Nosferatu: vampiro de la noche
2 minutos de lecturaBienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Sigo con mi cruzada en favor de algunos remakes, y hoy toca hablar de un film del enorme Werner Herzog. Hablo de Nosferatu: vampiro de la noche, en la cual vuelve a colaborar con su actor fetiche y amigo/enemigo, Klaus Kinski; pero añadiendo toques distintos al clásico filmado por Morneau.
Por Jorge Marchisio
Esta historia es la fusión de Nosferatu y Drácula, que, al fin y al cabo, son el mismo personaje. Así que de nuevo vemos como Jonathan Harker tiene que ir a los Cárpatos para venderle una propiedad al Conde Drácula, el cual logra su objetivo de volver a la civilización para asolar a la humanidad, mientras intenta hacerse con Lucy Harker.
Como dije, a grandes rasgos, la historia se mantiene igual a lo conocido por todo el mundo. Es en los pequeños detalles donde este proyecto gana, y es, por ejemplo, en el hecho de mezclar un poco el romanticismo del Drácula que todos pensamos, con la bestia salvaje vista en proyectos como los de la Hammer o el propio Nosferatu original.
Otro agregado, y quizás el mejor en mi opinión, es ver cómo afecta a Wismar, la llegada del vampiro. Y no solo lo digo por el hecho de que la gente empieza a desaparecer, sino, por algunas apariciones que no voy a spoilear acá, pero que aportan bastante al mito de que este ser trae la muerte y la perdición consigo; algo que, si nos ponemos a hilar fino, no se mostró demasiado en el cine.
Vale decir que la actuación de Kinski suma bastante a este proyecto, y es, posiblemente, junto con Isabelle Adjani, los que mejores interpretaciones nos regalan. Pero quedémonos con Kinski, quien, a través de su actuación, logra esa mezcla entre humano y bestia que dijimos que debería tener toda iteración de Drácula. Aparte que, siendo malos, con sus rasgos faciales, le ahorró bastante dinero a la producción a la hora del maquillaje.
En líneas generales, se puede decir que Nosferatu: el vampiro de la noche, de Werner Herzog, no es una de sus mejores películas; pero tampoco es mala. Lo importante acá es ver cómo sí se pudo hacer otro remake de una historia conocida de memoria por todos, pero donde el autor pudo darle ciertos toques personales y variantes para distinguirla. Al fin y al cabo, de eso se tratan estas notas defendiendo algunos remakes.