REC 3: Hay que ver cómo es el amor
3 minutos de lecturaBienvenidos a una nueva nota de Revista Sincericidio. Enmarcado dentro de nuestro Love Mode, hoy voy a hablarles acerca de REC 3, una de mis epopeyas románticas favoritas dentro del género de terror.
Si bien Jaume Balagueró y Paco Plaza nos regalaron con REC 2 la quintaesencia del found footage, Plaza, cabeza a cargo de REC 3, nos ofrece con este proyecto una recreación narrativa un tanto confusa y sorpresiva respecto a las anteriores entregas, pero extremadamente disfrutable.
Vale aclarar que en esta película no se trató de seguir los pasos de las dos primeras. Ese es un punto indiscutible. Más allá de la percepción de sus retractores, que son unos cuantos, puedo afirmar que REC 3 se burla de alguna manera de ellos, su público fiel, ofreciendo lo que el mundo de la televisión llama un “unitario”. Con esto me refiero a ese episodio que podemos seguir y ver con tranquilidad y placer sin estar familiarizados con el programa.
Esta película también fue una oportunidad para que Paco Plaza imponga su universo romántico-cómico y rompa así (necesariamente) con su prestigioso compañero.
Al elegir como heroína a su propia esposa, la magnífica Leticia Dolera, y como historia un casamiento (en la misma iglesia donde sellaron su amor) y la fiesta que allí acontece, el director pone el corazón sobre la mesa. El amor está constantemente en juego a lo largo de esa noche de terror. Dos recién casados intentarán encontrarse en una velada que muy pronto se convertirá en una masacre. El romanticismo de Paco Plaza, en este caso, no se escribió con agua de rosas o un buen Romanée Conti 1945 a la luz de las velas, sino con sangre, y mucha.
REC 3 se consolidó como la entrega más sangrienta de la saga, refiriéndose por momentos (demasiado) breves a lo mejor del cine “Braindead” de Peter Jackson (una mujer armada con una motosierra a la que se le arruina el mejor día de su vida).
La película termina volviéndose una experiencia fascinante y contagiosa, en la que podemos empatizar con sus protagonistas de principio a fin. Eso se debe a un guion desarrollado con certeza y a una gran dirección de actores. También hay que destacar la habilidad del director en mezclar inteligentemente el humor con los zombies, el gore, la banda sonora, el montaje y los efectos visuales, dando como resultado un show de lo más grandioso.
No es una película extremadamente tensionante con la que sentir pavor, pánico o angustia como en las primeras entregas, o un producto en el cual debamos buscar grandes dosis de miedo. REC 3 gana en placer crudo y desinhibido, como una película que se burla de todos los insoportables hijos ilegítimos de REC. Es realmente maravillosa la forma en la que esta tercera película rompe con la estética de sus antecesoras, siendo una experiencia más cercana a Shaun of the Dead o incluso a The Army of Darkness que a las dos primeras películas. Una verdadera fiesta.