Tin y Tina: Ángeles y demonios
3 minutos de lecturaBienvenidxs a una nueva nota de Revista Sincericidio. Tin y Tina (2023) es una producción española que marca el debut en el largometraje de Rubin Stein. La cinta es una ampliación del universo creado por el director en el año 2013 en un cortometraje del mismo nombre y se encuadra en el estilo de películas sobre niños malvados. A diferencia de filmes como La huérfana de Jaume Collet Serra, aquí la maldad se aborda desde un costado sustancialmente disímil.
Por César Arturo Humberto Heil
Lola (Milena Smit) y Adolfo (Jaime Lorente) son un matrimonio de recién casados. Un día ven como sus deseos de ser padres se ve truncado cuando Lola pierde el embarazo por un problema de salud. Sumidos en una crisis de pareja por la imposibilidad de tener hijos terminan aceptando la posibilidad de iniciar un proceso de adopción.
Es en ese intento de llenar el vacío que ha dejado la pérdida que recurren a un orfanato con la intensión de adoptar. Allí son recibidos por la hermana superiora Sor Asunción (Teresa Rabal) quien les ofrece a los hermanos Tin y Tina. Dos niños con el cabello platinado y de aspecto algo extraño pero muy dulce. Rápidamente, los hermanos se ganan la confianza del matrimonio con sus actitudes y terminan siendo adoptados por la pareja. Pero ese idílico presente se va a ver empañado cuando los niños comienzan a mostrar actitudes algo perturbadoras y no habituales para su edad.
Fanatismo religioso y los límites de la moralidad
Tin y Tina intenta reflexionar sobre los límites de la moral religiosa y el daño que esta puede ocasionar en niños de corta edad. Criados bajo la creencia de que a cada mala acción le corresponde un castigo divino, los niños ven el mundo con la sesgada mirada del fanático.
Esta férrea imposición del dogma religioso por parte de la madre superiora provoca en los hermanos una disociación entre lo bueno y lo malo, lo que los lleva a no poder diferenciar que acciones están bien y cuáles no.
Sus actitudes están sutilmente diseñadas en el guion para que no podamos dilucidar si son realmente malvados o si todo lo que hacen es producto de sus creencias bíblicas. Esto permite a su vez que un halo sobrenatural vuele alrededor de los niños generando la dualidad en el espectador sobre si son ángeles o demonios. Esta idea queda bien marcada cuando los niños piden a Dios para que su madre adoptiva pueda tener un hijo y esto realmente sucede milagrosamente. En contraposición a este acto de bondad divina los hermanos casi ahogan al niño en una pileta al intentar bautizarlo, evidenciando así la dualidad de ambos.
Conclusión
Sin ser un filme perfecto y con algunos momentos en donde los diálogos entre la pareja se sienten algo acartonados y por ende mal actuados, Tin y Tina es un producto que logra entretener al espectador. El mayor problema está en la disparidad de su narrativa la cual tiene momentos realmente angustiantes como la mencionada escena de la pileta o la del perro (no quiero spoilear) con otros que son inferiores y que hacen descender al filme unos cuantos peldaños.
Las actuaciones son correctas, pero la impronta que logran imponer los niños Carlos González Morollón como Tin y Anastasia Russo como Tina es de destacar. Respecto a los niños hay que mencionar que sus cabellos platinados son un claro homenaje al filme Village of the Damned (1960) de Wolf Rilla y al remake de 1995 de John Carpenter.
Si les gustan las películas de niños malvados, fanatismo religioso y un toque de perversidad, Tin y Tina les va a resultar un producto aceptable. No esperen más que eso.
Calificación Buena
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