A Good Person: El pasado es redimible
2 minutos de lectura
Bienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Que Florence Pugh sea quizás la mejor actriz de su generación, nadie lo duda. Que por desgracia Morgan Freeman hace tiempo no mete una buena película, también es sabido. Por eso cuando supe de que en A Good Person ambos compartían pantalla, la película ya estaba en mi radar. Veamos de qué trata.
Por Jorge Marchisio
La trama es bastante simple, y es que en un choque de autos, dos familias, y en especial, dos vidas, quedan destruidas al sobrevivir al siniestro. Una de ellas es responsable directa de lo sucedido, mientras que el otro, busca encontrarle sentido a su vida tras la pérdida.
Así y sin muchas vueltas, nos llega A Good Person, película independiente y que no se encuentra en ninguna plataforma, que habla no solo de la pérdida, el dolor y la culpa; sino de las adicciones que eso puede traer como autocastigo impuesto por los involucrados. En especial, por el personaje de Florence Pugh quien, para variar, vuelve a dar cátedra de lo tremenda actriz que es.
Esto lo vemos, ya que como dije, ella es la responsable de dicho accidente, así que la vemos pasar por diferentes estados en las poco más de dos horas que dura A Good Person. Autodestrucción, tristeza, ira e intento de redención, son algunos de los sentimientos que Pugh nos va a ir transmitiendo de forma perfecta. No por nada en lo personal, la tengo en mi lista de “si sale ella/él, veo la película”.

En cuanto a Morgan Freeman, es la contraparte de Pugh, ya que se muestra cómo alguien sobrio que intenta mantener los estribos de su vida, pese a que deja entrever el dolor que siente. Es un buen complemento para la joven actriz, y hacen buena dupla en pantalla, siendo esas escenas lo mejor de la película.
Quizás sí la película pueda pecar de buscar demasiado la lágrima fácil en algunas situaciones, algo que en lo personal me molesta bastante. O peor aún, del final previsible que tiene; viendo venirse prácticamente desde la mitad de la historia, y que le baja puntos al resultado final.
En conclusión, A Good Person es un buen drama. En especial, porque después de tantos años, volvemos a tener una buena cinta con Morgan Freeman. Si bien esto es gracias a Florence Pugh, da gusto ver al veterano actor en un proyecto que aprovecha su talento, y no solo explota su nombre y su legado.