poner en pantalla grande esta historia real sobre una madre que se enfrentó, no solo a la pérdida de su hijo, sino también al poder corrupto de la policía de Los Ángeles, fue su gran mérito.
Esto nos deja dos enseñanzas. Una, que nunca hay que desestimar ninguna idea que nos surja, por más disparatada, loca o imposible que parezca. La otra, que siempre hay que luchar por el objetivo que uno se plantea. Straczynski demostró que con voluntad, dedicación y esfuerzo, se puede llegar a concretar eso que anhelamos, a pesar de que a priori se presente como algo utópico.
También es de resaltar que muchas veces, la vida real, esa que está conformada por personajes de carne y hueso que la luchan todos los días, es una gran fuente de inspiración para guionistas, productores y directores, y demuestra esa frase ya remanida de que la realidad supera a la ficción.