Maremoto: The Burning Sea
4 minutos de lecturaBienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Maremoto: The Burning Sea es una película de acción y catástrofe noruega del 2021, dirigida por John Andreas Andersen. Con guión de Lars Gudmestad y Harald Rosenløw Eeg. La fotografia corrió por cuenta de Pål Ulvik Rokseth, la música es de Johannes Ringen y Johan Söderqvist, y la edición estuvo a cargo de Kalle Doniselli Gulbrandsen y Christian Siebenherz. Producida por Jørgen Stangebye Larsen.
Protagonizada por Kristine Kujath Thorp (Sofía), Henrik Bjelland (Stian), Rolf Kristian Larsen (Arturo), Anders Baasmo (Ronny), Bjørn Floberg (William Lie), Anneke von der Lippe (Gunn), Christoffer Staib (Steiner Skagemo), Ane Skumsvoll (Berit), Cengiz Al (Jasin) y Nils Elias Olsen (Odín).
Sinopsis
Durante el año 1969, el gobierno noruego anunció el descubrimiento de uno de los mayores yacimientos petrolíferos del mundo, ubicado en el vecino Mar del Norte, lo que dio inicio a un próspero período de perforación en alta mar. Tras 50 años, las consecuencias ambientales comienzan a hacerse evidentes. Una grieta se abrió en el fondo del océano, provocando el colapso de una plataforma petrolera.
Ante esta situación crítica, un equipo de investigadores, liderado por la operadora de submarinos Sofia, se apresura en la búsqueda de los operarios desaparecidos y en la evaluación de las causas del daño. Sin embargo, pronto descubre que esto es solo el inicio de una posible catástrofe apocalíptica. A medida que se lleva a cabo la evacuación de las plataformas, Stian, el querido compañero de Sofía, queda atrapado en las profundidades del mar. Ahora, Sofía se enfrenta a una carrera contrarreloj para sumergirse y rescatarlo, arriesgando su propia vida en el proceso.
Un título creativo
Noruega continúa su destacada presencia en el panorama cinematográfico europeo con una nueva película que aborda los desastres ecológicos. En esta ocasión, la trama se centra en la industria petrolera y una serie de colapsos que amenazan los mares de toda Europa. Es importante mencionar que, a pesar del título “Maremoto”, la película no trata sobre tsunamis. El título se elige para fortalecer su vínculo con dos éxitos noruegos de los últimos años, creando una especie de trilogía temática. Estas películas son “La Ola” en 2015 y “Terremoto” en 2018, las cuales tuvieron un gran éxito en taquilla, superando enormemente la media del cine noruego. En el caso de “Maremoto”, aunque no se retoman los personajes de las películas anteriores, se mantiene el género de cine de desastres, pero esta vez con un enfoque más ecologista.
La película es un emocionante thriller dramático que presenta secuencias excelentes y llenas de tensión, superando incluso a otras películas de acción más orientadas hacia las propuestas exageradas de Roland Emmerich. No se puede comparar esta película con la suerte de eminencia moderna del cine de desastres, ya que sería un error garrafal hacerlo. En realidad, esta película es una mezcla del género de desastres con el del thriller político, un género que ha quedado de lado desde los años ’90. Aquí, los políticos son acabados por corporaciones e incluso científicos que intentan reducir los costos antes que los daños potencialmente humanitarios, en mayor o menor medida.
Si el cine de desastres estadounidense muestra un conflicto entre políticos y militares, este enfoque más europeo del cine de desastre plantea la situación de manera mucho más realista, como una lucha entre empleados y empresas que inevitablemente termina requiriendo una colaboración conjunta de ambos sectores.
La lucha ecológica
Aunque esto no implica que en esta película haya villanos exagerados ni mucho menos, se trata de un relato sumamente adulto. A pesar de abordar un riesgo melodramático a gran escala, tanto a nivel global como emocional para esta familia recién formada, nunca abandonó un terreno realista para sumergirse en los clichés a los que Hollywood está acostumbrado. Precisamente, es ese tono más adulto en contraste con el carácter juvenil que a menudo impregna las producciones de los grandes mercados cinematográficos, lo que hace que el mensaje ecológico de la película sea más impactante y poderoso.
Este mensaje está dirigido específicamente a Noruega, un país reconocido por su próspera industria marítima. Sin embargo, no es que nos desinteresemos por lo que ocurre en otros lugares. De hecho, son precisamente estas producciones internacionales las que nos brindan la oportunidad de disfrutar de momentos memorables en la sala de cine, al mismo tiempo que nos permiten reflexionar sobre problemas que también florecen a nuestra comunidad local.
Tanto el montaje como la dirección, realizaron un magnífico trabajo al fusionar estas dos ideas, creando una concordancia que realza la eficacia de manera excepcional. No obstante, es posible que desilusione a aquellos espectadores que busquen algo más convencional, considerando la gran cantidad de películas de desastres de baja calidad que inundan el género. Esto se da gracias a que se destaca por encima de esa norma y brinda una experiencia cinematográfica superior.
Conclusión
De esta manera, la película explora el desastre humano y medioambiental con una estructura narrativa impecable. Sin duda, se toma su tiempo en la primera mitad, cocinando a fuego lento la trama y permitiendo que los personajes establezcan una conexión sólida con el público. Esto, de acuerdo con los principios de la escritura, intensifica la tensión y la implicación del espectador en una segunda mitad rebosante de adrenalina. Además, se busca mejorar la experiencia al captar la atención del público y mantenerla a lo largo de toda la película.