Maybe I Do: Naif y divertida
2 minutos de lecturaBienvenidos a una nueva nota de Revista Sincericidio. Quizás un gran elenco de actores haga una gran película. O quizás Richard Gere y Susan Sarandon deberían ser más selectivos a la hora de elegir proyectos. O quizás fue solo una mala dirección. De cualquier forma, Maybe I Do es una película disfrutable y pochoclera, pero no más.
Por Gastón Oliver
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Emma Roberts interpreta a Michelle que, junto a Allen (Luke Bracey) intentan dar un próximo paso en su relación, considerando un posible matrimonio. Para ello planean una noche familiar con sus padres (Richard Gere, Diane Keaton, Susan Sarandon y William H. Macy) para que ambas familias se conozcan y les aconsejen desde su perspectiva acerca de estar casados. La tensión está en que los padres de cada uno ya se conocen, lo que los llevará a plantearse el verdadero significado de lo que es el matrimonio, en medio de una serie de enredos románticos y cómicos.
El film plantea el deseo sexual aún encendido entre los padres de ambos, de una manera algo naif y divertida. Por otro lado, trata de un modo más reflexivo la dualidad entre las relaciones tradicionales y las relaciones modernas, y lo que implica estar con una misma persona por el resto de tu vida.
Los tópicos que tratan son sumamente interesantes, pero no los desarrolla de la mejor forma. Maybe I Do tiene su fuerza en el reparto. Tanto Gere, Keaton, Sarandon y Macy, son grandes actores. Aunque no siempre hicieron comedia, se ve mucho que actores de gran talla como Robert De Niro, terminan haciendo proyectos cómicos. Es una tendencia, para algunos agradable y para otros una picardía. De todas formas, siempre es placentero tener en pantalla a intérpretes de gran trayectoria.
En cuanto a la joven pareja, Emma Roberts y Luke Bracey ya han trabajado juntos en otra ocasión, en una película del mismo género. No hacen mala pareja, pero les hace falta chispa.
Maybe I Do es un film que, si querés pasar un buen rato, está bien. Pero en términos de guión, puede estar mejor, más pulido. Es una película pochoclera para ver en familia, aunque va a conectar más con el espectador adulto, de 40 para arriba, ya que la focalización se encuentra en los padres de la pareja principal.
Quizás, a ese espectador, los diálogos, la historia y las actuaciones le lleguen de una manera reconfortante y nostálgica para el momento de la vida en el que se encuentra.
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