El hoyo: No apto para estómagos frágiles
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Bienvenidxs a una nueva nota deRevista Sincericidio. El hoyo sigue la historia de Goreng, quien despierta en un misterioso establecimiento, que se compone de más de 300 pisos, y donde en el centro de cada habitación (que es compartida por dos personas), hay un hoyo, por el cual baja una enorme mesa llena de manjares. Cada recluso tendrá un corto tiempo para comer, y luego la mesa bajara, por lo que, en los pisos inferiores, tendrán que alimentarse de las sobras que van llegando.
Por Jorge Marchisio
Netflix nos trajo El hoyo, film español dirigido por Galder Gaztelu-Urrutia. Que ya había conseguido llamar la atención en la edición de su respectivo año de Sitges, y desde ya decimos que no va a dejar indiferente a nadie; es más, estamos seguros de que va a dividir bastante las opiniones.
¿Por qué decimos esto? Porque más allá de lo que contamos en la sinopsis, no podemos decir demasiado. Y no es que lo hacemos para evitarles spoilers, sino porque la propia película se encarga de explicar poco y nada de lo que sucede. Interrogantes como que es el establecimiento ese, porque es que están ahí sus habitantes, quien es ese señor que regaña a los cocineros pero que no tiene ni una línea de dialogo en toda la película; o algunos personajes que aparecen, pero no sabemos si son reales o no. Absolutamente nada de esto es explicado; dejándonos con la idea de que en realidad estamos ante la primera entrega de una saga, que a medida que avance si irá revelando cosas, algo así como lo que vimos con El cubo (film con el que guarda varias semejanzas).
Pero si le ponemos buena nota, es por algo. Lo que más llama la atención es lo bien que actúan en la película. Y eso que los personajes están construidos de una forma muy pobre, al nivel que apenas sabemos algo del pasado de cada uno. Pero, así y todo, los actores se las arreglaron para hacer odiables o empáticos sus roles y que nos preocupemos por ellos.

También debemos mencionar el excelente diseño de producción que tiene la película. Es obvio que no se contaba con un gran presupuesto, que en realidad se usó una sola habitación reciclándola con cambios de luces. Pero esto no molesta para nada, haciéndonos creer que de verdad estamos ante una enorme estructura con una mesa que sube y baja todos los días.
El hoyo es de esas películas para ver y quedarse pensando bastante tiempo. Con una más que obvia crítica social, una buena producción y actuaciones sólidas, es de lo mejorcito que ofrece el actual catálogo de Netflix.
Disponible: Netflix