Siberia: Psicoanalizando a Ferrara
3 minutos de lecturaBienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Como ya lo expresara en mi anterior nota sobre el filme Ceros y Unos (2021), el cine del director nacido en el Bronx, Estados Unidos, ha ingresado en un proceso de transformación en donde los temas personales relacionados con sus adicciones pasadas y algunas de sus más oscuras obsesiones que abordan conspiraciones gubernamentales y otros delirios se hacen presentes.
Por César Arturo Humberto Heil
En el caso del filme Siberia (2020), Abel Ferrara se mete con su oscuro pasado para elaborar un filme surrealista, hipnótico y por momentos indescifrable, en donde Clint, un magnífico Williem Dafoe, vive solo, casi como un ermitaño, en un lejano paraje helado donde regentea un bar para ocasionales cazadores y algunos otros pobladores.
Este desolado paisaje le sirve a Ferrara para elaborar un viaje interior, místico y alucinógeno del personaje en el que recorrerá diferentes lugares de su vida pasada. En ese derrotero psíquico, Clint reflotará algunas de sus angustias, sus miedos, su infancia y también sus traumas familiares.
Es inevitable no ver a Ferrara reflejado en Clint, quien a modo casi de autoexorcismo, se multiplica en las distintas facetas del personaje.
Mirada interior
Clint/Ferrara hará este viaje iniciático metafísico y espiritual para obtener respuestas de su pasado. Así, nuestro apabullado dúo personaje/director tendrá encuentros con su padre, también a cargo de Dafoe. Pasará del frio extremo de la tundra siberiana al calor agobiante del desierto, será testigo de atroces crímenes de guerra y recorrerá una campiña al estilo inglés donde intentará encontrar la iluminación espiritual a través de la magia negra. Vaya contrasentido si los hay.
También se encontrará en una caverna con personajes extraños, como una enana desnuda en silla de ruedas. Con relación a esta escena, Ferrara refiere a la alegoría de Platón, en donde la realidad se construye en función de lo que vemos. Una elegante manera de decirnos que en definitiva todo lo que nos muestra, no es más que una ilusión.
Siberia es un filme surrealista y desprejuiciado. Su hermetismo discursivo no deja espacio para la interpretación definitiva de todo lo que vemos. Son tantas las teorías psicológicas que se pueden leer, que hace falta un espectador culturalmente rico para interpretarlas. Sin dudas, aflora de manera muy evidente los textos de Sigmund Freud. La escena en donde Clint/Ferrara tiene relaciones con una joven rusa y luego esta, ya en estado de embarazo, le muestra su abultado vientre y este le besa sus desnudos pechos es una clara alusión a la relación de amor filial entre madre hijo y nos remite al complejo de Edipo Rey.
El filme nos lleva involuntariamente al cine de Ingmar Bergman o el de Andréi Tarkovsky, pero su referencia más indiscutible es la de David Lynch, en especial, en aquellos pasajes más oníricos y oscuros.
Conclusión
Con escenas bellamente filmadas, una narrativa poco convencional y una destacada actuación de Willem Dafoe, Siberia es un filme complejo, introspectivo y visceral, que se adentra en el surrealista y sinuoso camino de lo lúdico y de lo onírico y que no busca ni pretende más de lo que se propone, que es llevarnos a ese terreno incierto que es la mente humana.
Calificación: Muy buena