Ensalada César | Hoy: Babylon
5 minutos de lecturaBienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Antes de comenzar esta nueva nota estaba en dudas de si Babylon (2022), del director Damien Chazelle, era merecedora de estar incluida en esta sección. Las dudas versaban principalmente en que la principal característica para estar incluida refiere, al igual que en una ensalada, a cierta mezcla de ingredientes. En principio, no creía que la fastuosa obra de Chazelle tuviera los atributos necesarios para ser considerada en este apartado. Luego de ver las más de 3 horas que dura el filme, ese preconcepto cambió radicalmente y es por lo que me encuentro aquí, tecleando sobre Babylon en la sección Ensalada César.
Por César Arturo Humberto Heil
Hollywood desenfrenado
En este cuarto largometraje, el joven y talentoso director Damien Chazelle se mete con los finales del cine mudo y los albores del sonoro. Hace una feroz crítica sobre los excesos ocurridos durante los años ’20 y ’30, en especial durante las grandes fiestas realizadas por las estrellas, productores y directores de películas.
Por otro lado, expone cómo la aparición del sonoro terminó con la carrera de muchos actores famosos. Estos, acostumbrados a una forma de actuar exclusivamente corporal, no pudieron adaptarse a lo que significó tener que decir largos parlamentos frente a la cámara y el micrófono.
La historia se centra en cuatro personajes principales. Jack Conrad (Brad Pitt), un exitoso actor de cine mudo. Manny Torres (Diego Calva), un mejicano que empieza haciendo trabajos menores para un productor de Hollywood. Nellie LaRoy (Margot Robbie), una aspirante a actriz con escaso talento que busca triunfar en la meca del cine y Sidney Palmer (Jovan Adepo), un músico de raza afroamericana que también busca su lugar dentro de la industria.
Siguiendo la vida de estos personajes, el guion escrito por el director Chazelle, va haciendo un repaso de lo que fueron aquellos años de desenfreno sexual y decadencia moral. Lo hace con una forma cruda y casi explícita, para introducirnos en fastuosas fiestas realizadas en lujosas mansiones. Allí, el alcohol, las drogas y el sexo eran moneda corriente y las muertes más oscuras también se hacían presentes.
En este punto, el director hace una clara referencia al caso de Roscoe “Fatty” Arbuckle (1887-1933). En una noche desenfrenada en una fiesta, se involucró en la muerte de Virginia Rappe, cuya autopsia reveló que la joven mujer fue violada con una botella, lo que le causó la rotura de su vejiga y una posterior peritonitis que derivó en su fallecimiento. Por este hecho, Arbuckle fue a juicio y salió absuelto. Este trágico hecho puso fin a su carrera como actor.
Los excesos de Chazelle
El director Chazelle, en un intento de remarcar los excesos tan comunes en esa época, se excede en la puesta en escena y el desarrollo de las situaciones. Estas, por momentos, resultan tan grandilocuentes y megalómanas que terminan siendo inverosímiles.
La escena en donde Nellie LaRoy, luego de escuchar una conversación en donde hablan de lo pésima actriz que es, decide llamar la atención de los productores peleando con una serpiente de cascabel, la cual la muerde en el cuello y nunca la suelta. Durante varios minutos asistimos a una escena de gritos y corridas por parte de LaRoy con la serpiente colgando, casi como en una película cómica.
Otra escena es en donde Sidney Palmer, ya un músico reconocido en los filmes musicales, está grabando una escena, pero la luz sobre su rostro provoca que se vea más blanco que el resto. Esto hace que Manny Torres, ahora devenido a productor de estudios, le entregue una lata de betún para que se coloque en su rostro.
Esta escena es una clara alusión al racismo. Pero resulta completamente inverosímil, ya que quien debió maquillarlo era la gente de maquillajes y peinados. Entiendo que lo que se buscó con esa escena fue dejar en claro la humillación a la que eran sometidos los actores y músicos de raza negra durante esos años, pero viniendo de Manny, un inmigrante mejicano que también sufrió la discriminación, no resulta convincente y me parece otra exageración por parte del director.
Lo mismo sucede en la escena en donde en un intento por hacer de Nellie LaRoy una actriz más refinada, es llevada a una fiesta con posibles inversores de sus próximas películas. Allí es constantemente sometida a preguntas de cultura general por parte de los productores y sus esposas. Esto termina por indignarla tanto que se enfrenta a los viejos y viejas “paquetas” para rematar vomitándole en la cara al dueño de la casa. Otro exceso por parte de Chazelle.
Respecto al tono del filme, el mismo es bastante indefinido. Por momentos parece ser una comedia que pretende ser chistosa, pero nunca lo logra del todo. Por otro lado se muestra como un duro drama de personajes miserables, que solo buscan un poco de fama en un ambiente signado por la ambición, la traición y el poder del dinero.
En cuanto a las escenas de rodajes, en especial aquellas de batallas, son tan fastuosas y caóticas como seguramente lo fueron en aquellos años. Esto deja en claro la anarquía que se vivía en esos comienzos del cine.
Chazelle exagera en este sentido. Muestra un tendal de muertos y heridos “reales” después de cada filmación, casi como si fuera algo común y aceptable por parte de la producción. Si bien en aquella época no existían los protocolos de seguridad como los hay hoy, no creo que haya sido así de extremo, ya que estamos hablando de vidas humanas.
Babylon es un festín visual. Se entremezclan la música, una de las pasiones del director, el cine, los excesos de todo tipo, el sexo, los sueños, las desdichas personales, las críticas y las miserias humanas a un nivel pocas veces vistos.
Chazelle se asemeja en esa desmesura al cine del australiano Baz Luhrmann, pero con la diferencia de ser más brutal en su mirada, la cual es altamente pesimista, a pesar de intentar hacia el final, y a modo de homenaje, reivindicar todo lo malo de aquellos años.
Las actuaciones están en sintonía con la historia. Margot Robbie es una de las más destacadas. Su composición de Nellie LaRoy es una de sus mejores actuaciones. Pero sin dudas quien a mi entender se lleva todos los laureles y merece un párrafo aparte a pesar de tener un papel menor, es Tobey Maguire en el rol del gánster James McKay. Su breve composición es brillante con momentos que recuerdan al Joker de Joaquin Phoenix.
Conclusión
Desmesurada, por momentos absurda, inverosímil, pero honesta en lo que pretende, Babylon es una experiencia única e irrepetible, que tiene su mayor problema en la diversidad de líneas argumentales, pero que nunca decae en su frenético ritmo entre música de jazz, escenas grandilocuentes y un claro y sincero homenaje al cine y a sus oscuros y siniestros entretelones.
Disponible: Paramount+
Calificación: Muy buena